Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris tara westover. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris tara westover. Mostrar tots els missatges

dimarts, 29 d’abril del 2025

la quefa recomanant una educació


 

 

L' Ester Farrés, cap de comarca de les Biblioteques d'Osona, ens recomana Una educació, de Tara Westover.

20 abril del 2020  


dilluns, 28 d’abril del 2025

una altra entrevista



ELENA HEVIA
Tara Westover: "Mi familia estaba siempre preparada para el apocalipsis"
El Periódico
23|9|2018

La norteamericana Tara Westover (Idaho, 1983) parece una chica bien, delicada y elegante, criada entre algodones. Nada en su aspecto, ni en su perfecto inglés de Cambridge, hace sospechar una infancia en el seno de una familia que llevó la religión mormona hasta unos extremos brutales de radicalidad. Y aquí brutales, quiere decir exactamente brutales. Para el padre, que llevaba un negocio de recogida de chatarra, la escuela y los médicos eran una abominación, y Tara, la menor de siete hermanos, creció sin conocerlos, ignorando, por ejemplo, qué era el Holocausto o quién, alguien llamado Napoleón. De cómo esa muchacha que no recibió clases formales ni fuera ni dentro de su familia, que deseaba huir de aquel entorno y que terminó convirtiéndose en una respetable historiadora en la meca educativa británica, da cuenta 'Una educación' / 'Una educació' (Lumen / Més llibres), unas memorias que cautivan no tanto por su historia de superación heroica, que lo son, sino por la claridad con la que disecciona su propia vida.


¿Qué la impulsó a escribir estas memorias?

Por una parte, quería explicar una historia sobre el poder de la educación, de cómo ésta puede cambiar tu vida y convertirte en una persona distinta. Por otra, mostrando cómo me sentía, una extraña en mi propia familia, pensé en las personas que tienen que tomar una decisión difícil respecto a esa situación, explicar cómo nos podemos sentir aislados en ese entorno.

Imagino que también tuvo la intención de ordenar sus pensamientos. El libro funciona casi como un psicoanálisis.

Yo no lo escribí con esa intención pro supongo que sí tuvo ese efecto. Creo que es sanador hacer que tu propia historia tenga sentido. Eso me ayudó a aferrarme a los buenos recuerdos de mi familia y también a mantener la decisión que tomé.

Que fue separarse de sus padres, que la consideraban endemoniada, y también de los hermanos que decidieron tomar el partido de estos.

Eso es. Decidí distanciarme de una parte de mi familia. Con otros hermanos y tíos sigo manteniendo el contacto.

Al principio usted especifica que este libro no va de mormonismo. Lo cierto es que sus padres exigían mucho más que lo que pide la religión mormona.

Yo establezco la hipótesis de que mi padre es bipolar. Lo que es un tanto irónico porque esa enfermedad provoca una paranoia que jamás le permitirá acudir a un médico, así que nunca tendrá un diagnóstico. Así que yo lo veo más como un problema mental antes que una fe religiosa. En mi ciudad todos los mormones van a la escuela, al médico y tenían certificado de nacimiento, algo que a mí me faltaba.

¿La religión abre o constriñe la mente?

Depende. Hubo momentos en mi vida que yo leía la Biblia y esa lectura me llevaba a abordar ideas filosóficas complejas. Pero en otros momentos, anulaba mi pensamiento crítico, ciñéndome a los dogmas. La religión, como muchas otras cosas, no es blanca o negra. Depende de cómo la practicas.

En Europa el mormonismo no deja de asombrarnos, con sus aspectos controvertidos como la poligamia.

En la práctica ya no existe, pero tampoco han renunciado a ella. Muchas de las políticas de la iglesia y de la doctrina me parecen muy limitantes para una mujer. Por eso no me considero mormona.

Y sin embargo, el mormonismo le posibilitó acudir a la universidad.

Sí, la Brigham Young University, es una de las pocas donde se me permitió acudir sin tener un título oficial de bachillerato [fue la rampa de lanzamiento para que Westover consiguiera una beca en Cambridge]. Cuando llegué a aquella universidad mormona yo creía que todos mis compañeros eran unos libertinos y eso que allí a las mujeres las educaban para ser buenas esposas.

¿Cómo se puede vivir esperando un apocalipsis inminente?

Pues no me estresaba demasiado (sonríe, con delicadeza). Mi familia estaba muy preparada, teníamos tanta comida almacenada que yo pensaba que eran los demás los que debían sentirse preocupados.

El libro expresa muy bien cómo una vida disfuncional se acaba viviendo con normalidad. Y la culminación de ese proceso es la violencia que el mayor de sus hermanos ejercía contra todos, pero especialmente contra usted. ¿Todavía se sigue preguntando por qué sus padres lo negaron?

Sí, ¿por qué se inventaban monstruos en el exterior cuando tenían uno en su propia casa? Yo creo que mis padres tenían miedo de lo que pasaría si intentaban enfrentarse a mi hermano para cambiar las cosas, veían ese cambio como una amenaza para la familia.

¿Cree que la posible enfermedad de su padre repercutió en el comportamiento de su hermano?

Probablemente, él había tenido muchas lesiones en la cabeza porque sufrió muchos accidentes pero creo que los niños que crecen en entornos estresantes acaban convirtiéndose en adultos con problemas.

Sorprende que en una empresa familiar, la chatarrería, donde se obviaban todas las medidas de seguridad, hayan sobrevivido todos sus miembros.

De niños aprendimos a caer y proteger nuestros órganos vitales. Somos gente dura, muy difícil de matar.

Que 'Una educación' sea un libro dickensiano no invalida el relato de los momentos de felicidad de su infancia. Y hubo muchos.

Yo sabía que mi historia no podía tener un final feliz, en el sentido de reconciliarte con el pasado. Pero tampoco encajaba con las típicas que incluyen abusos y vejaciones. Yo amaba a mi familia y cortar con ella fue una pérdida real. Mis padre me querían realmente, pero eso no cambiaba el hecho de que en esa relación había muchos aspectos tóxicos y dañinos.

¿Qué está diciendo su libro sobre el poder de la educación?

Dice que el ideal de la educación tiene que ver con el hecho de que una persona se transforme y lo más maravilloso es que el artífice de esa transformación es uno mismo. Sin embargo, a veces confundimos ese ideal con las escuelas y los deberes. Mi experiencia ha sido verdaderamente transformadora, ha cambiado mi forma de vivir y me ha dado la posibilidad de tomar decisiones por mí misma, de defenderme cuando lo necesitaba.  En circunstancias normales, la educación se da por sentado y no siempre se percibe ese otro aspecto que es fundamental.

¿Sabe si la parte de la familia que la ha ‘excomulgado’ ha leído el libro?

No nos hablamos.

¿Y no tiene curiosidad?

No, todo lo que sé de sus reacciones, encaja con lo que podrías esperar de ellos. 


divendres, 25 d’abril del 2025

trobada amb tara westover

 



'Una educación': Encuentro con Tara Westover
Espacio Fundación Telefónica Madrid

Con motivo de la publicación de la primera novela de Tara Westover, 'Una Educación', hemos podido disfrutar de una charla entre la escritora norteamericana y la periodista Inés Martín Rodrigo, en colaboración con la Editorial LUMEN.

21|9|2018


dimarts, 22 d’abril del 2025

el llarg procés de matar un pare


ANNA PUNSODA
El llarg procés de matar un pare
Dialogal
#72 
Estiu 2020


El monoteisme exigia una obediència i un amor incondicional cap al déu-únic semblants als que s'exigien per al pater familias

En un país com el nostre, on l'Església catòlica ha tingut el monopoli de les creences i la moral, històries nordamericanes com la de Tara Westover desconcerten i atrauen. Agafem qualsevol obra del sociòleg Joan Estruch i comprendrem millor aquesta distància religiosa entre els països europeus i els Estats Units. Mentre que aquí tot pluralisme religiós ha consistit a allunyar-se més o menys del cristianisme, allà les esglésies es multipliquen sense parar i milers de comunitats religioses amb preceptes antagònics competeixen per la veritat. En un context de neutralitat estatal, el govern americà es retira i els infants queden a mercè de les famílies, que els transmeten les creences i la moral que volen.

Una educació és l'autobiografia de Tara Westover (Idaho, 1986), una nena que no existeix. Westover creix en una família de mormons fonamentalistes en una vall perduda d'Idaho, però els seus pares no l'escolaritzen, no la vacunen, no la porten mai als metges i no té partida de naixement. El pare considera que el govern és ple de socialistes que volen destruir el mormonisme i que les escoles són caus d'il·luminats que es creuen més grans que Déu. Com que a Idaho l'escolarització a casa és legal, Tara Westover s'educa només —i quan dic només vull dir només— estudiant la Bíblia i el Llibre del Mormó. En una família on es predica la literalitat de les Escriptures, aquesta educació ens regala uns passatges tragicocòmics únics.

«Quan tingués divuit o dinou anys em casaria, el pare em donaria un racó de la granja i el meu marit hi faria una casa. La mare m'ho ensenyaria tot sobre les herbes i l'atenció als parts. Quan tingués fills, la mare els ajudaria a nèixer i un dia seria jo, la llevadora». A Tara Westover no li passa pel cap que la vida pugui ser diferent. És només quan la bogeria familiar li causa por física —quan el pare i el germà gairebé l'esclafen— que es compra uns manuals per aprovar l'accés a la universitat i fugir de casa. A partir d'aquí, el seu camí serà ascendent però molt difícil. Portes obertes per a una estudiant brillant, capaç de formular de manera única i audaç com només pot fer-ho una autodidacta. Pànic per allunyar-se del clan i dels dogmes en què s'ha criat.

Una educació posa sobre la taula debats fonamentals de les religions. ¿Què passa quan les lectures literals dels textos sagrats es barregen amb concepcions polítiques messiàniques, com és ara la mormona, que presenta Amèrica com un nou Israel amb qui Déu s'ha aliat? ¿Quina relació tenen tots aquests fonamentalismes amb les malalties mentals que clarament van sortint al llarg del relat? ¿Què distingeix una vivència religiosa alliberadora d'una que esclavitza? I, per mi, la pregunta més important. La història de Tara és la pregunta pel marge que tenim les persones per forjar-nos un futur diferent del que ens ha programat la comunitat. Sobretot si som dones i si aquesta primera comunitat que ens acull és una família dogmàtica i conservadora. «A mesura que em feia gran em vaig preguntar si la manera com havia començat era la manera com acabaria. Si la primera forma que pren una persona és la seva única forma verdadera.» Probablement només hi ha una cosa que modeli més les persones que la religió, i són els ulls amb què ens miren els nostres pares: uns ulls que seran més influents com menys contrapesos tinguin al voltant seu.

Sigmund Freud parlava del monoteisme com d'una religió del pare. Els seus estudis sobre els orígens del monoteisme han estat molt discutits, i en part desautoritzats per l'acadèmia, però ningú no pot dubtar de la intuïció de fons: que el monoteisme exigia una obediència i un amor incondicional cap al Déu-únic semblants als que s'exigien per al pater familias. O quedaves dins del seu cercle de protecció o en quedaves fora. O et converties al seu llenguatge i món, o vivies en la mentida i et condemnaves. La por cap a la seva figura acabava generant una neurosi col·lectiva de coerció. Això, que segons Freud és la base del judaisme, és exactament el que observem a la família Westover. A pesar que quan seuen sols a l'habitació tots els individus tenen algun repunt de lucidesa, la pressió del clan fa que la majoria assumeixi un discurs únic de submissió al progenitor.

Només l'educació donarà eines a alguns dels fills per discutir la seva suprema autoritat, que coincideix amb una lectura literal dels textos sagrats. És en aquest procés llarg i penós, ple de pors i d'extorsions del cor, que Tara trobarà eines per arraconar la veu del seu pare dins de la seva consciència. L'autobiografia de Westover, molt ben escrita, gens ressentida, és història universal. Sense una educació, tampoc els esclaus negres no haurien pogut llegir les Escriptures pel seu compte i refutar els blancs quan deien que Déu volia el seu esclavatge. Fomentar interpretacions consistents que permetin avançar en l'alliberament d'un mateix. Per a això hauria de servir l'educació, també la religiosa.

 

dijous, 17 d’abril del 2025

entrevista


JOAN SAFONT
Tara Westover: "L'educació em va brindar l'oportunitat de triar què pensar"
La llança
24|11|2018


Tara Westover (Clifton, Idaho, 1986) ha vingut a Barcelona per presentar el seu llibre, Una educació -publicat en català per Més Llibres i en castellà per Lumen-, en que explica la seva peculiar infància. Nascuda en una família mormona marcada pel fanatisme religiós i el milenarisme, Westover no va tenir certificat de naixement ni va anar a escola fins que, finalment, va aconseguir trencar l'opressió i matricular-se a la Universitat. Una educació va ser un dels llibres recomanats aquest estiu per l'expresident dels Estats Units Barack Obama. 

Què la va impulsar a escriure aquest llibre?

Per dues raons, principalment. La primera és perquè volia parlar d'educació en el sentit més ampli possible, més enllà dels títols i els certificats acadèmics que has d'aconseguir aprovar per trobar feina. I la segona per tots aquells que, com jo, hagut de separar-se o tallar amb la seva família. Se'n parla poc d'aquests trencaments familiars.

Per què aquest títol, Educated -en català, Una educació-?

Volia que al final del llibre el lector es plantegés què significa l'educació, què vol dir, com dèiem abans a banda dels títols, i què pot significar per a la vida d'una persona.

A la nota prèvia al llibre avisa que el llibre no és sobre religió, però en canvi sí que parla del fanatisme que pot ser religiós, polític, etc., o com es viu sota un règim de fanatisme...

Probablement sí que parlo d'un fanatisme, però no de religió. El meu pare era un home força fanàtic, però la meva teoria és que patia un trastorn mental que el va acabar portant al fanatisme. Per tant, insisteixo, no és un llibre sobre la religió, sinó de com una persona passa d'un món estret de mires, amb molt poques experiències i cap contacte amb altres punts de vista, i fa un pas cap a una obertura de mires més gran.

Què la va fer abandonar la muntanya i anar a la recerca de l'educació?

Jo no sabia què significava l'educació perquè no havia estat mai en una classe, però a mi m'agradava molt la música i la primera vegada que vaig sentir òpera vaig descobrir que hi havia coses que no podria aprendre mai a la muntanya. A partir d'aquí vaig començar a pensar que, ni que fos per la música, valia la pena deixar la muntanya. No crec que sigui una exageració dir que jo mateixa em vaig ensenyar àlgebra, i ho vaig fer per aprendre a cantar. És a dir, el meu amor per la música em va dur a aprendre d'altres.

Diu al llibre que l'educació podria arribar a afermar els nostres prejudicis. De quina manera es podria donar el cas?

Penso que cal buscar més enllà de les perspectives que, a priori, et posen davant del nas. Si només consumeixes d'una manera passiva tot allò que et donen o et diuen, estàs deixant que els altres decideixin per tu. Si vols decidir per tu mateix, t'has de convertir en una mena de comissari d'exposició, que recull i fa una tria. Descobrir el moviment de drets civils va suposar, per a mi, descobrir coses que no m'havien explicat mai a casa, que havien passat a altres ciutadans del meu país i em va suposar un impacte molt gran. Vaig descobrir una narrativa molt diferent de la que, d'una manera molt buscada, t'han volgut donar.

Vostè desconeixia què era l'Holocaust, la lluita pels drets civils, fins que no va arribar a la Universitat. Al llibre ho contraposa a les idees de la seva família, unes idees racistes i tradicionals que, com diu, eren fruit de l'interès que s'havia tingut per mantenir-los en la ignorància...

Les idees que tenim sobre el passat són sempre força incompletes en molts casos. I sovint oblidem fins a quin punt estem carregats de prejudicis. Penso que la meva família va participar en una història plena de prejudicis que havia ignorat en dolor de moltes persones. Va esdevenir, gràcies a aquesta seva ignorància, una mena de soldat ras d'aquesta història, perquè la ignorància fa que molta gent acabi donant suport a idees totalment rebutjables.

L'educació va canviar la seva visió del món?

L'educació et dona accés a punts de vista molt diferents i diversos. Quan jo era una nena només coneixia i tenia a l'abast la manera de pensar del meu pare, que m'havia imposat una certa manera d'entendre el món. En canvi, l'educació em va brindar l'oportunitat de triar el què pensar.

Vostè va passar de, pràcticament, no sortir del seu poble a viatjar per tot el món...

Em va donar l'espai per accedir a maneres de pensar diferents de les que la meva família m'havia ensenyat i, a partir d'aquí, em va permetre prendre decisions i tenir un pensament crític propi.

La seva infantesa està marcada per molta violència física: accidents, caigudes, cremades...

La meva criança i la dels meus germans va ser molt física. Teníem una granja, amb cavalls, un desballestador, i, per tant, tot era molt físic. El meu pare no tenia la capacitat racional de concebre el concepte de seguretat i per això vam patir tants accidents, tot i que no crec que hi hagués cap tipus de malícia o mala fe al darrere.

Vostè no manté contacte amb els seus pares i amb bona part dels seus germans. L'única manera de poder-los estimar i, fins i tot, arribar a perdonar-los ha estat distanciar-se'n i escriure aquest llibre?

Amb la meva família vam arribar a un punt en què el concepte de pau era sinònim de separació. I la millor manera de tenir cura de la meva família i continuar estimant-nos era deixar de formar part de la família. La solució o era seguir lluitant o barallant-nos, si no que com que els meus pares continuaven negant la violència del meu germà i no els podia canviar, jo havia d'acceptar-los com eren i ells havien d'acceptar com era jo. Per tant, per mantenir aquesta acceptació i mantenir l'estima era necessari que hi circulés l'aire.

La seva família ha llegit el llibre?

Els germans, tiets i cosins amb qui mantinc contacte l'han llegit. La resta de la família amb qui no mantinc contacte no ho sé.

Com seria el seu sistema educatiu ideal, si tingués poder per fer plantejar una reforma?

El reformador de l'educació del segle XIX John Dewey deia que l'educació havia de contenir dos elements: el personal, el que la mateixa persona s'aporta a si mateixa, i el social, és a dir, el que la societat li aporta. I entre aquests dos elements hi ha d'haver un equilibri. Crec que actualment aquest equilibri no existeix i el vessant social és molt més important que no pas la personal. Penso que les persones haurien de tenir molt més a les seves mans les regnes de la seva educació, perquè és una cosa que els pertany, que no pas una cosa que els passa.

Hi ha molta gent als Estats Units que viu com la seva família, aïllats de la societat?

Més del que es pensa!

I què ha suposat que l'expresident Barack Obama recomanés el seu llibre?

Que l'expresident Obama llegís el meu llibre va ser realment una sorpresa molt agradable, fins i tot intimidant, i li estic profundament agraïda. Quan vam parlar per telèfon em va dir que, per a ell, el llibre parlava de la ignorància i dels punts negres que tots tenim a la nostra realitat -és a dir, tots els aspectes que no sabem que no sabem- i com era d'important que tots confrontéssim la nostra pròpia ignorància per aprendre. Em vaig sentir molt agraïda que l'hagués entès tal com jo creia.

En aquest sentit, creu que l'actual president Donald Trump el llegirà?

No comments... Em sembla molt improbable.

 

dilluns, 14 d’abril del 2025

la família, una difícil elecció


LOURDES TOLEDO
La família, una difícil elecció: 'Una educació', de Tara Westover
La Veu
28|11|2020


Quan un pare et convida a seguir un camí i al mateix temps et posa totes les barreres físiques i les traves emocionals possibles perquè el seguisques, s'obre una ferida per a tota la vida. Tara Westover (Idaho, 1986) ha escrit sobre això en narrar una epopeia familiar que es llegeix com una novel·la. Els personatges són reals, si bé els noms són ficticis, els escenaris també són reals; la història, colpidora, un viatge esgarrifós en la memòria.

Una educació, el primer llibre de Westover, és la crònica d’una vida esquinçada i marcada per una decisió vital: l'elecció d'un camí capaç d'oferir la llibertat i de crear un abisme respecte als anys viscuts en el passat, la drecera de l’educació. A vegades no queda més remei que renunciar als orígens per salvar-se. I aquesta és la història que esgarrifosament hi explica Tara.

Educada en el si d'una família mormona a les muntanyes d'Idaho, Tara Westover va créixer en plena natura, entre la més increïble bellesa i la cruesa del món rural: el sol i el fred extrems, la solitud, l'aïllament i l’austeritat de la mà del fonamentalisme religiós que regia la vida del seus pares.

No hi havia escola per als Westover, estudiaven a casa, si és que estudiaven, atrafegats tothora en la granja. Alguns dels germans, entre ells Tara, ni tan sols estaven inscrits en el registre civil i, per tant, desconeixien la seua data de naixement. Tampoc acudien al metge quan emmalaltien –tot i els innombrables accidents domèstics i de carretera que patiren sobre el gel, amb la neu i la pluja. Fos com fos, els Westover no buscaven mai auxili: el pare ho prohibia i la mare obeïa. Potser per això no li va quedar més remei a aquesta mare que especialitzar-se en la medicina naturista.

Llevadora i remeiera de vocació, va acabar per proporcionar una fortuna inimaginable a la família, un benestar que, en canvi, no els va ajudar a eixir del constrenyiment emocional més profund en què sempre van viure, aquell "drama que es desenvolupava a la muntanya: ple de ferides, violència i les lleialtats volubles".

Quanta raó tenia Tolstoi quan escrivia a Anna Karenina: “Totes les famílies felices s'assemblen; cada família infeliç ho és a la seua manera". Hi ha novel·les que han deixat retrats magistrals de família: la mateixa Anna Karenina, Els Buddenbrook de Thomas Mann, Pastoral Americana de Philip Roth, o Lèxic familiar, de Natalia Ginzburg, entre altres. Relats al voltant de la força que ens empeny o ens enfonsa per sempre, la família. A aquesta llista hi afegiria jo ara la història dels Westover.

Una educació sorgeix de la necessitat de Tara –una volta instal·lada a Europa com a professora i doctora en Història– de no sucumbir ni a l'autoflagel·lació ni al sentiment de culpa. Construïda sobre les anotacions que l’autora va anar prenent en els seus diaris des de ben menuda, mentre escrivia la novel·la va haver de recórrer a l’ajuda dels records d’alguns dels seus germans i tietes amb els quals encara mantenia contacte. La separació respecte als seus pares i a altres dels seus germans era ja una realitat: "Ignoro si la separació és permanent, si algun dia trobaré la manera de tornar; en qualsevol cas, m'ha aportat tranquil·litat ".

La tranquil·litat que Tara mai va trobar ni de nena, ni d'adolescent, ni de jove. Des de ben petita va sentir una gran inquietud per aprendre i va fer l’intent –frustrat– d'anar a escola. Tanmateix, i malgrat la negativa dels seus pares a donar-li una educació, el seu desig no es va apagar, més aviat el contrari. Va aprendre a cantar i a actuar, va començar a llegir llibres i històries que la transportaven a altres realitats, encara que sempre havia de tornar a la seua, arrossegada pel pare i per un germà esquizofrènic que la maltractà tantes vegades sota la mirada còmplice i submisa de la mare i la indiferència del pare. El dolor més gran de Tara va ser reconèixer que la seua mare no va fer de mare i que el seu pare la va tiranitzar.

Per entendre una mica com es va enlairar i quin va ser l'impacte en aconseguir ingressar a la Universitat, diré simplement que, durant els seus primers mesos de classe, la jove Tara es va descobrir ignorant de les dues guerres mundials i de l'Holocaust jueu. A casa, la seua missió havia estat ajudar en el desballestament –la ferralla cobria la propietat dels Westover– i a la cuina, el seu lloc predestinat segons el pare, servir els seus germans grans i deixar de somiar amb altres horitzons.

Només hi hagué un terreny en què el pare es va estovar: la passió de Tara per cantar. La hi va recolzar i la va acompanyar, si bé, amb condicionaments durs. Finalment, i a mesura que Tara brillava a Cambridge i a Harvard –va accedir a la universitat als desset anys sense haver anat prèviament a l'escola– la bretxa entre ella i la seua família es va fer més i més profunda, fins que va arribar a ser una distància insalvable.

Podríem parlar d'una transformació, els seus pares la tractarien de traïció, però com ha escrit Tara Westover: "Jo en dic una educació".


divendres, 11 d’abril del 2025

fins a arribar a cambridge


ROBERT SALADRIGAS
Fins a arribar a Cambridge
Cultura|s
La Vanguardia

29|9|2018 


En una novel·la, o sigui, en una obra de ficció hi caben i són admeses tota mena de possibilitats. Pot ser excepcional, molt bona, bona, mediocre, però també convèncer el lector (si qui narra la història és més que solvent) que la terra és quadrada. Qui gosaria posar-ho en dubte?

Bé, doncs d'entrada em sorprenen alguns aspectes d'un llibre com Una educació, òpera prima i segons que sembla èxit internacional de la nord-americana Tara Westover (Idaho, 1986). A la portadella es fa constar una cosa que per descomptat no ha de passar inadvertida: Una educació és una obra de no-ficció; explícitament, un llibre de memòries. Tot seguit una nota de l'autora ens adverteix que la història que enfila no tracta sobre el mormonisme ni sobre cap altra creença religiosa: tan sols hi ha "tipus de persones: n'hi ha que creuen, n'hi ha que no; n'hi ha que són bones, n'hi ha que no". Així de senzill. Després arriba el pròleg, en primera persona, que ens situa davant un paisatge geogràfic concret i escenari de la memòria sentimental de la narradora, dotada d'un talent singular per transmetre emocions intenses sense fer-se aclaparadora; no debades Westover ha triat com un dels lemes del seu llibre aquest de Virginia Woolf que reprodueixo textualment: "El passat és preciós perquè no comprenem mai una emoció en el moment. S'expandeix més tard, i per això no tenim emocions completes sobre el present, només sobre el passat". De la mateixa certesa parteix Tara Westover i ha de compartir-la qui ara vulgui esprémer la substància del seu text.

De manera que recomano que llegeixin amb deteniment la introducció. Ens la fa arribar la veu d'una nena de set anys que, segons diu, s'està sobre el sostre d'un vagó vermell abandonat. La tranquil·la vall d'Idaho l'endevinem desolada, de vegades batuda per despietats torbs. Darrere de la noia un turó suau puja cap a la base de la muntanya. Si mira cap amunt, Tara escriu, "puc veure la forma fosca (tot i que bellíssima) de la Princesa Índia", el Buck's Peak, com l'anomena el seu pare, el patriarca del clan familiar —constituït per tres nois i dues noies— que es dedica a desballestaments i soldadures mentre la mare, al fogons, prepara galetes de farina i segó i de vegades substàncies homeopàtiques.

De sobte Tara ofereix la clau de l'escena i la justificació del relat autobiogràfic; n'hi ha prou amb una senzilla frase: "Avall, per la carretera, l'autobús escolar passa sense aturar-se (...). Entenc que aquest és el fet, més que cap altre, que fa que la meva família sigui diferent: no anem a l'escola". Aquí és necessària una aturada. El nucli central del llibre, ho creguin o no, és que Tara Westover, la nena que no assisteix a l'escola, membre d'una tribu salvatge de mormons, sense ni tan sols historial clinic, disposada a no existir per al govern federal fins als nou anys quan sigui inscrita al registre civil, es proposa ingressar a Cambridge —sense passar per cap escola— i, aconsellada pel seu director de tesi, "fer una cosa que ningú ha fet: analitzar el mormonisme no com un moviment religiós, sinó com un corrent intel·lectual". Déu-n'hi-do!

Admeto que el tema em meravella. És possible creuar la majestuosa portalada de pedra del Trinity College de Cambridge i aspirar a un doctorat tan sols amb la cobertura de certes beques (les Gates Cambridge similars a les Rhode de Oxford) que subvencionen matrícula, allotjament i manutenció? Ho ha de ser quan sabem per endavant que Una educació, mite sagrat de Tara Westover que un dia va prendre la ferma decisió de desenvolupar un nou jo mitjançant alguna cosa que, ens suggereix, podríem anomenar transformació, metamorfosi, falsedat, traïció i ella anomena educació, és un llibre de no-ficció i per tant hem d'acceptar que respon a una veritat experimentada per l'autora.

Des d'aquesta perspectiva d'evolució interior d'una ment fracturada, no és fàcil ponderar l'interès del relat que atrapa i no deixa anar. D'altra banda, la incursió paral·lela al món agrest, salvatge, despietat de la família Westover, d'una violència que queda gravada en les maneres amb què cadascun dels fils abandonen el niu familiar, gairebé tots són víctimes d'accidents brutals i les seves relacions amb esposes i amants van ser sempre d'una conflictivitat no sempre justificable. Tor el que explica Westover és en alguna mesura cert (genuïnament real)? I fins a quin punt els personatges reflecteixen les pulsacions íntimes d'un territori com el d'Idaho on, no ho oblidem, s'aixeca la bonica mola (sobretot sota les rigoroses neus hivernals) de la Princesa Índia? I com no hem de veure el turó revestit de blat cotoner amb els ulls encesos pel record de Tara Westover?

Perquè el que passa, segons el meu parer, és que en l'últim segment de la confessió sobre la seva metamorfosi educativa, Westover aconsegueix difondre d'una manera nítida l'esperit de la naturalesa exultant que la va forjar i de la qual semblava haver-se emancipat amb el seu accés a l'àmbit de la cultura universitària. És curiós que el canvi tan radical de vida que per a ella va suposar l'educació porti implícit la tornada als orígens més purs i el seu testimoni, en acostar-se el desenllaç (provisional, és clar, de la història), atorgui al llibre la seva autèntica vàlua i —almenys en el meu cas— deixi el lector amb ganes de saber-ne més i amb el convenciment que la narració, com la vida i la carrera de Tara Westover, no s'acaben aquí.


dimarts, 8 d’abril del 2025

l'educació de tara westover


L’educació de Tara Westover
Núvol
20|11|2018

Mai no va trepitjar una aula fins que va arribar a la universitat. Fins aleshores, desconeixia què va ser l’Holocaust, però en menys d’una dècada es va doctorar en Història. Tara Westover, filla d’una família de mormons fonamentalistes, va ser criada al marge de la societat, sense anar a l’escola, preparant-se per a la fi del món. Ara, Westover publica les memòries Una educació (Més Llibres) per explicar el difícil camí del seu aprenentatge i transmetre la importància de formar-se per “tenir l’oportunitat d’escollir què pensar”. “La ignorància és la culpable que molta gent doni suport a causes que no valen la pena”, sosté l’autora nord-americana.

Lluny de ser un llibre que parla del mormonisme, tal com recalca la mateixa Westover a l’inici de l’obra, Una educació reflexiona sobre “com una persona d’un món estret de mires fa un pas cap a una altra vida amb nous punts de vista”, en paraules de l’autora. “Jo no sabia què significava l’educació, però m’agradava molt la música, i va ser aquesta passió la que em va motivar a aprendre coses noves”, explica Westover.

Criada en un petit poble d’Idaho, l’escriptora recorda que la seva criança a la granja familiar va ser “molt física” i plena d’accidents perquè el seu pare “no tenia la capacitat racional per entendre el concepte de seguretat”. El futur que la família li reservava era exercir de llevadora, com la seva mare, i per això la seva formació es va limitar a aprendre botànica i primers auxilis.

Estudiant a les nits, i en un entorn de violència i abús físic i psicològic, Westover va ser admesa a la universitat, on va poder conèixer una gran varietat de nous punts de vista. “Quan era petita només tenia accés a la perspectiva del meu pare, que m’havia imposat el seu ideari”, rememora, afegint que “si només consumeixes d’una manera passiva tot allò que et diuen, estàs deixant que els altres decideixin per tu”.

En efecte, Westover afirma que per desfer-se dels prejudicis i decidir sobre el propi coneixement cal “assolir un rol actiu a l’hora de curar la informació que tens i que defineix què creus del món”. Aquest trencament entre els principis inculcats al seu passat i la visió nova que li va proporcionar l’educació va provocar, segons l’escriptora, “un impacte molt gran” en la seva manera de pensar.

En aquesta línia, l’autora assegura que aprendre sobre el moviment dels drets civils li va “obrir la porta a noves experiències” que no havia tingut l’oportunitat de descobrir amb les històries que li havien explicat a casa.

Per a Westover, el distanciament amb la seva família no el va provocar la religió, sinó el silenci dels seus pares respecte a la violència que sofria per part del seu germà: “He arribat a un punt amb ells on el trencament és un sinònim de pau”.

Fins que no va accedir a la universitat, Westover ignorava què va significar l’Holocaust. “Havíem oblidat aquest patiment, la meva família participàvem d’una història plena de prejudicis i dolorosa per a molta gent”, lamenta, concloent que “a vegades, ignorar aquests episodis fa que hi estiguis participant com si fossis un soldat de peu”.

Prendre les regnes de l’educació

Un dels referents de l’autora és John Dewey, un important reformador del segle passat que “explica que ha d’haver-hi una igualtat entre els dos elements essencials que ha de contenir l’educació: el personal, què aporta una persona a si mateixa, i el social, què li proporciona la societat”.

Per la seva part, Westover comenta que el sistema educatiu actual “no té aquest equilibri”, atès que la vessant social predomina sobre la personal. “Hauríem de prendre les regnes de l’educació i entendre que és una cosa que ens pertany, i no que simplement ens passa”, rebla.

Obama al telèfon

L’expresident dels Estats Units, Barack Obama, va afegir aquest agost l’obra de Westover a la seva llista de lectures estivals, considerant-la “unes memòries extraordinàries”. “Per sort, abans d’escriure el llibre no sabia que ell l’acabaria llegint”, apunta amb humor Westover, recordant que l’expresident li va trucar per explicar-li què li havia semblat. “Obama em va comentar que li havia semblat interessant que el llibre parlés dels punts negres que tots tenim a la nostra realitat; i li va semblar rellevant que fes èmfasi en la importància amb què tots confrontem la nostra ignorància”, rememora Westover.


dimarts, 1 d’abril del 2025

qui és tara westover?


LAURA SERRA
Qui és Tara Westover?
El 9nou
13|12|2019

Tara Westover va créixer en una família mormona extremista i survivalista d'Idaho. El pare empenyia els set fills a preparar-se davant la imminent fi del món i emmagatzemaven sota terra gasoil, conserves i armes. Vivien aïllats en una granja i se'n sortien gràcies a l'abocador de ferralla del pare i l'atenció (il·legal) com a llevadora de la mare. Els nens creixien sense partida de naixement, ni escolarització, ni una visita a l'hospital. Fins i tot davant d'accidents brutals com una abrasió de cara i mans, la mare feia potingues sanadores i llestos: tot està en mans de Déu. A més de tenir un pare dement i autoritari, un germà va sotmetre la Tara a violència durant tota la juventut. Quan ho va explicar a casa, la van contradir i amenaçar. Com algú pot sortir d'un pou tan profund i arribar a la universitat sense haver trepitjat mai un aula?
Tara Westover es va doctorar a Cambridge el 2014. El 2018 va escriure les seves memòries, l'esfereïdora Una educació, que ha sigut un èxit internacional. Té 33 anys i va ser escollida pel Time com una de les persones més influents del 2019.
Tota la seva vida és al·lucinant, fins al detall més trivial, com el fet que no podia beure coca-cola o dur faldilla per sobre genoll. Però el que més angoixa del llibre és observar com li va costar tallar la relació amb la família. Com, un cop ja s'havia allunyat d'aquell entorn delirant, tòxic i hostil, quan ja tenia amics, formació i vacunes, encara sentia la necessitat de tornar a casa, creure les paranoies del pare, perdonar el germà, entendre la mare i la connivència dels germans. En molts moments va estar temptada de desdir-se de la veritat per tornar a ser acceptada.
Abandonar la tribu és el pas més difícil i valent de donar. Implica quedar-se sol i a la intempèrie. Suposa renunciar al passat, renegar de qui eres, llançar-ho tot per la borda, també les coses positives. Per això la família és un dels espais on les mentides, les ofenses, les violències queden més impunes: la por a perdre la xarxa és paralitzant. Hi penso ara que ve Nadal, justament, i hi ha qui acceptarà entaular-se amb indesitjables.
Qui s'atreveix a revelar els secrets familiars n'és expulsat perquè és vist com dinamita pel clan. Però en realitat no hauria de ser així: només quan es verbalitza allò que no es pot dir, el que és tabú, es poden arribar a corregir conductes i errors, i això falca de veritat qualsevol unió. Cal valor, sí. Hi ha riscos. I a vegades és millor trencar-ho tot. Tara Westover potser és Satanàs per la seva família però és una heroïna als ulls del món.

No n'hi ha prou d'estimar-nos. Ens hem d'estimar bé.


La Westover de petita, gronxant-se a casa de l'àvia.