dissabte, 10 de maig del 2014

jo també t'estimo, cari





Scott: Estoy llevando a cabo una lucha completamente solitaria contra otros escritores que tienen talento, tienen dones. Tú eres una escritora de tercera categoría y una bailarina de tercera categoría.
Zelda: Eso ya me lo has dicho otras veces.
Scott: Yo soy un escritor profesional, con muchísimos lectores. Soy el cuentista mejor pagado del mundo. En varias ocasiones he dominado...
Zelda: En tal caso cuesta entender que ataques con tanta rabia a un talento de tercera.
Scott: Todo lo que tú y yo hemos hecho es mi...Yo soy el novelista profesional, y te estoy manteniendo. Todo esto es mi material. Nada de ello es tu material. (...)
Zelda: Te digo que mi vida ha sido tan desgraciada que prefiero estar en un psiquiátrico. ¿Esto significa algo para ti?
Scott: Nada de nada.
Zelda: ¿Qué es lo que quieres que haga?
Scott: Que dejes de escribir ficción.

[Fragmento de la transcripción de un diálogo entre Scott y Zelda Fitzgerald(1), en presencia del psiquiatra de esta, en el sanatorio Sheppard Pratt. Zelda había sido internada en la institución en 1930, y allí había escrito una novela, Save me the Waltz, que enfureció a Scott por estar basada en la vida de ambos]

Laura Freixas. «A la sombra (masculina) de los escritores». La Vanguardia. Cultura|s, núm. 620. 7|maig|2014.

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(1) A: Call me Zelda, d'Erika Robuck.


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