dimarts, 8 de novembre del 2022

valor


«¿Qué es lo que convierte a una obra literaria en buena, mala o regular? A lo largo de los siglos se han dado respuestas muy variadas a esta pregunta. La profundidad del conocimiento, la verosimilitud, la unidad formal, el atractivo universal, la complejidad moral, la inventiva verbal, la visión imaginativa: todos estos conceptos se han propuesto en un momento u otro como marcas de grandeza literaria, por no hablar ya de criterios más dudosos como dar voz al espíritu indómito de la nación o aumentar la tasa de producción del acero retratando a los obreros metalúrgicos como héroes épicos.

Para algunos críticos, la originalidad tiene mucho peso. Cuanto más rompa una obra con la tradición y la convención e inaugure algo verdaderamente nuevo, más probabilidades tiene de que le demos una buena valoración. Varios poetas y filósofos románticos mantuvieron este punto de vista. Sin embargo, si nos paramos a pensarlo un momento, seguro que nos surgirán dudas. No todo lo nuevo vale la pena. Las armas químicas son una invención reciente, pero no mucha gente se alegra de que existan por ese motivo. Tampoco es cierto que toda la tradición sea sosa y aburrida, no estamos hablando de directores de banco ataviados con cotas de malla y recreando la batalla de Hastings. Hay tradiciones honorables, como la de las sufragistas inglesas o el movimiento de derechos civiles estadounidense. Una herencia puede ser revolucionaria del mismo modo que puede resultar retrógrada. Tampoco las convenciones tienen que ser siempre rígidas y artificiales. La palabra «convención» sólo significa «compartir un parecer», y sin esa convergencia no podría existir ninguna sociedad, por no hablar ya de las obras de arte. Las personas hacen el amor de acuerdo con la convención. No tiene sentido rociarse con perfume y preparar una cena romántica si uno vive en una cultura en la que eso se considera el preludio típico de un secuestro...»


Terry Eagleton. Cómo leer literatura. Traducció de Albert Vitó i Godina. Península, 2016. P. 195.

 

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