Los grandes lectores, quizá con un poco de pedantería, echan de menos sus «primeras veces». Dicen «Ojalá pudiera experimentar el placer de leer por primera vez Madame Bovary». O Lolita. O El idiota. O Cien años de soledad. O La canción del verdugo. O Memorias póstumas de Brás Cubas. O Poeta en Nueva York. Cada quien se define con la selección de sus viajes iniciáticos y sus lecciones inaugurales. Los grandes lectores le dicen al lector joven «No sabes cuánto te envidio». Pero no hace falta tener veinte años para sorprenderse y sentirse trémulo como una hoja, porque esa sensación de descubrimiento, esa conciencia de vivir un instante que causa gozo y consigue que nuestra cabeza funcione a gran velocidad, puede producirse también en la edad madura...
Marta Sanz. «Mi primera vez con Kate Chopin». A: Enciclopedia secreta. Lecturas en el espejo feminista. Contraseña, 2022. P. 530.
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