CÉSAR PÉREZ GRACIA
La reina de la nocheHeraldo de Aragón14|6|2001
A: Críticas y reseñas de Ehrengard.Isak Dinesen (1885-1962) posee una bien ganada fama de reina de la narración. No diré reina de los cuentos, porque en español existe una connotación extraña entre cuento y embuste, que arruina de un plumazo el vocablo y su concepto. Pero no me quiero enrollar antes de tiempo. De algo tiene que servir pertenecer a un gremio que ejerce su oficio crítico con respiración asistida.Ehrengard, 1962, es un excepcional relato de Dinesen. A ver si consigo, por una vez y sin que sirva de precedente, analizar con el debido esmero una hermosa narración. En apenas ochenta páginas, se nos cuenta la historia de un niño aristocrático de nacimiento clandestino. La gracia de la fórmula que utiliza Madame Dinesen se basa en una rara habilidad para narrar en la cuerda floja. El personaje del pintor Herr Cazotte, pertenece al linaje de Thomas Mann bufo, es decir, de una comicidad cuyo registro tedesco no siempre hace gracia a todo el mundo. Dinesen se divierte enfocando la historia desde la retina zumbona del pintor tenorio, una especie de Alma-Tadema en el castillo de Rosenbad. Pero, claro, el arte de contar bien una historia ha de tener alguna carta oculta en la manga. En este caso, la perspectiva insólita o contrapunto narrativo surge con la presencia y figura de la hermética belleza de Ehrengard, una virgo luterana que pone a Herr Cazotte —bonito cruce onomástico— como a un sátiro en cuarentena. A partir del encontronazo la historia echa chispas. Isak Dinesen se limita a traducir esos chispazos en forma de frases de temblor y temperatura crecientes. Que no es flojo mérito.El colofón o campanazo final se logra justo en el último par de páginas. No seré tan cenutrio de desvelarlo, pero sí puedo extenderme un verano sobre lo que yo avizoro —que obviamente no puede ser mucho— en la cocina de ese climax final. Dinesen nos hace copartícipes del pulso mudo y visual entre sus dos personajes de cámara, la leal e insobornable Ehrengard y el casanovesco artista Herr Cazotte.La gran escritora danesa sabía que las palabras sobran cuando la emoción colma el vaso de la vida. En cuestión de sentimientos el silencio vale su peso en oro. Igual que en una buena película de Leo McCarey. Ya se sabe que lo mejor del cine hablado o sonoro sucede cuando se arcaiza en cine mudo. Pero me temo que soy un pésimo glosador del silencio.
divendres, 21 de febrer del 2025
la reina de la nit
Escrit per
matilde urbach
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isak dinesen
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