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divendres, 18 de juny del 2010

olga knipper




Ell era famós, molt famós; tenia 39 anys i estava malalt de tuberculosi. Ella, 28 anys, alumna predilecta de Némirovich-Dànchenko i l'actriu principal del Teatre Artístic de Moscou, dirigit per Stanislavski, el del mètode. Es van conèixer el 1898, als assaigs de La Gavina, i es van casar el 1901. Les obligacions professionals de l'actriu a Moscou i la malaltia de l'autor, ingressat en un sanatori a Yalta (Alemanya. Sic! llegiu els comentaris), els van mantenir allunyats llargues temporades. D'aquí ve la correspondència, un autèntic testimoni de primera mà dels darrers sis anys de la vida de l'escriptor. Entre moltes d'altres coses. Moltes.

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10 de septiembre (1899)
[Moscú]

Ayer hizo un año que nos conocimos, querido autor. ¿Se acuerda, usted, en el club, en un previo de La gaviota? Cómo me estremecí cuando escuché que “el autor” acudiría a la representación de esa tarde. ¿Lo comprende? Y ahora aquí estoy sentada y escribiendo a ese “el autor” sin el más mínimo miedo, incluso al contrario, sintiéndome bien. Hace un día magnífico hoy, cálido, despejado, si todo va bien iré a la ciudad, tomaré el aire, admiraré el clima otoñal y disfrutaré también del Bulevar Tverskoi de camino al teatro, que está precioso ahora. ¡Oh, pobre de mí, como una ciudadana más!
No hubo un segundo escrito para usted ayer, ¡y de veras que quería! Por la mañana ensayamos Tío Vania, a las cinco El terrible, y después directamente del teatro a la Escuela para un coloquio sobre Almas solitarias.
Vimos los actos tercero y cuarto de Vania hoy, y mañana hay una prueba de vestuario de El terrible, y después ya trabajaremos de arriba a abajo Tío Vania. Lilina será una excelente Sonya, pero cómo estaré yo en el papel de Elena, eso no lo sé. La comprendo perfectamente pero cómo interpretar su Dieu sait?
Savva Morozov es un asistente habitual del teatro, acude a los ensayos, se queda hasta última hora, agotador. Todos nosotros lo encontramos, por supuesto, muy agradable. Pienso que pronto será su debut aquí, pero no estoy segura. Tiene claro que yo no estoy capacitada para interpretar a Elena porque no tengo un marido repugnante y carezco por tanto de experiencia para esa escena. He decidido buscarme uno. ¿No irá a rechazarme la ayuda, querido escritor? Precisamente cuando es para el éxito de su obra, ¿verdad? ¡Si lo lograra, eso me convertiría en, simplemente, una artista colosal!
Gracias por su fotografía y por los caramelos. Y gracias por escribirme, esperaba tan impaciente una sola línea que pensé que ya no quería escribirme. ¿No cree que me estoy habituando a usted?
Escríbame todo, todo. Nadenka no sabe nada.
Me alegra que sus mujeres le estén dando de comer porque sé que el escritor no comía todos los días. ¿Debe hacerse duro ir y venir de la ciudad, verdad? Así que, hasta la próxima carta. ¿Ha empezado a trabajar ya?
Dele mis saludos a María Pavlona, a su madre, espero que pronto vaya todo bien.
Tomo su mano y le beso. No se agobie.

Olga Knipper


Antón Chéjov, Olga Knipper: correspondencia (1899-1904). Edició i traducció de Paul Viejo. Páginas de espuma, 2008. P. 38 i 39.