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dimecres, 18 de gener del 2012

bébert

Who's there, David?
(A manera de dedicatòria)

Céline i Bébert a Dinamarca.
Esta reseña debería versar sobre un gato, el más ilustre e irresistible de la historia de la literatura.
Bébert era un gato atigrado de Montparnasse, nacido probablemente en 1935. Encontró a su segundo amo en el París ocupado a finales de 1942. A Bébert —“la magia misma, el tacto por longitud de onda”, como lo describió su amo— se hizo necesario abandonarlo cuando el amo y la esposa, Lucette, se esfumaron en dirección a Alemania en la pavorosa primavera de 1944. Bébert no aceptó la separación. Fue transportado en el saco de viaje. El periplo los condujo por cráteres lunares de bombas, ferrocarriles destrozados y ciudades ardiendo como antorchas enloquecidas. Bajo los bombardeos, Bébert, medio muerto de hambre, se perdió, pero volvió a encontrar a su amo y a madame. El trío cruzó y volvió a cruzar el Reich en pleno hundimiento. En un último y desesperado empujón, llegaron a Copenhague. Cuando la policía danesa fue a detener a aquellos huéspedes inoportunos, Bébert se escabulló por un tejado. Luego de que lo atraparon, el legendario animal fue enjaulado en la perrera de una clínica veterinaria. Cuando su amo fue liberado de la cárcel y se recuperaba, Bébert tuvo que ser operado de un tumor canceroso. Pero el felino de Montmartre estaba de vuelta de todo. Resistió el trauma y tuvo una rápida recuperación, con la serenidad, más lenta y sabia, de los gatos que van envejeciendo; fiel, silencioso y enigmático.
Amnistiado, el patrón de Bébert tomó el camino de su casa a finales de junio de 1951. Cuatro gatos menores —Thomine, Poupine, Mouchette y Flúte— les acompañaron en el viaje. Con aspecto de esfinge desde hacía años, Bébert, que compartía tantos secretos, murió en un suburbio de París a finales de 1952.
[...] Es sobre Bébert sobre el que quiero escribir: Bébert, el archisuperviviente y la encarnación del ingenio francés. Pero tengo ante mí una voluminosa bibliografía de su desdichado dueño, de ese médico loco que, bajo el nombre de Céline (tomado de su abuela) produjo algunas de las narraciones y de las obras de "ficción real" más sensacionales no sólo de este siglo sino de la historia de la literatura occidental.
 Sería un placer informar sobre Bébert. Sobre Céline, no. 

George Steiner. "El hombre gato". A: George Steiner en The New Yorker. Siruela, 2009. P. 239-240.


Ce chat n'est pas Bébert, pour l'amour de dieu!