Fa cosa d'un parell de dies, en els comentaris de no sé quin apunt, el Doctor Vilardekyll i jo ens vam embolicar a parlar del temps i El brogit i la fúria, de la importància que ens semblava que tenia el tema (hi estàvem absolutament d'acord) i de com Faulkner va provar de plasmar-ho amb saltirons cronològics que riu-te'n del mareig del Dragon Khan i blablabla. El doctor va fer referència a la coberta de l'edició de Proa, on senyoreja un rellotge amb el vidre petat, i tots dos vam coincidir en l'encert de la tria.
"Em vaig adreçar cap a la calaixera i vaig prendre el rellotge, amb
l'esfera cap a terra, encara. Vaig copejar el vidre contra l'aresta de
l'angle de la calaixera i vaig recollir els fragments amb la mà i els
vaig posar dins el cendrer i vaig arrencar les busques i també les vaig
ficar dins el cendrer. El rellotge continuava funcionant. El vaig posar
cara enlaire, l'esfera nua i les rodetes fent tic-tac, tic-tac a dins,
sense poder fer cap altra cosa".
(Diu en Quentin al capítol segon)
Si haig de creure la informació de la guarda, on consta que la
responsable del disseny és una tal Susanna Ullibarri, resulta que no la
conec, però en estricta aplicació d'una estranyíssima teoria segons la
qual tots els éssers humans que habitem el planeta Terra estem
connectats per una cadena de, com a molt, cinc coneixences comunes, ara
va i me'n sobren quatre. I la cosa m'ha fet una gràcia de no dir.
Coincidències a banda, des de llavors no m'he pogut treure del cap un parell de textos.
Cada foll amb el seu brogit, per poc sentit que tingui.
Aquí
Se m'han tornat les coses
com encenalls cremats.
He deixat els meus passos
fora d'aquí:
sabates molt gastades.
No moure'm.
Passar molt de temps
aquí.
-Se m'ha tornat un corrent
silenciós, que no veig, el temps.
Joan Vinyoli. Ara que és tard.
***
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Instrucciones para dar cuerda al reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
Julio Cortázar
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo saben-, te regalan un nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te regalan la tendencia de comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Instrucciones para dar cuerda al reloj
Allá al fondo está la muerte, pero no tenga miedo. Sujete el reloj con una mano, tome con dos dedos la llave de la cuerda, remóntela suavemente. Ahora se abre otro plazo, los árboles despliegan sus hojas, las barcas corren regatas, el tiempo como un abanico se va llenando de sí mismo y de él brotan el aire, las brisas de la tierra, la sombra de una mujer, el perfume del pan.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
Julio Cortázar
Entre Vinyoli i Cortázar no sabria pas... tots dos han assenyalat un temps de la meva vida. Passats els anys, potser retornaria més aviat a Cortázar. Quin text tan bo!
ResponEliminaAi, sí, Lluís, queremos tanto a Julio...Dit en plural sembla que no se'm nota tant.
ResponEliminaHa, ha, Matilde, conec l'inspirador d'aquesta coberta.
ResponEliminaOita, la baula!!
ResponElimina:)