dimecres, 28 d’agost del 2013

saldos


Hace cerca de seiscientos años, en 1417, un humanista italiano emprendió un viaje para visitar conventos alemanes en busca de manuscritos antiguos. En uno de ellos descubrió el único ejemplar que había sobrevivido de una obra escrita en el siglo primero antes de Cristo, De rerum natura, un poema filosófico de Tito Lucrecio Caro que desarrollaba una visión materialista del mundo, destinada a liberar al hombre del temor a los dioses. Lo copió y regresó con él a Italia, donde la difusión de sus «peligrosas ideas» fue una de las fuentes del giro cultural del Renacimiento, que iba a dar lugar al cambio ideológico del que surgió el mundo moderno. Aquel libro ignorado, que pudo haberse perdido, ejerció una considerable influencia sobre una línea de pensadores que va de Giordano Bruno o Montaigne hasta Freud o Einstein. Stephen Greenblatt, que a su calidad de investigador une la de ser un gran escritor, nos ofrece un apasionante relato de esta aventura de las ideas.


Stephen Greenblatt. El Giro. De cómo un manuscrito olvidado contribuyó a crear el mundo moderno. Traducció de Juan Rabasseda i Teófilo de Lozoya. Crítica, 2012.

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Cuando todavía estaba estudiando en la universidad, solía ir al finalizar el curso a la Cooperativa de Yale a ver qué encontraba para leer durante el verano. El dinero que tenía a mi disposición era muy poco, pero la librería vendía cada año los libros que ya no quería a precios ridículamente bajos. Los volúmenes eran amontonados en cestas en las cuales podía hurgar sin pensar en nada en particular, esperando encontrar algo que me llamara la atención a primera vista. En una de mis incursiones, me sorprendió una portada en rústica particularmente extraña, un detalle de un cuadro del pintor surrealista Max Ernst. Bajo una luna creciente que iluminaba la tierra, podían apreciarse dos pares de piernas entrelazadas -no se veían los cuerpos- en lo que parecía una especie de coito celestial. El libro -una traducción en prosa al inglés de un poema de dos mil años de antigüedad, Sobre la naturaleza de las cosas (De rerum natura) de Lucrecio- estaba rebajado a diez centavos, así que lo compré, lo confieso, tanto por la portada como por su contenido, la explicación de lo que era el mundo material por un poeta clásico.
La física antigua no es un tema especialmente prometedor como lectura de vacaciones, pero en algún momento del verano cogí casi sin querer el libro y empecé a leerlo. 
[...] Cuando llegué al comienzo de una larga exposición de los primeros principios filosóficos, pensé que perdería el interés: nadie me había mandado leer el libro, mi único objetivo era el placer de la lectura y mis diez centavos estaban más que amortizados. Pero, para mi sorpresa, seguí encontrando el libro apasionante...
[Fragment del pròleg] 

Max Ernst. Of This Men Shall Know Nothing, 1923.

5 comentaris:

  1. No l'he llegit, encara. Però des de dilluns a la tarda (al taulell i en plena ressaca postvacacional) no faig res més que sentir a parlar d'aquest llibre. Primer, en Jordi Ararà que l'ha llegit per culpa d'en Mitchum d'Olost i me'l recomana vivament. L'endemà al matí, dimarts, és a dir, ahir, un amable senyor de cuyo nombre no puedo acordarme perquè no l'havia vist mai per la biblioteca va i, en comptes de demanar-me on és el lavabo, em pregunta si tenim De rerum natura de Lucreci, i jo que aprofito per alçar les celles fins al serrell en senyal d'admiració -la casualitat s'ho val- mentre li ensenyo l'exemplar de El giro que reposa a la meva esquerra des que el va tornar en Jordi Ararà, ahir a la tarda, que era dilluns. Llavors entren en escena en Lluís Anglada, que, casualment, també voltava per la biblioteca ahir al matí, que era dimarts, per dir Oh, De rerum natura, fantàstic! i en Josep Garcia, company de fatigues laborals, que no sé si ha llegit Lucreci però que s'ha empassat El giro, i afegia allò que se'n diu llenya al foc: l'has de llegir, que és molt distret. Total, que avui ja és dimecres.

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  2. Anoto Lucreci per la tardor.

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    1. Quina sort. No saps pas la fila que fa la meva pila de pendents, Allau. Em temo que Lucreci haurà d'esperar que m'arribi la jubilació, i això, tal com estan les coses, és com dir mai. Total, que, anant bé, em moriré sense haver llegit De rerum natura, porco governo!

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  3. a mi em va agradar molt i a rel d'ell vaig llegir Lucreci, on vaig trobar referències a vida extraterrestre...tujuro!!

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