dilluns, 12 de gener del 2015

l'episodi de la fira agrícola en la correspondència de flaubert


Del parell d'edicions de Madame Bovary que corren per casa, una és la versió castellana de la Consuelo Berges publicada per Alianza. Inclou un pròleg, a càrrec de Vargas Llosa, una Nota sobre esta edición de Madame Bovary, on la traductora parla de la seva feina, una cronologia i un apèndix final, Historia de Madame Bovary en la correspondencia de su autor, idea i realització de la Consuelo Berges, que va tenir la paciència de destriar, dels tretze volums de cartes que ha deixat Flaubert, les escrites al llarg dels quatre anys que va durar la gestació de la novel·la. El making of, ras i curt.
Per tal d'oferir-vos una petita mostra d'aquest interessantíssim com-s'ha fet, he seleccionat els fragments que corresponen a l'episodi de la fira agrícola, senzillament perquè és l'escena de la Bovary que més m'agrada. Mètode l'Oréal, porque yo lo valgo.

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A Louise Colet. Croisset, 15 julio 1853.
[...] Esta semana he estado muy en forma, he escrito ocho páginas y creo que todas están casi hechas. Esta noche acabo de esbozar toda mi gran escena de los «comicios» agrícolas; será enorme, tendrá muy bien treinta páginas. En el relato de esta fiesta rústico-municipal y entre sus detalles (donde todos los personajes secundarios del libro aparecen, hablan y actúan), tengo que continuar, y en el primer plano, el diálogo continuo de un caballero calentando a una dama. Además, tengo en medio el discurso solemne de un consejero de prefectura, y al final (ya todo terminado), un artículo de periódico escrito por mi boticario reseñando la fiesta en buen estilo filosófico, poético y progresista; ya ves que no es floja tarea. Estoy seguro del color y de muchos efectos, pero para que todo esto no resulte demasiado largo, es el demonio, y sin embargo son cosas que deben ser abundantes y densas. Una vez dado el paso, llegaré rápido a la acostada en el bosque en un tiempo de otoño (con los caballos al lado comiendo las hojas), y entonces creo que veré claro...
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A Louise Colet. Croisset, 7 septiembre 1853.
[...] He vuelto a la Bovary, desde el lunes cinco páginas casi hechas, casi es la palabra, hay que volver a ellas: ¡qué difícil es! Mucho me temo que mis comicios sean demasiado largos, es un pasaje peliagudo. Tengo en él a todos los personajes de mi libro en acción y en diálogo, mezclados unos con otros, y encima un gran paisaje que los envuelve; pero si me sale bien será muy sinfónico...
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A Louise Colet. Croisset, 23 septiembre 1853.
[...] Hoy he trabajado bien; de aquí a ocho días estaré en medio de mis comicios, que ahora empiezo a entender, tengo un revoltijo de animales y de personas mugiendo y parloteando, con mis enamorados encima, que creo que será bueno.
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A Louise Colet. Croisset, 30 septiembre 1853.
[...] Estoy aproximadamente en la mitad de los comicios (este mes he hecho quince páginas, pero no terminadas). ¿Es bueno o malo? No lo sé. ¡Qué difícil el diálogo cuando se quiere sobre todo que el diálogo tenga carácter! Pintar con el diálogo y que éste no resulte menos vivo, preciso y siempre distinguido sin dejar de ser hasta trivial es algo monstruoso y no sé de nadie que lo haya hecho en un libro. Hay que escribir los diálogos en el estilo de la comedia y las narraciones en el estilo de la epopeya.
Esta noche he vuelto a empezar con un nuevo plan mi maldita página de los farolillos, que he escrito ya cuatro veces, ¡es como para romperse la cabeza contra la pared!
Se trata de pintar (en una página) las gradaciones de entusiasmo de una multitud ante un buen hombre que está poniendo en la fachada de un ayuntamiento sucesivamente varios farolillos; es necesario que se vea a la multitud berrear de asombro y de alegría, y esto sin carga ni reflexiones del autor...
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A Louise Colet. Croisset, 7 octubre 1853.
[...] Llevo demasiadas noches acostándome tarde. Desde que volvimos de Trouville, pocas veces me he ido a la cama antes de las tres; es una barbaridad, se agota uno, pero ¡tengo tantas ganas de acabar esta novela! ¡Ah, qué desaliento a veces, qué roca de Sísifo que empujar es el estilo, y sobre todo la prosa! No se termina nunca. Sin embargo esta semana y sobre todo esta noche (a pesar de mis dolores físicos) he dado un gran paso. He trazado el plan del medio de los comicios (es un diálogo entre dos cortado por un discurso, palabras de la multitud y paisaje); pero ¿cuándo los terminaré? ¡Cómo me aburre esto, cuánto me gustaría despacharlo para ir a verte!
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A Louise Colet. Croisset, 12 octubre 1853.
[...] Estoy escribiendo desde las doce y media del día sin parar (salvo cinco minutos de vez en cuando para fumar una pipa, y una hora hace poco para cenar). Los «comicios» me aburren de tal modo que, hasta terminarlos, he dejado el griego y el latín, y desde hoy no hago más que eso; ¡está durando demasiado! [...]
Bouilhet dice que será la escena más bella del libro. De lo que estoy seguro es de que será nueva y de que la impresión es buena. Si alguna vez se han puesto en un libro los efectos de una sinfonía, será aquí. Es necesario que esto aúlle en conjunto, que se oigan mugidos de toros, suspiros de amor y frases de funcionarios; sobre todo esto hay ráfagas de viento que mueven los grandes gorros. [...] Llego a lo dramático sólo con el entrelazamiento del diálogo y los contrastes de caràcter. Ahora estoy metido de lleno en el asunto. Antes de ocho días habré pasado el nudo del que depende todo. Mi cerebro me parece pequeño para abarcar de una sola ojeada esta compleja situación. Escribo diez páginas a la vez saltando de una frase a otra.
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A Louise Colet. Croisset, 17-18 octubre 1853.
[...] En el punto en que estoy, este libro me tortura de tal modo (y si encontrara una palabra más fuerte la emplearía) que a veces estoy enfermo físicamente. Hace tres semanas que tengo mareos como para desmayarme; otras veces son opresiones, o bien ganas de vomitar en la mesa. Todo me da asco. Creo que hoy me habría ahorcado con delicia si no me lo impidiera el orgullo; la verdad es que a veces me dan ganas de enviarlo todo al diablo, y en primer lugar a la Bovary. ¡Cómo se me ocurriría la maldita idea de meterme en semejante tema! ¡Bien he conocido las angustias del arte!
Me doy quince días para terminar; si al cabo de ese tiempo no me ha venido nada bueno, dejo la novela indefinidamente y hasta que vuelva a sentir la necesidad de escribir.
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A Louise Colet. Croisset, 25 de octubre 1853.
[...] La Bovary vuelve a caminar. A Bouilhet le satisfizo el domingo, pero era tal su estado de ánimo y estaba tan predispuesto a la ternura (aunque no para conmigo), que quizá la juzgó demasiado bien. Espero a otra lectura para convencerme de que voy por buen camino. De todos modos no debo de estar lejos; esos comicios me llevarán todavía seis buenas semanas (un mes largo después de volver de París); pero ya casi no me quedan más que dificultades de ejecución, después habrá que volver a escribirlo todo, pues falla un poco como estilo. Habrá que volver a escribir algunos pasajes y desescribir otros; ¡de modo que habré tardado desde el mes de julio hasta finales de noviembre en escribir una escena! ¡Y si al menos me divirtiera! Pero este libro, por muy logrado que pueda estar, no me gustará nunca; ahora que lo veo bien en conjunto me repugna. Qué le vamos a hacer, habrá sido una buena escuela.
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A Louise Colet. Croisset, 10 diciembre (?) 1853.
[...] Espero adelantar de firme la Bovary de aquí a que tú llegues. Si no está hecha mi escena de amor, lo estará en las tres cuartas partes. ¿Sabes cuántas páginas tienen los comicios (ya copiados)? Veintitrés. ¡Y estoy en ello desde principios de septiembre!
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A Louis Bouilhet. Croisset, ¿19 marzo 1854?
[...] Acuérdate de mis desgraciados «comicios», que me han llevado tres meses: ¡veinticinco  páginas! ¡Y cuántas correcciones, cuántos cambios!




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