diumenge, 3 de desembre del 2017

experiència i ficció


Ser escritor de ficción es de lo más agradable por varias razones; una de las más destacadas, por supuesto, es que puedes persuadir a la gente de que se trata de un trabajo de verdad, si tienes un aspecto lo bastante demacrado. Pero quizá una de las cosas más prácticas de ser escritor de ficción es que no se desaprovecha nada; cualquier experiencia sirve para algo; tiendes a verlo todo como una estructura potencial de palabras. Esto me lo hizo comprender de pronto una de mis hijas cuando, hace poco, vino a la cocina, donde yo estaba intentando abrir la puerta de nuestra viejísima nevera. Siempre que había humedad, se quedaba atascada, y uno de los placeres de un día frío de lluvia era abrir la nevera. Mi hija me estuvo observando mientras yo luchaba con ella y al cabo de un momento me dijo que era ridículo aporrear así la puerta de la nevera; ¿por qué no usar la magia para abrirla? Me quedé pensando en eso. Me serví otra taza de café, encendí un cigarrillo, me senté un rato y reflexioné sobre ello; y un poco después decidí que tenía razón. Dejé la nevera donde estaba y me dirigí a mi máquina de escribir y escribí una historia sobre la imposibilidad de abrir la puerta de la nevera y la capacidad de los niños para abrirla con magia. Cuando una revista compró la historia, yo me hice con una nevera nueva.

Shirley Jackson. «Experiencia y ficción». A: Cuentos escogidos. Traducció de Paula Kuffer. Minúscula, 2015. P. 103.


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