dilluns, 26 d’abril del 2010

yours for the revolution




Carta de Trostski a Joan London, la filla gran de Jack London i Bess Maddern, la seva primera dona.

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Coyoacán, 16 de octubre de 1937

Querida camarada:

Experimento cierta confusión al confesarle que sólo estos últimos días, es decir, con un retraso de treinta años, he leído por primera vez El talón de hierro, de Jack London. Este libro me ha producido -lo digo sin exageración- una viva impresión. No por sus estrictas cualidades artísticas: la forma de la novela no hace aquí más que servir de cuadro al análisis y la previsión sociales. Voluntariamente, el autor es muy parco en el uso de los medios artísticos. Lo que le interesa no es el destino individual de sus héroes, sino el destino del género humano. Sin embargo, no quiero con esto disminuir en nada el valor artístico de la obra, y principalmente de sus últimos capítulos a partir de la Comuna de Chicago. Lo esencial no es eso. El libro me ha impresionado por el atrevimiento y la independencia de sus previsiones en el terreno de la historia.
[...]
Jack London ha sabido traducir, como verdadero creador, el impulso dado por la primera revolución rusa, y también ha sabido repensar en su totalidad el destino de la sociedad capitalista a la luz de esta revolución. Se ha asomado más particularmente a los problemas que el socialismo oficial de hoy considera como definitivamente enterrados: el crecimiento de la riqueza y de la potencia de uno de los polos de la sociedad, de la miseria y de los sufrimientos en el otro polo. La acumulación del odio social el ascenso irreversible de cataclismos sangrientos, todas estas cuestiones las ha sentido Jack London con una intrepidez que incesantemente nos obliga a preguntarnos con asombro: pero ¿cuándo fueron escritas estas líneas? ¿Fue acaso antes de la guerra?
Hay que destacar muy particularmente el papel que Jack London atribuye en la evolución próxima de la humanidad a la burocracia va la aristocracia obreras. Gracias a su apoyo la plutocracia americana logrará aplastar el levantamiento de los obreros y mantener su dictadura de hierro en los tres siglos venideros. No vamos a discutir con el poeta sobre un plazo que no puede dejar de parecernos extraordinariamente largo. Aquí lo importante no es el pesimismo de Jack London, sino su tendencia apasionada a espabilar a quienes se dejan adormecer por la rutina, a obligarlos a abrir los ojos, a ver lo que es y lo que está en proceso. El artista utiliza hábilmente los procedimientos de la hipérbole. Lleva a su límite extremo las tendencias internas del capitalismo al avasallamiento, a la crueldad, a la ferocidad ya la perfidia. Maneja los siglos para medir mejor la voluntad tiránica de los explotadores y el papel traidor de la burocracia obrera. Sus hipérboles más románticas son, en fin de cuentas, infinitamente más justas que los cálculos de contabilidad de los políticos llamados «realistas».
No es difícil imaginar la incredulidad condescendiente con la que el pensamiento socialista oficial de entonces acogió las previsiones terribles de Jack London. Si nos tomamos el trabajo de examinar las críticas de El talón de hierro que se publicaron entonces en los periódicos alemanes Neue Zeit y Worwarts, en los austriacos Kampf y Arbeiter Zeitung, no será difícil convencerse de que el «romántico» de treinta años veía incomparablemente más lejos que todos los dirigentes socialdemócratas reunidos de aquella época. Además, Jack London no sólo resiste, en este dominio, la comparación con los reformistas y los centristas. Se puede afirmar con certeza que, en 1907 no había un marxista revolucionario, sin exceptuar a Lenin y a Rosa Luxemburgo, que se representara con tal plenitud la perspectiva funesta de la unión entre el capital financiero y la aristocracia obrera. Esto basta para definir el valor específico de la novela.
[...]Cualesquiera que sean "las faltas" de detalle de la novela -y las hay- no podemos dejar de inclinarnos ante la intuición poderosa del artista revolucionario.

Escribo precipitadamente estas líneas. Mucho temo que las circunstancias no me permitan completar mi apreciación de Jack London. Me esforzaré más tarde por leer las otras obras que usted me ha enviado, y en decirle lo que pienso de ellas. Puede hacer de mis cartas el uso que usted misma juzgue necesario. Le deseo éxito en el trabajo que ha emprendido sobre la biografía del gran hombre que fue su padre.

Con mis saludos cordiales.

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P.S.: · Yours for the revolution, era la fòrmula de comiat que utilitzava sovint Jack London en les seves cartes.

· Si voleu llegir la carta sencera, l'he treta de la Fundación Andreu Nin.

6 comentaris:

  1. Me'n vaig de dret a la Fundació Andreu Nin, perquè acabo de descobrir una connexió molt i molt interessant. Gràcies. Allò que cada dia s'aprèn alguna cosa nova avui ho he fet de bon matí, i ara ja tinc la resta del dia alliberada de l'obligació...

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  2. Ai, no sé com (sí que ho sé, per culpa d'aquesta retòrica marxista), he anat a parar a una peli de Lubitsch, Ninotchka. Camarrrrrada. Ningú em fa riure com Lubitsch.

    Mitch, ara ens aniria molt bé un post sobre London i el socialisme, no?

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  3. Lluís, no cal que et digui que friso per tenir notícia d'aquest descobriment. Sort en tenim de l'embolica que fa fort, oi?

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  4. Dr. Vilardekyll26/4/10 18:18

    Casualment, el dia de sant Jordi vaig llegir aquest mateix escrit al pròleg d'uns "Textos anticapitalistas" de Jack London.
    De tota manera, sobre la ideologia política i el socialisme - utòpic o marxista, segons qui ho digui - de London, vull fer una pregunta a n'en Pasqual o algú altre que conegui bé la seva biografia : segons un documental sobre l'autor d'"Ullal blanc", que va emetre Canal 33 fa uns mesos, és cert que el seu pensament polític derivà cap a una mena d'ultra americanisme, individualisme feixistoide i de súper home nieztscheà molt "sui generis" ?

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  5. Jo no conec bé la seva biografia, Doctor, però a casa en tinc una on justament hi ha un capítol que parla d'això que dius del documental del 33. De la lectura que va fer London de Nietzsche, com va arribar a afirmar que els únics súper homes eren els anglosaxons, els quals estan cridats a determinar el destí de la humanitat, i coses així.
    Això ho va escriure. És un assaig titulat The Salt of the Earth, publicat l'any 1902.
    Demà en Mitchum ens parlarà de la ideologia política de London, així que callo.
    Si vols (i vens a la trobada) et passo la biografia en qüestió: Jack London: un soñador americano, Alex Kershaw.

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  6. Ara que hi penso. El dia de santjordi llegies els textos anticapitalistes de London? Casualment? Tens cada cosa...

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