divendres, 3 de desembre del 2010

passejades amb robert walser

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26 de julio de 1936

Nuestras relaciones las iniciaron unas pocas y sobrias cartas: preguntas y respuestas breves y concisas. Yo sabía que Robert Walser había ingresado en 1929, en calidad de enfermo mental, en el sanatorio bernés de Waldau, y que desde junio de 1933 era paciente del sanatorio y hogar cantonal de Appenzell-Ausserhoden, en Herisau. Sentía la necesidad de hacer algo por la publicación de sus obras y por él mismo. Entre todos los escritores contemporáneos de Suiza, me parecía el personaje más peculiar. Se mostró de acuerdo en que le visitara, así que ese domingo viajé, temprano, de Zúrich a St. Gallen, callejeé por la ciudad y escuché en la colegiata el sermón dedicado  al "despilfarro del talento". En Herisau tocaban las campanas cuando llegué. Me hice anunciar al médico jefe del sanatorio, Dr. Otto Hinrichsen, quien me dio permiso para ir a pasear con Robert.
El escritor, de cincuenta y ocho años, acudió acompañado del portero de una casa vecina. Me sorprendió su aspecto. Un rostro redondo de niño como alcanzado por un rayo, con un soplo de rojo en las mejillas, ojos azules y un corto bigote dorado. El cabello ya gris en las sienes. El cuello deshilachado y la corbata un tanto torcida; los dientes, no en las mejores condiciones. Cuando el Dr. Hinrichsen fue a abrochar el botón superior del chaleco de Robert, él lo rechazó: "¡No, tiene que estar abierto!". Hablaba en el melodioso alemán de Berna, el que había hablado en Biel durante su juventud. Tras una despedida del médico bastante abrupta, tomamos el camino hacia la estación de Herisau y hacia St. Gallen. Era un caluroso día de verano. Mientras paseábamos nos encontramos con muchos feligreses que nos saludaban amablemente camino de la iglesia. Lisa, la hermana mayor de Robert, me había advertido que su hermano era inusualmente desconfiado. ¿Qué debía hacer? Yo callaba. Él callaba. El silencio fue la estrecha senda por la que fuimos al encuentro el uno del otro. Con la cabeza hirviendo al sol recorrimos el paisaje, un paisaje ondulado de prados y bosque, en absoluto telúrico. A veces, Robert se detenía para encender un cigarrillo Maryland y olfatearlo.
Comida en Löchlibad. Primer deshielo, entre un vino de Berneck rojo sangre y cerveza. Robert cuenta que en Zúrich, a finales de siglo, trabajó en el Schweizerische Kreditanstalt y en el Kantonalbank. Pero sólo unos meses, hasta volver a liberarse para escribir. No se podía servir a dos señores. De entonces procedía su primer libro, Los cuadernos de Fritz Kocher, que la editorial Insel había publicado en 1904, con once dibujos de su hermano Karl. Jamás había visto los honorarios de ese trabajo, y como se quedó en las librerías, lo habían saldado bastante pronto. El mantenerse al margen de los círculos literarios le había causado graves perjuicios financieros, pero el divismo en boga en tantos lugares sencillamente le asqueaba. No hacía sino degradar al escritor a la condición de limpiabotas. Sí, él sentía que su momento había pasado. Pero era algo que le dejaba frío. Cuando se va camino de los sesenta, hay que saber pensar en otra forma de vida. Había escrito sus libros de la misma manera que un campesino siembra, siega, injerta, alimenta el ganado y abona. Por sentido del deber, y por tener algo que comer. "Para mí era un trabajo como otro cualquiera".
La época más productiva de su vida de escritor habían sido los siete años de Berlín y los siete siguientes en Biel. Allí nadie le había presionado y nadie le había controlado. Todo había crecido con tanta calma como la manzana en el manzano. [...]
En medio de estas conversaciones intercalaba observaciones admirativas sobre El idiota de Dostoievski, Vida de un vagabundo aventurero de Eichendorff y la lírica osada y varonil de Gottfried Keller. Rilke en cambio era para la mesita de noche de las solteronas...

Carl Seelig. Paseos con Robert Walser. Siruela, 2000.

10 comentaris:

  1. Veí de les Corts3/12/10 10:24

    De Walser sí que hi ha fil per estirar i remenar tots cabdells de Penélope sense trobar-ne el cap! Aquest llibre fa mil anys que el tinc pendent!

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  2. Doncs que et semblaria, Veí, pillar-te un exemplar i acompanyar-nos?

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  3. Això del Rilke si que és començar amb mal peu. Solterona ho serà ta tia! Vamos!
    Seguiré atent a la nova mesada, segur que se n'acabarà desdient.

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  4. Jo, Matilde, com el Veí: aquest llibre sempre l'he volgut llegir, i encara no he tingut ocassió. Tu ja ho has fet? El meu problema és que Robert Walser m'interessa com a personatge, però com a escriptor, el poc que n'he llegit no m'ha agradat gaire. Els meus problemes amb els centreeuropeus...

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  5. No, Girbén, no, no se'n desdiu en absolut. Era tot un personatge. Fins i tot menysté Kafka. Tujuru.

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  6. Jo m'estreno ara, amb en Walser. Em va arribar primer el personatge, via Vila-Matas. Compagino en Jakob amb els microgrames, tres volums editats per Siruela, titulats Escrito a lápiz. Va, Espai, anima't tu també, i pilla un exemplar. De moment em sona conegut. Put una mica a Kafka...

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  7. De part d'en Joan Perucho, m'acaba de dir que li doni la benvinguda al Walser. Aquesta successió és per a degustadors de nivell dos, pura teoria dels contrastos. Com passar de la crema al cruixent.

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  8. MU, t'has pillat als Germans Tanner? M'encantà "quan m'agradava Walser". Ara no sé si m'agrada. Jo em vaig estrenar per la Rosa Montero, ahí voràs, que va traure un llibre que es deia La loca de la casa i parlava de molts escriptors i parlava del Walser i dic hi haurà que llegir-lo i quan vaig pillar els Germans Tanner com el protagonisto era un golfo que te cagues i jo aspirava a portar una vida sense pegar brot, em va agradar molt. Com ara sóc addicta al treball i pense que el treball dignifica i tot això, igual ja no em pararia bé llegir-lo...

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  9. miquel hyde4/12/10 22:01

    robert walser em sembla un d`aquells escriptors que un dia uns editors espavilats s'adonen que ja han caducat els drets d'autor i el reediten com si fos la repera,buscant-li un aval indiscutible - en aquest cas suposada influencia en kafka - i fent que quatre patums de tercera categoria vagin pregonant que es un autor bo....i tots picant l'ham ! vinga home !! sort que el desembre passa volant... millor redescobrim ungar, un altre contemporani de l'epoca, amb mes mala llet i molt mes bon escriptor

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  10. No us havia dit res perquè no hi era, consti.

    Sí, Lluís, sí, el mort encara és calent i nosaltres "al bollo".

    Pos jo, comtessa, no havia llegit mai re de l'home aquest, però això no em priva que se m'afiguri com un parent llunyà, un tiet d'Amèrica, posem per cas. Sé, fins i tot, quina marca de tabac fumava, però no li havia llegit ni una línia. I miri, em fa que tinc el cos més per a llegir "Mujercitas" de la L.M. Alcott, que no pas Jakob von Gunten.

    Hyde, sort que el desembre passa volant: Walser + el Nadal són una combinació perfectament letal!!
    Quin "Ungar"?, que ho he demanat a l'oracle Google i m'ha sortit un jugador de pòquer..

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