dilluns, 5 de novembre del 2012

metaviatgers


Por un lado, las manifestaciones más interesantes de narrativas del viaje en nuestra época se dan desde una conciencia de que el viajero no descubre un lugar, no ya para el mundo, sino ni siquiera para sí mismo. El metaviajero de nuestra posmodernidad última no va, regresa (así hay que entender los libros del cambio de siglo de W.G. Sebald, Juan Goytisolo o Cees Nooteboom), o cuando va por primera vez, es tal  la información previa acumulada, que hay en su experiencia menos conocimiento que reconocimiento (los reportajes de Martín Caparrós o de David Foster Wallace, por ejemplo). El viaje se da en paralelo al de los viajeros precedentes, como ha ocurrido siempre; pero por vez primera el marco semiótico está sobresaturado de textos y de lenguajes, de modo que la distancia irónica, tanto respecto a los precursores como a la misma posibilidad de entender la realidad que se visita, se convierte en una premisa inevitable de la inteligencia en movimiento.
Los filtros se problematizan. Se explicitan el testimonio, la lectura, el intérprete, la lengua franca (el inglés, por lo general) o los factores del contexto. En el fondo, como horizonte de todo el arte de viaje de nuestra época, se muestra de un modo u otro la dificultad añadida por la globalización.
Por el otro lado, la experimentación con lo real ha encontrado en los desplazamientos un campo de prácticas inagotable. Si en literatura aún existe una hegemonía del relato tal como lo practicó Bruce Chatwin (es decir, enunciado por un yo más o menos romántico, que respeta las unidades de espacio y de tiempo e hilvana experiencias personales y digresiones históricas), en otras formas artísticas, en cambio, los experimentos con argumentos que, surgidos de la realidad, se relacionan con el desplazamiento, rehuyen las unidades aristotélicas y multiplican su capacidad de sorprender y de comunicar fuera de patrones preestablecidos. Monólogos teatrales interpretados por inmigrantes reales, cómic-documental en primera persona, (video) instalaciones que fragmentan la experiencia de la vuelta al mundo de un “travel artist”, youtube y blogs que se llenan de auto-documentales que buscan formas no trilladas de narrar el movimiento.
Jorge Carrión. «Del viaje: penúltimas tendencias». Al dossier «Metaviajeros»; Quimera, (Núm.  284/5, juliol-agost 2007). P. 33.

2 comentaris:

  1. Mal aniràs si, quan t'has envolat a Mèxic traginant la ultra-clàssica "Audubon western bird guide", encara vols mantenir la pretensió d'arribar-hi com un descobridor. Hem, pràcticament, exhaurit el món i, com a molt, ens queda la possibilitat de regirar-ne alguns recolzes menystinguts.

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    1. Com que es tractava d'anar a fer un volt per Suffolk (per cert, vaig tornar ahir, ergo ja m'he cruspit Los anillos...), doncs res, ja em coneixes, que jo no surto de casa sense omplir el sarronet amb una pastilla de sabó Lagarto, em vaig calçar les xiruques i au, som-hi. No calien, penso ara, que aquí els recolzes que es regiren són com les professons: van per dins.

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