dilluns, 18 de març del 2013

pares i fills

[...] en el libro hay un par de momentos en los que se dan tal vez demasiadas explicaciones: cuando el hijo de Emilio dice de buenas a primeras que no va a visitar mucho a su padre o cuando el doctor explica a Emilio su enfermedad.
En el primer caso, tal vez debía haber sido algo más sutil. Se trataba de dejar claro que iba a engañar a su padre, pero quizá no tenía  por qué haber sido tan brusco. En el segundo, en cambio, me preocupé de saber si un doctor daría tantas explicaciones y los hay que creen que hay que explicar al paciente todo, sin secretos.

Volviendo al tema de los hijos, intenté no cuestionar si éstos hacían bien o no dejando a su padre en una residencia. No quería que la historia fuese un panfleto, sino reflejar la realidad de las residencias. El modelo de residencia actual no es el más apropiado para la sociedad en la que vivimos, y menos aún para la venidera. Son más adecuados los centros de día, integrados en la ciudad. No se les desarraiga de su casa ni de su entorno y tienen un cuidado adecuado. Evidentemente eso no sirve para los ancianos más deteriorados. No cuestiono la necesidad de las residencias, sino su adecuación a cada tipo de anciano. Por ejemplo, una residencia en las afueras de la ciudad, con piscina y unos jardines preciosos puede resultar bonito para los familiares, pero dificulta que los ancianos reciban visitas y no siempre son infraestructuras que responden a sus necesidades reales.
Koldo Azpitarte. Senderos. Una retrospectiva de la obra de Paco Roca. Laukatu, 2009. P. 162-163.


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