dilluns, 1 de maig del 2017

53 dies


Lecturas que dejan un rastro para siempre. 53 días, por ejemplo, la novela inacabada de Georges Perec. De hecho, creo que ha venido ejerciendo sigilosamente su influencia en este diario de aprendizaje. Bueno, no es que lo crea, es que ahora estoy seguro de que ha venido influyendo en mi diario, aunque no me he acordado de ella hasta hoy. Me fascina el título del libro de Perec, una referencia directa al número de días que empleó Stendhal para dictar su obra maestra, La cartuja de Parma.
Perec no pudo terminar su libro, murió mientras lo escribía. Pero quizás esto habría que matizarlo. Desde que hace un año leyera 53 días trato de explicarme el extraño hecho de que el manuscrito, que fue a parar a sus amigos oulipianos Harry Mathews y Jacques Roubaud, fuese hallado prácticamente dispuesto para ser editado. ¿Cómo se explica esto? El manuscrito disponía de una primera y segunda partes perfectamente delimitadas: la segunda estudiaba nuevas posibilidades que tenía la historia policiaca que se narraba en la primera, y hasta la modificaba. Estas dos partes iban seguidas de unas curiosas anotaciones tituladas Notas que remiten a las páginas redactadas, que, aparte de dar un nuevo giro a la vuelta de tuerca que ya había dado la segunda parte a la primera, parecían delatar lo siguiente: no era que la novela de Perec se hubiera visto interrumpida por la muerte y, por lo tanto, se encontrara inacabada, sino que la novela había sido terminada hacía tiempo, pero necesitaba de un contratiempo tan serio como la muerte —que había incorporado Perec ya al propio texto— para quedar completada, aunque a primera vista pudiera parecer interrumpida e incompleta.
Una novela por tanto perfectamente planificada y «terminada», en la que Perec había calculado todo, incluida la interrupción final.
Cada vez que hojeo de nuevo 53 días, quiero creer que Perec la escribió en realidad para reírse de la muerte. ¿O no es reírse de la arrogante Muerte ocultarle que el autor ha jugado con ella haciéndole creer a esa pobre vanidosa que ha sido su ridícula guadaña la que ha interrumpido 53 días?

Enrique Vila-Matas. Mac y su contratiempo. Seix Barral, 2017. P. 246-247.


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada