Un editor francés, comprobando que ha decaído la venta de los clásicos, decide lanzar una nueva colección, pero en la cual los prólogos no serán encomendados a eruditos des-conocidos, sino a estrellas de la actualidad.
Así Brigitte Bardot hará el prefacio de Baudelaire, el ciclista Raymond Poulidor el de Proust y el actor Jean-Paul Belmondo, que antes fue boxeador, el de Rimbaud. Belmondo empieza su preámbulo con estas palabras: «Cada vez que leo un poema de Rimbaud siento como un puñetazo en la quijada.» Venta asegurada.
Julio Ramón Ribeyro. Prosas apátridas (completas). Seix Barral, 2007. P. 37.
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