dissabte, 22 de gener del 2022

el judici de nabokov (i III)

 

¿Logró Dostoyevski hacer verosímil todo esto? Lo dudo. Tenemos, en primer lugar, que Raskólnikov es un neurótico, y el efecto que cualquier filosofía pueda producir en un neurótico no contribuye a desacreditar a esa filosofía. Mejor habría servido Dostoyevski a su propósito si hubiera podido hacer de Raskólnikov un muchacho recio, serio, equilibrado, en quien una aceptación demasiado ingenua de las ideas materialistas conduce al extravío y finalmente a la perdición. Desde luego, el propio Dostoyevski se daba perfecta cuenta de que tal cosa no podía dar resultado; incluso admitiendo que ese tipo de muchacho robusto aceptara las ideas absurdas que trastornan la cabeza del neurótico Raskólnikov, una naturaleza sana inevitablemente habría retrocedido ante la idea de perpetrar un crimen premeditado. Porque no es casual que todos los héroes criminales de Dostoyevski (Smerdiákov en Los hermanos Karamázov, Fedka en Los demonios, Rogochin en El idiota) estén un poco trastornados.

Sintiendo lo débil de su posición, Dostoyevski pone en juego todo posible incentivo humano para empujar a su Raskólnikov hasta el precipicio de esa tentación al asesinato que hemos de presumir se abrió ante él por efecto de las filosofías alemanas que había asimilado. La terrible pobreza, no sólo suya, sino de sus amadísimas madre y hermana, el inminente sacrificio de su hermana, la absoluta degradación moral de la víctima escogida: esta profusión de causas accidentales demuestra cuán difícil le parecía al propio Dostoyevski probar su tesis. Kropotkin comenta, muy acertadamente: «Detrás de Raskólnikov se siente a Dostoyevski tratando de dilucidar si él mismo, o un hombre como él, podría haberse visto arrastrado a realizar personalmente el acto como Raskólnikov...Pero los escritores no asesinan».

Tambiés suscribo totalmente la afirmación de Kropotkin de que «...hombres como el comisario inspector y Svidrigáilov, la encarnación del mal, son una pura invención romántica». Yo iría más lejos y añadiría a Sonia a esa lista. Sonia es una buena descendiente de aquellas heroínas románticas que, sin culpa de su parte, se veían arrojadas a una vida fuera de los límites establecidos por la sociedad y obligadas por esa misma sociedad a cargar con todo el peso de la vergüenza y del sufrimiento que esa clase de vida llevaba aparejado. Estas heroínas no se extinguieron nunca en la literatura mundial desde que el buen abate Prévost presentara a sus lectores la mucho mejor escrita y por lo tanto mucho más conmovedora Manon Lescaut (1731). En Dostoyevski el tema de la degradación, de la humillación, está con nosotros desde el primer momento, y en ese sentido la hermana de Raskólnikov, Dunia, y la joven borracha que aparece en el bulevar, y Sonia, la prostituta virtuosa, son hermanas dentro de la família dostoyevskiana de los personajes que se retuercen las manos.

La adhesión apasionada de Dostoyevski a la idea de que el sufrimiento físico y la humillación mejoran al hombre moral puede tener sus raíces en una tragedia personal: tuvo que sentir que en él el amante de la libertad, el rebelde, el individualista, habían sufrido una cierta pérdida, una merma de la espontaneidad como mínimo, de resultas de su estancia en una prisión siberiana; pero no quería apearse de la idea de que a su vuelta era «un hombre mejor».


Vladimir Nabokov. Curso de literatura rusa. Traducció de María Luisa Balseiro. RBA, 2010. P. 189-191.


2 comentaris:

  1. Em fa la impressió que Nabokov se centra molt en la psicologia del personatge, però no acaba de veure la dimensió de crítica social de la novel·la. Es pot estar equilibrat, "recio y serio" en una ciutat com la que descriu Dostoievski, vivint al dia en una precarietat extrema, sense els serveis més bàsics i amb prou feines arribant a llogar una habitació? O que, si ets noia, et posa la prostitució com a única opció de supervivència? Em costa entendre com es podria estar sa i equilibrat en una societat així de malalta, potser un individu així de fort, dins d'aquest ambient, sí que seria romàntic, i no la pobra gent que apareix a la novel·la.

    Una abraçada, a reveure!

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    1. Crec, com en Zaca, que en Nabokov, en el cas Dostoievski, exagera. Com si li tingués tírria. Passa pas re, està en el seu dret. I jo en el meu de prescindir-ne i passar-m'ho la mar de bé llegint la novel·la.

      Tot i així, reconec que m'ha encantat llegir aquest Nabokov enfuriat. Té coses molt bones com, per exemple, aquest son hermanas dentro de la família dostoyevskiana de los personajes que se retuercen las manos.

      En fi. Merci per la contribució, Noemí.

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