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divendres, 2 de maig del 2014

la part citada


De vegades (moltes, diguem-ne que és el més habitual), obres un llibre i, abans d'entrar en matèria, ensopegues amb una dedicatòria. Amics, mares, pares, parelles i família tota.
A Vera
A Paula de Parma
A Jomi García Ascot y María Luisa Elío
À León Werth quan il était petit garçon
To my wife Marganit and my children Ella Rose and Daniel Adam without whom this book would have been completed two years earlier
À tous mes ennemies
This is presented as a work of fiction and dedicated to nobody
A Lluna, la gossa de casa, in memoriam
To Mom, Who took me to the library....
Després (encara que no sempre), acostumen a arribar les citacions.
La cosa és que la novel·la (fora de programa) que estic llegint aquests dies n'inclou 15. De la part inventada en porto prou poques pàgines com per no saber el què. Ara bé, la part citada és sensacional.

La literatura no es autobiografía en código, y no es acontecimientos reales. No estoy escribiendo mi autobiografía y no escribo cosas según me sucedieron, excepción hecha del uso de ciertos detalles: tormentas y ese tipo de cuestiones. No, no es nada que me haya sucedido. Es tan sólo una posibilidad. Es una idea.
JOHN CHEEVER 

No tenía aún la menor idea de que, a veces, la vida se vuelve literatura; no por mucho tiempo, desde luego, pero sí el tiempo suficiente para ser lo que mejor recordamos y con la suficiente frecuencia como para que lo que al final entendemos por vida sean esos momentos en que, en vez de ir de lado, hacia atrás, hacia delante o en ninguna dirección, la vida forma una línea recta, tensa e inevitable, con una complicación, un clímax y, si hay suerte, una purgación, como si la vida fuese algo que se inventa y no algo que sucede.
NORMAN MACLEAN

La gente dice que lo que importa en la vida no es lo que sucede, sino lo que piensas que sucede. Pero, evidentemente, esa definición no sirve de mucho. Es muy posible que el acontecimiento central de tu vida sea algo que no ha sucedido o algo que crees que no ha sucedido. De lo contrario, no habría necesidad de ficción y sólo habría memorias e historias, legajos clínicos; con lo que ha sucedido —con lo que realmente sucedió y lo que crees que ha sucedido— sería suficiente.
GEOFF DYER

Hay una historia, siempre delante de ti. Apenas existiendo. Sólo gradualmente te acoplas a ella y la alimentas. Descubres entonces el caparazón que contendrá y pondrá a prueba tu carácter. De este modo encuentras el sendero de tu vida [...]. Y a su tiempo aprendes a alterar esa vida [...]. Todas esas cosas que están a la vista de todos.
MICHAEL ONDAATJE

Vemos partes de cosas, intuimos cosas completas.
IRIS MURDOCH

No se hará aquí ningún intento serio de competir con la verdad.
ROBERT MUSIL

Aquí el autor. Quiero decir, el verdadero autor, el ser humano sosteniendo un lápiz, no una de esas abstractas personas narrativas [...]. Todo es verdad. Este libro es realmente verdadero.
DAVID FOSTER WALLACE

¿Es éste el más noble objetivo de una ficción? ¿Convencer al lector de que aquello sobre lo que escribes está en verdad sucediendo o ha sucedido? No lo creo.
JOSEPH HELLER

Todo sucedió de verdad.
BRET EASTON ELLIS

Todavía hoy me parece increíble que todo esto haya sucedido.
CHRISTOPHER ISHERWOOD

No estoy seguro de que lo que me sucedió ayer sea verdad.
BOB DYLAN

Todo esto sucedió, más o menos.
KURT VONNEGUT

Nada de esto sucedió.
JAMES SALTER

¿Puedo llamar a esto una novela?
MARCEL PROUST

Esto no es una pipa.
RENÉ MAGRITTE



Rodrigo Fresán. La parte inventada. Random House, 2014.




dimarts, 1 d’abril del 2014

perduda, de gillian flynn


UNO  ¿Se acuerdan de Love Story? ¿Esa novela de Erich Segal? ¿Aquella película con Ryan O'Neal y Ali MacGraw? ¿La que venía con ese eslogan/mantra de —ja, ja, ja— «Amar es no tener que pedir nunca perdón»? ¿La que hizo emocionarse hasta las lágrimas a millones de espectadores del mundo entero?
¿Sí?
Bueno, Perdida es también una love story.
Pero aquí —como en toda pareja de carne y hueso— se pide perdón cada cinco minutos. O, al menos, si las cosas van muy pero muy bien, una vez al día. El problema para alguno de sus miembros —y la malsana y adictiva perdición para el lector— es que, en Perdida, además de pedir perdón se pide auxilio. Y —como suele ocurrir en más de una ocasión— la única persona que escucha semejante pedido es exactamente aquella que hace que abras la boca para gritar fuerte, más fuerte todavía.

DOS  Buenas notícias: Gillian Flynn es algo así como la hija bastarda de Jerry Seinfeld y Patricia Highsmith.
Es decir: Gillian Flynn —nacida en 1971 en Kansas City, Missouri, y quien empezó y duró diez años como crítica de televisión para el semanario Entertainment Weekly hasta que perdió su escritorio por una de esas crisis del periodismo, etc.— es dueña de una prodigiosa capacidad para diseccionar lo cotidiano y familiar y hacernos ver de manera nueva lo que pensamos que teníamos completamente visto o, mejor aún, todo eso que habíamos pasado por alto y resulta ser decisivo.
O sea: Gillian Flynn nos habla (y la leemos) como si se tratase de una stand-up comédienne que, mientras nos hacer reir, nerviosos, juguetea con un afilado cuchillo de cocina. Lanzando frases ingeniosas y certeras y agudas mientras apunta a todo eso que se esconde bajo la alfombra o dentro de cajones o en habitaciones mal iluminadas en las que se entra poco, solo cuando es indispensable o se impone el recordar algo que estaba tanto mejor en el olvido o la amnesia.
Y es entonces cuando pensamos que lo que nos cuenta Gillian Flynn es que nadie es del todo como suponemos, que nada es completamente lo que parece.
Y que el amor es un arma de doble filo y un boomerang y una ratonera.
Y que, en el fondo, muy en el fondo, en más de una ocasión, a todos y a todas nos gustaría ser —o al menos tener la capacidad de actuar y de acción de— un tal Tom Ripley.

Rodrigo Fresán. «Love Story». Nota final a: Gillian Flynn. Perdida. 2a ed. Traducció d'Óscar Palmer. Random House Mondadori, 2013. P. 563-564.




dilluns, 20 de setembre del 2010

el gos de john irving




Tal dia farà dos anys i n'aquesta casa -és un dir, perquè, virtualment parlant, no existíem-, el llibre del mes era El món segons Garp. Irving, John Irving, l'autor d'Una dona difícil, la meva favorita. De bloc no en teníem, però guies de lectura, sí. I quan mires d'arreplegar informació per tal d'elaborar-les, acabes acumulant, vulguis que no, un munt de dades d'allò més diverses i, en bona part, inútils. O no, ves a saber, qui t'assegura que, al cap de dos anys i parlant de Dickens, no et faran servei.
No sé si ho recordeu, i ara m'adreço als sospitosos habituals del club de lectura, però, llegint Irving i sobre Irving, sortia Dickens. Sortia no, senyorejava.
La primera aparició estel·lar de l'anglès a Irvinglàndia té a veure amb el precís instant en què John Irving va descobrir la seva vocació literària: als quinze anys, després de llegir Grans esperances. Bingo, Mati! El que us deia, no es pot llençar mai res.
No tenint prou amb aquest detall tan revelador, caldrà afegir-hi que Irving no es cansa mai de manifestar la seva admiració per l'escriptor anglès, s'hi refereix constantment, ara per a lloar-ne les virtuts ara per a admetre'n la influència en la seva pròpia obra. Sí, Irving és de Dickens, i no se n'amaga. I la cosa pot anar de l'homenatge més explícit, com ara el que li perpetra a Prínceps de Maine..., amb un orfanat on a la nit es llegeix en veu alta David Copperfield i Grans esperances, entre d'altres, a aspectes més subtils com, per exemple, que la narrativa d'Irving, expansiva ("Irving no se ahorca por menos de seiscientas páginas", diu J.M. Guelbenzu), descriptiva, construïda a base de repartiments corals i trames i més trames, fermament ancorada en la concepció decimonònica de la novel·la, està farcida de criatures desvalgudes a la recerca del pare. Sense oblidar que Irving, com Dickens, sempre apel·la a les emocions. En fi, si non é ben trovato, almenys é vero.

I per acabar, no me'n puc estar de transcriure-us un fragment de l'entrevista que li va fer Rodrigo Fresán l'any 2006, publicada a la revista El malpensante.




"Le pregunto a Irving cuáles son sus finales favoritos en la historia de la literatura. Irving mastica despacio y se lo piensa un poco. "Si me preguntas por el final de un libro moderno, diría que el de El gato y el ratón, de Günther Grass. Pero mi eterno preferido es el final, la última línea de Grandes Esperanzas, de Charles Dickens". Irving recita: "I saw no shadow of another parting from her". I agrega: "Es el final alternativo. El final que suelen criticar todos esos imbéciles críticos posmodernistas, etc. El final supuestamente feliz que un amigo de Dickens, Bulwer Lytoon, le recomendó escribiera para reemplazar a otro supuestamente triste en el que Pip no consigue conquistar a Estella. Pero los críticos, como en la mayoría de los casos, no entienden absolutamente nada. No se dan cuenta de que un final en el que Pip y Estella se casan es un final tremendamente trágico, mucho más terrible que el final original y supuestamente triste: porque Estella es un monstruo y, si te casas con ella, destruirá tu vida. Estella va a acabar con el pobre Pip. Y a él no le importa. Lo único que desea es estar con ella y ser aniquilado".




P.S.: I del gos, què, eh? Què n'hem de fer del gos? Res, no n'hem de fer, ben res, tret de cridar-lo pel seu nom. Dickens, es diu.