¿Es el doctor Jekyll y míster Hyde una obra de intención filosófica o simplemente la más ingeniosa e irresponsable de las ficciones? Lleva el sello de una producción realmente imaginativa para que podamos entenderla de diferentes maneras, pero supongo que sería definida como el más serio de los relatos de autor. Trata de la relación de lo más bajo del hombre con lo más noble, de la capacidad para el mal que existe en las naturalezas más generosas, y expresa estas cosas en una fábula que es una invención maravillosamente afortunada. El tema es infinitamente interesante, y rico en toda suerte de provocación; hay que felicitar al señor Stevenson por haber tocado su núcleo. Puede que le haga injusticia, pero lo que me impresiona aquí no es tanto la profundidad de la idea como el arte de la presentación, la forma extraordinariamente afortunada. Hay un sentimiento genuino de la perpetua cuestión moral, un nuevo sentido de la dificultad de ser bueno y la brutalidad de ser malo, pero lo que hay sobre todo es una singular capacidad para mantener el interés. Confieso que esto, a mi juicio, es lo más edificante de la breve, rápida y concentrada narración, que es realmente una obra maestra de la concisión. Hay algo casi impertinente en el modo, según he observado, en que el señor Stevenson obtiene sus mejores efectos sin la ayuda de las damas, y El doctor Jekyll es un ejemplo capital de su cruel independencia. Por lo general se supone que una impresión verdaderamente conmovedora no puede construirse sin ellas, pero en el drama del fatal dominio del señor Hyde quedan por completo entre bastidores. Es muy evidente -no lo digo cínicamente- que deben de haber desempeñado un importante papel en su desarrollo. El tono truculento del relato se acentúa sin duda a causa de su ausencia; es como la tardía luz vespertina de un neblinoso domingo de invierno, cuando hasta los objetos inanimados tienen una especie de apariencia maligna. Recuerdo pocas situaciones en las páginas de ficción de misterio que vengan más a propósito que el episodio de la visita del señor Utterson al doctor Jekyll para conferenciar con el mayordomo, cuando el doctor está encerrado en su laboratorio y el anciano sirviente, cuya sagacidad ha logrado resolver hasta ahora los problemas del aparador y la despensa, confiesa que en esta ocasión se halla totalmente desconcertado. La manera en que ambos discuten, junto a la puerta del laboratorio, la identidad del misterioso personaje que está dentro, el cual se ha revelado a Poole en dos o tres inhumanas vislumbres, posee aquellos toques de los que están hechos los irresistibles. La teoría del mayordomo es que su amo ha sido asesinado y que el asesino está en la habitación, suplantándolo con una especie de torpe diabolismo. "Bien, cuando ese ser enmascarado que parece un mono salió de un salto de entre las retortas y se deslizó al gabinete, sentí que se me helaba la espina dorsal". Este es el efecto que produce en el lector de la mayor parte del relato. Digo de la mayor parte en lugar de toda porque el hielo se funde bastante en la secuela, y tengo cierta dificultad en aceptar el asunto de los polvos, que me parece demasiado explícito y explicativo. Los polvos constituyen la maquinaria de la transformación y probablemente habrá sorprendido a muchos lectores el que este siniestro proceso sería más concebible (hasta donde se puede hablar de lo concebible en un caso como éste), si el autor no lo hubiera hecho tan claro.
Henry James. "Robert Louis Stevenson". A: Henry James, Robert Louis Stevenson: crónica de una amistad. Correspondencia y otros escritos. Hiperión, 2000. P. 113.
[Article publicat l'abril de 1888 al Century Magazine]
La relació entre els dos escriptors va començar quan James, en un article titulat "L'art de la ficció", publicat el setembre de 1884 al Longman's Magazine, va qualificar "L'illa del tresor" de "deliciosa" perquè li semblava meravellosament aconseguida en allò que es proposava.
ResponEliminaEn el número de desembre del mateix any, Stevenson va publicar "Una humil reconvenció", on parlava de "l'encantador assaig del senyor James".
El cinc de desembre, James li adreça una carta a Stevenson, i ja va estar. Poc després es trobarien i encetarien una amistat que va durar deu anys, fins a la mort d'Stevenson.
Xafardera
ResponEliminaMaruja, diria jo.
ResponEliminaMatilde, insinues que l'amistat entre els dos homes era d'aquella mena d'amistats masculines i sanes que es donen entre homes adults?
ResponEliminaApa, quin marro, matilde!
ResponEliminaNo, en absolut. Tujuru que no. I si eren amics sans d'aquests, millor per a ells, en tot cas, no és rellevant.
ResponEliminaAra m'has fet pensar en una cosa que diu en Salvador Oliva en la introducció al Jekyll i Hyde.
"el lector té tot el dret de dubtar de les primeres interferències d'Utterson, que pensa en Hyde no solament com el protegit de Jekyll, sinó també com el seu "favorit" (protégé a l'original), cosa que, afegida al xantatge imaginat per Utterson, fa pensar al lector que Utterson infereix, sense dir-ho mai, que, al darrera de tot aquest afer, hi ha pràctiques homosexuals, molt corrents, d'altra banda, al Londres de l'època victoriana. Utterson, que en el fons no és sinó un purità en la variant calvinista de l'Edimburg que va conèixer Stevenson, imagina per a Jekyll "una juventut desenfrenada", per la qual ara paga amb el xantatge que ell creu que li fa Hyde. Res no ens impedeix d'inferir que Utterson faci aquestes interpretacions justament perquè té reprimida una part de la seva sexualitat."
Deia Maruja, perquè no m'agrada gaire parlar de la vida dels escriptors. Pa mi que tot ve d'haver titulat "el asunto de los polvos", i clar.
ResponEliminaÉs queuna cosa porta a l'altra poses "polvos" al títol i al cometnari afegeixes les cartetes entre ells afegit al teu maruja...
ResponEliminaRes, si és que tenim un cap que pa qué...
Ai, que acabo de recordar una escena magnífica de The Sopranos (4a temporada). Resulta que al fill Soprano li fan fer a cole un treball sobre no sé quin llibre (un clàssic, suposo)i només ha tret un cinc. I estan tots entaulats, parlant del llibre i algú diu: "És un llibre gay", i la mare es posa com una moto. I continuen citant clàssics suposadament gays, i la mare "sí, home, i un bé negre", emprenyada com una abella. Boníssima, aquesta sèrie.
ResponEliminaLlàstima, no recordo els títols.