dijous, 21 de març del 2024

l'escriptura del desconsol



CARLOS ÁVILA VILLAMAR
Jon Bilbao: Estado de reposo
Al blog: La santa crítica
8|11|2021

Hace algunos meses, después de leer La edad del desconsuelo, la novela de Jane Smiley, acuñé un término auxiliar en mi mente, “escritura del desconsuelo”, para englobar las novelas y relatos contemporáneos que reúnen las características siguientes: 1) los protagonistas viven con sus parejas en relaciones relativamente disfuncionales y atraviesan la crisis de la mediana edad; 2) las interacciones de los protagonistas suelen reducirse al ámbito doméstico, con los hijos de ambos, con vecinos, o con otras parejas que también atraviesen la crisis de la mediana edad; 3) el frecuente oficio de escritor de uno de los dos protagonistas; 4) el típico estilo minimalista. La escritura del desconsuelo no posee bordes definidos, y no constituye necesariamente un término peyorativo. La propia novela de Jane Smiley sobre una pareja de dentistas me ha parecido bien escrita, y he encontrado en ella fragmentos notables, no tengo en sí ningún problema con La edad del desconsuelo, simplemente me sirvió para conceptualizar un fenómeno. Si el lector frecuenta una parte de la literatura contemporánea norteamericana, o una parte de la literatura contemporánea en español, quizás haya entendido a qué me refiero. Como he dicho, no tiene bordes definidos, pero en términos generales la prosa parece haberse “domesticado”, parece haberse acomodado como tema central de la narrativa contemporánea el desconsuelo de la clase media, y como principal estilo el de Raymond Carver.
La escritura del desconsuelo fluye entre las compras de la semana, la espera de los días de pago, la incomunicación de la pareja, la mediocridad de las horas, experiencias que sin lugar a dudas son comunes y que son compartidas por un público considerable. La escritura del desconsuelo, si bien no constituye en apariencia la apuesta más segura en términos comerciales para los editores (todos sabemos qué tipos de novelas son las más vendidas), sí constituyen la segunda apuesta más segura, la que mejor combina la posibilidad de guardar alguna decencia estética y la de vender un número aceptable de ejemplares. De alguna forma lo que ha sucedido en términos editoriales ha sido que la narrativa se ha polarizado: es difícil encontrar un libro de buenas ventas que conserve valores literarios, y es difícil encontrar un libro con valores literarios que tenga buenas ventas. En el medio está la escritura del desconsuelo: es fácil y rápida de leer, no cae en experimentaciones radicales, carece de cursilerías y se permite reflexiones agudas y escenas conmovedoras, quirúrgicamente controladas. Puedo declararme un ávido lector de la escritura del desconsuelo. He comprobado cómo puede asimilar sutilmente temas mayores, cómo se siente natural y honesta, y cómo raras veces suele decepcionar. El único problema es que por momentos todos sus escritores se parecen...

1 comentari:

  1. A mí, no m'ha produit ni fred ni calor...es con una noveleta televisiva de després de dinar... cap emocio, planeta. Una paella mol aborrida

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