Miriam Toews me contó que un día, hace unos años, estaba leyendo en una mesa de la biblioteca pública de Toronto cuando vio entrar a su propia madre y sentarse en uno de los sillones iluminados por el sol, junto a las ventanas. Su madre, sin darse cuenta de que su hija estaba allí, se acomodó, se desperezó y se quedó dormida.
Ella se quedó sentada donde estaba y observó a su madre dormida.
Una auxiliar de biblioteca se acercó a su madre. Vio que alargaba un brazo y le daba una suave sacudida.
Su madre no se despertó.
La auxiliar retrocedió, se quedó un momento pensativa y luego la dejó durmiendo al sol de la biblioteca.
Ali Smith. Biblioteca pública y otros cuentos. Traducció de Magdalena Palmer. Nórdica, 2024. P. 155.
diumenge, 27 d’octubre del 2024
no molesteu
Escrit per
matilde urbach
Etiquetes:
biblioteques,
família i d'altres animals,
usos i costums
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada