dimecres, 3 de juliol del 2019

literatura per a cansats


Es interesante confirmar cómo el relato, la historia, se ha apoderado de todas las artes, como si el cine o el teatro sólo tuviesen sentido si cuentan una historia, y si no es contada se reclama y desconcierta. Por eso muchas de las historias actuales son historias para entretener, y el problema llega cuando el arte se convierte en sucesivas historias para dormir a los niños. Hoy muchos lectores se han transformado en niños, y mucho del arte actual busca adormecer a esos niños, que son lectores a veces con treinta o cuarenta años, lectores que están cansados. Hace poco comentaba una expresión que es un poco… hoy se hace literatura para cansados, para personas que están cansadas; cuando alguien dice ay, estaba tan cansado que me puse a leer, me asusto mucho, porque si esa persona estaba muy cansada y sin embargo consigue leer es señal de que aquel libro es un libro para cansados: por tanto no es un libro, es otra cosa.  Ese lector está cansado y va a leer un libro que lo dormirá, pese a que la literatura, al contrario, sirve para despertar. Esta movilización de la literatura en cuanto acto instigador y provocador es terrible, porque de la literatura se ha apoderado la idea de pasatiempo, de placer, la idea de dar placer al lector como si fuese un masaje; la literatura no es eso, es otra cosa, y esto acaba por culpabilizar a los textos: un texto difícil, la idea de un obra difícil, es precisamente la de una obra que pone obstáculos a esta lectura casi sin paradas y sin obstáculos.
El principio del arte es ser un obstáculo, el arte presenta de repente un problema que debo resolver en cuanto lector o espectador, un problema que requiere energía y esfuerzo, y si no se me exige esfuerzo, hasta el punto de poder leer estando muy cansado, deja de ser arte y se trata de música para dormir.

Luis Sáez Delgado entrevista Gonçalo M. Tavares. Revista Turia. 

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