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Una litografia de Daumier titulada «Un librero embriagado» (Le Charivari, 5 de noviembre de 1844) ilustra perfectamente la fascinación bibliófila por las rarezas. Representa a un hombre que hojea un pequeño volumen y le dice a otro amateur: «No podría estar más feliz...acabo de encontrar por cincuenta escudos un Horacio impreso en Ámsterdam en 1780...la edición es valiosísima, ¡tiene cientos de errores en cada página!...»
Jacques Bonnet. Bibliotecas llenas de fantasmas. Traducció de David Stacey. Anagrama, 2010. P. 28.
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