El Ayuntamiento de Vitoria anuncia que se ha dirigido a trabajadores de bibliotecas en la ciudad para pedirles que pongan «mayor cuidado» con el volumen de sus conversaciones, a raíz de protestas ciudadanas por el ruido.
El Consistorio ha recogido el guante y ha intervenido, aunque entiende que el trabajo de los responsables debe existir unan necesaria comunicación. Pero también admite que hay que «mantener el ambiente adecuado en la biblioteca».
Y es que hay ciudadanos que consideran que «las chicas que están trabajando allí están todo el rato hablando entre ellas y cuando entra alguien a coger libros no hacen más que hablar, comentar durante bastante rato y con un volumen más alto de lo recomendable para un espacio en el que se ruega silencio», asegura en el Buzón Municipal con hechos relativos al centro cívico de Lakua.
«Quisiera pedir que en estos espacios destinados al estudio o lectura que se tenga más consideración y se respeten los espacios de silencios, siempre dentro de un mínimo entendible de comunicación. No es lógico que las propias trabajadoras fomenten tanto estas prácticas con los usuarios», concluye.
El Ayuntamiento se ha mostrado solícito ante la petición, pero también ha explicado las características de este servicio:
«Las bibliotecas públicas son espacios de información, formación y ocio; no son lugares dedicados exclusivamente al estudio, y por ello, no requieren un silencio absoluto. La Red de Bibliotecas ofrece otros espacios dedicados específicamente al estudio en los centros cívicos El Pilar, Ibaiondo, Salburua y Zabalgana.
Por otro lado, el personal bibliotecario en el desarrollo de sus funciones necesita realizar y recibir llamadas, hablar con sus compañeros y compañeras para aclarar dudas, hablar con el público en la atención del servicio, colocar los libros en las baldas, con el consiguiente ruido que pueda producirse. No obstante, aunque todo ello intentan hacerlo con la menor molestia para las y los usuarios/as, puede solicitarles directamente que por favor hablen más bajo si le parece que no es así», concluye la institución.
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