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Me contaron de Cortázar una historia fantástica; la de esa biblioteca deshojada, volandera, en Italia. Viajaba con su mujer, Aurora, a mediados de los años cincuenta, en tren, y para no cargar con equipaje innecesario acostumbraban a comprar libros en las librerías de las estaciones, para los trayectos. Compraban un título que leían juntos, en general primero Julio, que cuando terminaba una página la arrancaba y se la pasaba a Aurora, sentada a su lado, que cuando acababa de leerla la arrojaba por la ventanilla.
Jesús Marchamalo. Tocar los libros. Fórcola, 2010. P. 71.
P.S.: Breviari per a bibliòpates. Més informació aquí.
Aquest coi de Cortázar sempre dóna idees...! A més a més, tenint en compte que el paper és biodegradable, ho trobo perfecte. Hi ha un conte amagat aquí: el del senyor que caminava per les vies del tren darrera Cortázar i es convertia en el tercer lector. Una mena de perseguidor però diferent.
ResponEliminaPer cert, molt bo el detall: "en general, primero Julio".
Justa, Lluís, en general, primero Julio. Ja comencem a saber-nos una mica els topants, oi?
ResponEliminaRespecte a això del conte, l'has tornada a clavar, el text continua:
"De modo que habrá en alguna parte una biblioteca perdida de Cortázar, una biblioteca secreta. Tal vez para encontrarla sea preciso seguir las vías férreas por toda Italia, de Norte a Sur y de Este a Oeste, recogiendo las páginas que Aurora y Julio, Julio y Aurora, arrojaban del tren"
Vaja, es veu que avui m'he llevat inspirat, cosa rara. Estic recollint cosetes sobre Perucho que corren per la blogosfera (catasfera i castesfera), i no sé si creus que es podria afegir al pack Perucho que hi ha aquí a la dreta del teu blog. Ja m'ho diràs.
ResponEliminaA mi em sembla que estaria bé, ja t'ho dic ara.
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