Josyane Savigneau. Carson McCullers, un corazón juvenil. Trad. de Juan Abeleira. Circe, 1997.
Aquesta diuen que és la millor biografia de l’autora de Frankie Adams, bona part de la informació que tenim l’hem tret d’aquí, a la contraportada s’hi llegeix:
Lula Carson Smith nació en 1917, en un pequeño pueblo del sur de los Estados Unidos. De niña, y gracias a su habilidad tocando el piano, parecía destinada a una brillante carrera como concertista. Sin embargo, unos años más tarde, Lula Smith adoptó el apellido de su marido –el primer hombre que la besó-, pasó a llamarse Carson McCullers, abandonó su vocación musical y deslumbró al mundo con la publicación de El corazón es un cazador solitario. Sus obras posteriores, Reflejos en un ojo dorado y La balada del café triste, no hicieron sino confirmar el talento de su autora y convertirla en el centro de atención de un mundillo literario en el que no siempre fue comprendida.
Ser mujer, autodidacta, inteligente, rebelde, llevar una vida considerada bohemia, tener amigos como Karen Blixen, William Faulkner, Tennesse Williams o John Huston y un marido –también escritor- depresivo y alcohólico, marcaron una existencia atrapada entre el éxito profesional y la inestabilidad personal. Su mala salud crónica, su alcoholismo y su fracaso matrimonial –que acabó con el suicidio de su marido en un hotel de París-, configuran la cruz en la vida de una de las escritoras más influyentes del siglo XX que, con una admiración no exenta de rigor, ha recostruido espléndidamente Josyane Savigneau.
Aquesta diuen que és la millor biografia de l’autora de Frankie Adams, bona part de la informació que tenim l’hem tret d’aquí, a la contraportada s’hi llegeix:
Lula Carson Smith nació en 1917, en un pequeño pueblo del sur de los Estados Unidos. De niña, y gracias a su habilidad tocando el piano, parecía destinada a una brillante carrera como concertista. Sin embargo, unos años más tarde, Lula Smith adoptó el apellido de su marido –el primer hombre que la besó-, pasó a llamarse Carson McCullers, abandonó su vocación musical y deslumbró al mundo con la publicación de El corazón es un cazador solitario. Sus obras posteriores, Reflejos en un ojo dorado y La balada del café triste, no hicieron sino confirmar el talento de su autora y convertirla en el centro de atención de un mundillo literario en el que no siempre fue comprendida.
Ser mujer, autodidacta, inteligente, rebelde, llevar una vida considerada bohemia, tener amigos como Karen Blixen, William Faulkner, Tennesse Williams o John Huston y un marido –también escritor- depresivo y alcohólico, marcaron una existencia atrapada entre el éxito profesional y la inestabilidad personal. Su mala salud crónica, su alcoholismo y su fracaso matrimonial –que acabó con el suicidio de su marido en un hotel de París-, configuran la cruz en la vida de una de las escritoras más influyentes del siglo XX que, con una admiración no exenta de rigor, ha recostruido espléndidamente Josyane Savigneau.
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