Entre 1907 y 1946, Frank Case, que amaba a los escritores, los acogió en su hotel concediendo y prorrogando créditos a quienes le agradaban. La iniciativa de "la Mesa Redonda del Algonquin" se debe a él. Desde 1920, y durante veinte años, unas treinta personas se reunieron a comer en la Pergola Room (convertida en la Oak Room) y después en la Rose Room, para intercambiar opiniones y convicciones literarias. Los miembros fundadores, todos ellos críticos, periodistas y editores, influyeron en el estilo de la literatura americana contemporánea: Aleck Woollcott, Heywood Bron, Frank Adams, John Peter Tooley, Robert Benchley, George Kaufman, Marc Connely, Robert Sherwood, Harold Ross y Dorothy Parker.
Pronto establecieron lazos con el mundo del cine, con la presencia, entre otros, de Preston Sturges, muerto en el hotel en 1959, de Herman Mankiewicz o de Harpo Marx. Todos tenían en común fuertes personalidades (humor, acidez, malignidad, fobias, hipocondría, frustraciones), y se mostraban especialmente tolerantes con este conjunto de patologías. Cabría hablar de una terapia de grupo oficiosa. Edmund Wilson, alcoholizado entre dos hospitalizaciones por depresión, reinaba en un sillón del vestíbulo, pidiendo un martini doble tras un bourbon doble, y manteniendo a pesar de todo brillantes y muy coherentes conversaciones hasta el momento en que notaba que era hora de irse. Harold Ross, el legendario editor del The New Yorker, reconoció haber creado virtualmente la revista en el hotel, y por eso en cada habitación hay un ejemplar. El "Gonk" es una institución. Una institución que albergó durante mucho tiempo a un huésped convertido a su vez en verdadera institución: un gato llamado Hamlet, que recorría día y noche el hotel, durmiendo preferentemente en los almacenes del quiosco. Se convirtió en protagonista de un libro de Val Schaffner: El gato algonquino.
Nathalie de Saint Phalle. Hoteles literarios. Traducció d' Esther Benítez. Alfaguara, 1993. P. 251-252.
Art Samuels, Charles MacArthur, Harpo Marx, Dorothy Parker i Alexander Woollcott. |
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