MICHEL TOURNIER MUESTRA en una entrevista su entusiasmo por los Tres cuentos, de Flaubert. Dice que si alguien tuviera que leer solo un libro de toda la literatura francesa, él le recomendaría ese.
Vuelvo a leer Un coeur simple. Es puro Flaubert. Al final no sabes si reír o llorar. Tournier dice que es «un cuento místico». Yo creo que Flaubert no puede resistirse a sí mismo y lo que empieza siendo la historia de la criada Felicidad, «un alma sencilla», destinada a emocionar nuestras fibras más sensibles, acaba convirtiéndose en una gamberrada que no puede provocar sino la risa. Todos han muerto, hasta el loro Lulú, cuyo cuerpo disecado Felicidad confunde con el Espíritu Santo. Ella también muere, lentamente, «y cuando exhaló el último suspiro, creyó ver en el cielo entreabierto un loro gigantesco planeando sobre su cabeza». Flaubert aseguró en una carta a George Sand que no pretendía ser grotesco, sino conmovedor. Pero estaba en su naturaleza no poder impedir dejar en el aire la duda.
Iñaki Uriarte. Diarios: 2004-2007. Pepitas de calabaza, 2011. P. 185.
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