dimecres, 22 de maig del 2024

un acte de llibertat


Puesto que vivo en Mississippi y sus alrededores, en estos días pienso mucho en Eudora Welty. En una carta a su agente literario explicaba en 1942 a qué llamaba ella «valideces rivales», expresión con la que aludía a lo que se encuentra realmente en la página (en su caso, relatos) y a lo que se encuentra realmente fuera de los libros, en el mundo real, por así decir. En ese momento se sentía presionada por los editores, gente poderosa de Nueva York que, como los productores cinematográficos, creían estar al tanto de los gustos de los lectores norteamericanos; una presión que, en la mayoría de los casos, obliga a un nivel bajo de calidad. Querían que Eudora Welty escribiera relatos que «se parecieran más a la vida».

Pero esto no era lo que a ella le interesaba hacer, aunque el precio fuera no ser publicada. Lo que ella creía, por supuesto, era que sus relatos —que no ofendían a nadie, sospecho— eran buenos así como eran, y que lo volcado en la página tenía su propia validez soberana. Y lo que subyace a su reclamación es la convicción de que lo que llega a la página es libre, libre para ser lo que es, libre de cualquier lealtad a lo que cualquier persona que no sea el escritor piense que son el mundo o la literatura, o que deberían ser o no ser.


Richard Ford. Flores en las grietas. Autobiografia y literatura. Traducció de Marco Aurelio Galmarini. Anagrama, 2012.


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