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Otro día bonito que no ha tardado en torcerse por culpa de un cliente, ataviado con bermudas y calcetines de lana hasta las rodillas, que ha tirado al suelo una pila de libros y no se ha molestado en recogerlos. Poco después, otro cliente que iba silbando y que lucía coleta y un sombrero que solo puede haberle prestado un payaso ha comprado un ejemplar de El alquimista de Paulo Coelho. Sospecho que lo ha hecho de forma deliberada para hundir mi fe en la humanidad y agriarme el humor todavía más.
Shaun Bythell. Diario de un librero. Traducció de Antonio Lozano. Malpaso, 2018. P. 53.
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