dimecres, 22 d’abril del 2020

somnis


«En los viejos tiempos, los sueños se tenían en gran consideración. Hemos tendido a suprimirlos, a mostrarnos recelosos con ellos, a escudriñarlos en busca de signos de locura. No es extraño que lleguen con dificultad y distorsionados. Tal vez nos toque a nosotros abandonar nuestro mundo iluminado y egoísta e ir adonde están ellos, en lo oscuro, aunque haya que hacer lo imposible. Y es que soñar puede ser el único método de iniciación que nos queda: cada noche nos trae una “pequeña muerte” con que irnos aclimatando al Otro Mundo, ensayando el viaje que todas las almas deberán realizar al final». P. 351.


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