dimecres, 30 de setembre del 2020

ritual


Leer es un ritual que implica gestos, posturas, objetos, espacios, materiales, movimientos, modulaciones de luz. Para imaginar cómo leían nuestros antepasados necesitamos conocer, en cada época, esa red de circunstancias que rodean el íntimo ceremonial de entrar en un libro.

El manejo de un rollo no se parece al de un libro de páginas. Al abrir un rollo, los ojos encontraban una hilera de columnas de texto, una detrás de otra, de izquierda a derecha, en la cara interior del papiro. A medida que avanzaba, el lector iba desenroscándolo con la mano derecha para acceder al texto nuevo, mientras con la mano izquierda enrollaba las columnas ya leídas. Un movimiento pausado, rítmico, interiorizado; un baile lento. Al terminar de leerse, el libro quedaba enrollado al revés, desde el final hasta el principio, y la cortesía exigía rebobinarlo —como las cintas casetes— para el próximo lector. La cerámica, las esculturas y los relieves representan a hombres y mujeres, atrapados por la lectura, reproduciendo esos gestos. Están de pie, o sentados con el libro en el regazo. Tienen ocupadas las dos manos; no pueden desplegar el rollo con solo una. Sus posturas, actitudes y gestos son distintos de los nuestros y al mismo tiempo los recuerdan: la espalda se comba ligeramente, el cuerpo se agazapa sobre las palabras, el lector se ausenta de su mundo por un momento y emprende un viaje, transportado por el movimiento lateral de sus pupilas...

Irene Vallejo. El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo. 8a ed. Siruela, 2020. P. 58.

dimarts, 29 de setembre del 2020

en rafael sánchez ferlosio va a la fira del llibre


Fue un acontecimiento inesperado cuando [Rafael Sánchez Ferlosio] firmó en la Feria del Libro de Madrid, por primera vez en su vida, con 88 años, en 2016. Había eludido hasta entonces representar, como él mismo decía, «el grotesco papelón del literato», pero ese año, su nieta Laura le preguntó que si a él no le llamaban de ninguna librería. Así que superó la timidez y el bochorno y firmó durante horas a un ejército entusiasta de arrobados lectores que festejaron con él su estreno en la feria. Contaron los periódicos, por cierto, que uno de ellos le llevó, jugándose la vida, un ejemplar de El Jarama, para que se lo firmara. Ferlosio lo sopesó en sus manos:

—Este libro es muy malo —le dijo.

—Es para mi suegra —le contestó el lector, sonriendo.

—Ah, bueno, entonces se lo firmo —concluyó mordaz, siempre infantilmente hosco, antes de escribir en el libro «Rafael Sánchez».


Jesús Marchamalo. Tocar los libros. Cátedra, 2020. P. 103-105.


dilluns, 28 de setembre del 2020

la traducció entra en la conversa

 

ANNA GUITART
La traducció entra a la conversa
Arallegim
25|9|2020

Fa pocs dies s’acabava la 38a Setmana del Llibre en Català. Era una edició difícil, més curta i en un lloc nou, el Moll de la Fusta de Barcelona, que generava molts dubtes i que va acabar sent un èxit rotund. Ben resolta, segura, amb el mar com a excel·lent substitut (ja veurem si definitiu o provisional) de l’habitual catedral, va tornar a ser l’habitual punt de trobada entre el sector del llibre i els lectors.
Jo vaig estar especialment contenta de veure-hi el Martí Sales. No el conec gaire, però no em vaig poder estar de felicitar-lo i de donar-li les gràcies per les seves magnífiques traduccions de L’any del mico, de Patti Smith (Club Editor), i de L’home il·lustrat, de Ray Bradbury (Males Herbes). Traduir bé (faig notar l’adverbi) em sembla una feina prodigiosa, i de molta responsabilitat: una mala traducció et pot esguerrar un bon llibre (també estic segura que hi ha traductors que milloren obres originals, per cert). Per això, trobo que no hem fet prou cas als traductors, que no han tingut prou presència.
LA BONA FEINA
Durant aquesta Setmana, però, m’ha semblat percebre alguns canvis. Per exemple, he vist clients reconèixer, satisfets, traductors de llibres anteriors. També han estat tema de conversa: he sentit comentaris sobre “el Robinson de la Tallada” - Robinson Crusoe, de Daniel Defoe; traducció d’Esther Tallada (Bernat Metge Universal)- i “la Ferrante del Pau Vidal” - La vida mentidera dels adults, d’Elena Ferrante; traducció de Pau Vidal (La Campana)-, mentre d’altres celebraven que “el Clapés ha fet Valéry” - Tal qual, de Paul Valéry; traducció d’Antoni Clapés (Adesiara)-. Pot ser que el públic de la Setmana sigui especialment sensible al tema, però també fa temps que no sento aquell odiós i recurrent “el compraré en castellà, segur que la traducció serà millor”. Per això, penso: ¿podria ser que la bona feina de tants traductors al català i d’algunes editorials, que els fan presents a les cobertes, comenci a donar fruits? ¿Podria ser que els comencem a reconèixer com a autors? Ja seria hora, certament.

diumenge, 27 de setembre del 2020

un milió de lectors


En el meu propi Werther hi trobaren tants defectes, que si jo hagués volgut suprimir els llocs criticats no hauria quedat cap ratlla en tot el llibre. Però aquestes censures no em feren cap dany, ja que semblants criteris subjectius d'algunes personalitats, certament importants com a valors individuals, queden equilibrades per la massa. Qui no pugui comptar amb un milió de lectors, no cal que escrigui ni una ratlla.

J.P. Eckermann. Converses amb Goethe: en els darrers anys de la seva vida. Traducció de J. Bofill i Ferro. Columna, 2000. P.159.

dissabte, 26 de setembre del 2020

divendres, 25 de setembre del 2020

esporga o tala indiscriminada?

 

ISMAEL ARANA 
Controvertida purga de los fondos de la Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda
La Vanguardia | Internacional
21|09|2020

Si como dice el refrán “un buen libro es un tesoro”, los sótanos de la Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda son lo más parecido a la cámara acorazada de un banco. En sus entrañas, repartidos por 25 kilómetros de estantes, descansan desde hace décadas cientos de miles de volúmenes, incluidas varias primeras ediciones y otros textos valiosos. Sin embargo, sus autoridades dicen que la falta de espacio y de fondos les obliga a deshacerse de parte de los títulos foráneos para hacer hueco a nuevas obras locales. Una decisión que defienden como una gestión racional de los recursos, pero que muchos otros critican como un acto de vandalismo cultural y chovinismo literario.
En total, la institución, con sede en Wellington, planea quitarse de encima unos 625.000 libros de su “colección extranjera”. Estos títulos, que cubren una amplia variedad de temas, se están ofreciendo a otras bibliotecas locales, de prisiones y grupos comunitarios, y dejarán espacio a los entre 80.000 y 90.000 libros de neozelandeses que adquieren cada año. Si no lo hicieran, dicen, se quedarían sin espacio para el año 2030.
Su reparto ya comenzó a finales del año pasado y se espera que concluya en el 2021. “Ninguna otra biblioteca fuera de Nueva Zelanda va a recopilar todas las historias de nuestro país. Ese es nuestro trabajo en la Biblioteca Nacional, vamos a crear más espacio para coleccionar las obras de Nueva Zelanda, los maoríes y el Pacífico”, defendió en un vídeo el bibliotecario jefe, Bill Macnaught.
Los funcionarios explicaron que la mayoría de las obras desechadas tienen más de 20 años, no se han consultado en mucho tiempo y que su mantenimiento genera un coste muy elevado sufragado por el bolsillo del contribuyente. Además, aseguran que se está revisando uno a uno cada título, que la gran mayoría de los desahuciados son accesibles desde otras fuentes –universidades, préstamo interbibliotecario, etcétera– y que el suyo es un proceso transparente al que cualquier investigador está invitado a participar. “Somos bibliotecarios y amamos los libros. Aún con todo, sabemos que hacemos lo correcto”, explicó Rachel Esson, directora de contenidos de la institución.
Aunque el descarte de viejos libros es una práctica común en muchas bibliotecas, la escala del que está teniendo lugar en Nueva Zelanda y sus razonamientos no convencen a todos. Desde que comenzó el proceso, académicos, historiadores, investigadores o amantes de la lectura critican una criba que consideran un “crimen literario” de graves consecuencias. “Están tratando de hacer ver que (los desechados) son todos viejos manuales de ordenadores o libros sobre cómo tejer con pelo de perro, pero es falso”, apuntó el académico Michael Pringle a la prensa local. “Esta destrucción masiva y peligrosa debe parar. Estamos de acuerdo en que quizás se pueda sacar el 20% de la colección, pero debe ser un proceso más lento y deliberado en el que participen expertos en la materia”, añadió.
De hecho, ya hay varios tesoros que han podido ser salvados. Mientras consultaba las listas de descartes, el escritor Chris Bourke encontró una copia de la primera edición de En el camino de Jack Kerouac, con un valor estimado de entre 600 y 1.000 euros. Mientras, tras la alerta elevada por la historiadora Dolores Janiewski, toda la colección de libros sobre el holocausto ha sido reclamada por el Centro del Holocausto de Nueva Zelanda. “Me preocupa mucho dónde acabarán todos esos libros de la biblioteca. No está claro a quién están dejando que se los lleve ni tampoco si volverán a ser accesibles”, apostilló la también profesora en la Universidad Victoria.
Además, mientras que nadie discute la necesidad de recopilar los libros específicos sobre Nueva Zelanda, muchos critican que no se puede contar la historia local sin contar con contexto internacional o ignorando que muchas de las obras sobre el país o de autores neozelandeses se han escrito o publicado en el extranjero. “La Biblioteca Nacional debería ser el Fort Knox de nuestro tesoro intelectual (...) Somos una isla, pero actuar así a nivel de investigación es muy dañino, y evidencia una nacionalismo insano. Lamentaremos esto durante generaciones”, sentenció el escritor Bourke.

 

dijous, 24 de setembre del 2020

uns quants pensaments de joubert


30
Potser és veritat que a la intel·ligència del lector li agrada completar i que només li hem de donar allò que cal per completar-ho fàcilment i ser incorporat per ell mateix a l'obra, etc. Jo acabo massa.
228
Un gust afinat és aquell que sap distingir la matèria de la forma i separar els vicis de la forma de l'excel·lència del fons i els vicis del fons de l'excel·lència de la forma. Un gust afinat també sap distingir en literatura el bo del dolent, el dolent del pitjor i el bo del millor. L'experiència és necessària per a aquest discerniment.
578
Recorda't de covar la teva tinta.
631
Quan algú escriu amb facilitat, es pensa que té més facilitat de la que té.
721
Dieu que els llibres aviat són llegits, però no estan entesos tan aviat. Digerir-los, etc. Per comprendre bé un pensament gran i bell cal potser tant de temps com en cal per tenir-lo, per concebre'l. Penetrar-se'n i produir-lo són gairebé una mateixa acció.
733
Antics. Cal llegir-los a poc a poc. Es necessita molta paciència (és a dir, molta atenció) per obtenir molt de plaer quan es repassen les obres belles.
861
Aquell autor que deia que menjava maduixes que «ploraven de madures»!!! La inanimació hauria valgut més que una animació com aquesta.
947
D'aquells que amb el món no en tenen prou: els sants, els conqueridors, els poetes i tots els aficionats als llibres.

Joseph Joubert. Pensaments: judicis i anotacions. Traducció de Joan Casas. Proa, 2009.

dimarts, 22 de setembre del 2020

escriure amb els peus

 

TINA VALLÈS
Escriure amb els peus
Vilaweb
17|9|2020

No sé si anava calçat l’escriptor argentí Matías Serra Bradford (1969) quan va escriure Diario de un invierno en Tokio, sobre els setze dies, del 7 al 23 de febrer de 1999, que va passar a la ciutat de Tòquio empaitant un fotògraf i observant la ciutat. Me l’imagino escrivint descalç a l’hotel, me’l vull imaginar descalç perquè és ell qui em fa escriure el que ara escriuré, descalça jo també al meu escriptori. Al final de l’entrada del dissabte 13 de febrer de 1999, Serra Bradford diu: «De sobte la serenitat d’una certesa insensata: hi ha una altra persona en aquesta ciutat que sap bé que un nen, una nena, dibuixen millor i més concentrats si ho fan descalços.» No duia sabates quan ho vaig llegir, a casa sempre llegeixo descalça. No duia sabates i vaig recordar que quan m’assec a escriure, no a corregir o a traduir, a escriure, de cop i volta tot em fa nosa, i m’he de descalçar, treure el rellotge, intentar no notar cap costura que m’engavanyi, sentir el cos lliure per poder deixar-me anar amb les tecles, els dits, el cap.
Serra Bradford potser duia les clàssiques sabatilles d’hotel, aquelles de tovallola, de sola tova que es doblega, que caben en un sobre i te les trobes al lavabo de l’habitació, o anava descalç, o amb mitjons, quan prenia les notes per al seu diari, i vull estar convençuda que quan les va revisar deu anys després, el 2009, tal com ho indiquen alguns peus de pàgina de l’edició de Minúscula, ho va fer calçat, ben calçat, amb sabates de cordons o de sivella. I a partir d’aquí ja em llanço a pensar com pot condicionar l’escriure el fet de tenir els peus lliures o atrapats dins de pell sintètica, posem per cas, i tinc ganes de saber quin peu calçaven els que escrivien abans que Serra Bradford i servidora.
Abans, però, em llanço a fer una enquesta frívola per saber com escriuen els escriptors que conec, pel que fa als peus: de 147 enquestats, el 39,5% diuen que escriuen descalços, el 5,4% calcen sabates quan escriuen, el 36,1% porten sabatilles i el 19% no tenen manies amb els peus a l’hora d’escriure. Si sumo els descalços i els de les sabatilles, puc afirmar que el 75,6% escriuen a casa o en un lloc prou acollidor i íntim on no cal anar calçat. No sé, però, si en el 5,4% hi ha gent que escriu calçada, i ben calçada, a casa, com ho feia el naturalista francès Buffon, que necessitava vestir d’etiqueta per escriure i amb una espasa lligada a la cintura, o com Alexandre Dumas, que sempre duia una túnica vermella i unes sandàlies, quan escrivia, i que fins i tot tenia manies cromàtiques per als papers i escrivia en fulls blaus la ficció, en fulls grocs la poesia i en fulls rosa els articles. El que sí que sé és que entre aquest escadusser 5,4% no hi deu haver ningú com Victor Hugo.
L’autor d’Els miserables escrivia despullat. Els seus criats tenien l’ordre de guardar-li la roba fins a una hora concreta que ell els havia dit abans, i encara que després, un cop nu i tancat a la cambra d’escriure, els implorés que es volia vestir, ells havien de ser fidels al que els havia dit abans, quan anava vestit, sobre l’hora de tornar-li la roba. Diuen que de vegades duia un xal gris, potser a l’hivern, per no refredar-se. Qui es refredava cada dos per tres era Chateaubriand, que dictava el que escrivia caminant descalç per l’habitació, i ja se sap que els refredats entren pels peus. No sé si Schiller va passar gaires pulmonies, però em semblaria la mar de versemblant que fos així perquè diuen que escrivia amb els peus ficats dins d’una galleda d’aigua glaçada.
Agatha Christie escrivia en molts llocs diferents, però diuen que quan havia de rumiar sobre l’escriure es tancava al lavabo, s’omplia la banyera i s’hi podia estar hores pensant i menjant pomes. Sabem que tant Capote com Pla escrivien molt al llit, així que hem de suposar que ho feien descalços, tot i que no em costa gens d’imaginar l’escriptor català calçat amb espardenyes i ajagut al llit, i tant li és si els llençols acaben bruts de la quisca de les soles. Un altre que escrivia descalç era García Márquez, que es veu que necessitava que la seva habitació estigués sempre a una temperatura concreta –potser per no refredar-se?– i que a l’escriptori hi hagués flors grogues.
I si parlem de peus i d’escriure, hem de fer una menció especial als que escrivien drets. Woolf i Nabokov tenien un faristol, com si fossin pintors, i diuen que sovint escrivien drets. Woolf només ho feia dues hores i mitja al dia, i després devia seure en aquell escriptori davant del jardí de casa seva que corre per les xarxes retratat de mil i una maneres, amb una cadira incomodíssima en la qual no es fixa gairebé ningú. Dostoievski també escrivia dret, de nit, caminant amunt i avall per l’habitació per vèncer la por de la foscor i la mania persecutòria que patia. I se sap que Pessoa també escrivia sovint dret, en un escriptori-calaixera que s’ha fet molt famós d’exposició en exposició.
Ara que la majoria escrivim més en pantalla que en paper, imagino que escriure dret deu voler dir fer notes de veu amb el mòbil o enviar-se missatges de text a un mateix mentre es va amunt i avall de la ciutat… calçat. Sigui com sigui, acabo aquest article amb els peus nus entortolligats a una pota de la cadira, mal asseguda, pensant que un altre dia tocarà parlar de les cervicals, les lumbars i els problemes de ciàtica dels escriptors, i caldrà anar amb peus de plom, que a jutjar per les fotos de cadires de plomes il·lustres que circulen aquí i allà diria que cap gaudia d’una bona salut vertebral.
Deixo per al final el pobre Dan Brown, que es veu que pateix de migranya crònica i abans d’escriure ha de fer tot d’exercicis enduent-se els peus al cap o el cap als peus, no ho he entès bé, per després escriure aquelles novel·les que…, ehem, senyor Brown, la salut és el primer, faci el favor.

Llegiu també -----> A peu dret.

dilluns, 21 de setembre del 2020

nyèbits de catracòlics del mal rellamp


acaparador . aeròlit recauxutat . aixafaterrossos . aixafaterrossos caragirat . amfitrió . anacolut . analfabet . animal . animalot . antropòfag . antropopitec . antropopitec de pa sucat amb oli . apatxe . aprenent de dictador amb salsa de coco . aprofitat . arlequí . asteca . astronauta de terra endins . atleta de pa sucat amb oli . atropellador . autòcrata . autodidacta . banda de babuins . banda de canacs . banda de caps quadrats . banda de marxants de guano . banda de vampirs . banda de zapoteques . banda de zapoteques d'estar per casa . banda d'encenalls de pallús amb confitura d'eriçó . bandarra . bandit . bàrbar . barretina . belitre caragirat . bergant . bèstia . bleda assolellada . botxí . brètol . brivall . brontosaure . bufaforats . buidaampolles . buldòzer a reacció . cafre . caguetes . calçasses . caldereta reescalfada . canalla . caníbal . caníbal emplomallat del carall . caníbal impresentable . cap d'ase . cap de carbassa . capgròs . caragirat . carn de patíbul . carquinyoli . carquinyoli remullat . carterista . catacresi . cataplasma . cataplasma de neula remullada . ceballot . cebollí . cercopitec . cianur . cicló ambulant . ciclotró . coleòpter . coleòpter caragirat . colla de bèsties . colla de sapastres . coloquinta . concentrat de neula remullada . contrabandista . corsari . cotorra del diable . cotorra llenguda . cotorra xerrapeta . covard . cowboy de l'asfalt . cretí . cretí escabetxat . cromanyó de nyigui-nyogui . croqueta de cuscús . cuc miserable . descamisat . dinamiter . diplodocus . dromedari estrafet . ectoplasma . ectoplasma de bunyol estrafet . egoista . equilibrista . escampafems . escanyabruixots . escanyabruixots amb all-i-oli . escanyapobres . esclavista . escurçó . escurçó maleït . esgarriacries . espantasogres . extracte de cataplasma . extracte de ceballot . extracte de cretí momificat . extracte d'hidrocarbur . figureta de pessebre amb funda . fil·loxera . filibuster . filibuster de pa sucat amb oli . filibuster renegat . gallina . gamarús . gàngster . gàngster d'estar per casa . gargarisme . giroscopi . grandíssim covard . grumet desvergonyit . heretge . hidrocarbur . home del sac farcit de crema de suro . hotentot . hotentot desvergonyit . iconoclasta . incendiari . incívic . invertebrat . judes . ku-klux-klan . lladre . lladregot . llanut caragirat . logaritme caragirat . macaco . macrocèfal . mal educat . malandrí . mameluc . mandril . mariner d'aigua dolça . mariner de terra endins . marxatons . megacicle . megalòman . mercenari . mosca vironera . negrer . neuler rovellat . ninot de fira . oficleide . òliba mal dissecada . onicòrfor . oricterop . ornitorrinc .ostrogot . palíndrom . pallanga . papú . paranoic . paràsit . pastanaga . patagó . piconadora . pillastre . pirata . pirata d'aigua dolça . pirata de l'asfalt . pirata del cel . pirofòric . piròman . pixallits . pixapins . pocapena . pocavergonya . podrit . polígraf . projecte d'analfabet caragirat . projecte de pillastre . protozous . quadrilàter . rapinyaire . rata . renegat . rizòpode . rostit d'ectoplasma amb all-i-oli . ruc . rufià . sac de gemecs . sacabutxos . saltabardisses . saltabarrancs . saltataulells . saltimbanqui . salvatge . sapastre . sàtrapa . subproducte d'ectoplasma . suc de regalèsia . tanoca . tecnòcrata . terrorista . tigressa . tombatruites . tornavís . trabucaire . trabucaire del carall . traïdor . transcolador d'aigua . trinxeraire . trinxeraire dels càrpats . troglodita . troglodita de carnaval . tros de babau . tros de catacresi . tros de mula . tros de tifa interplanetària amb ulleres . tros d'ectoplasma rebullit . tros d'iconoclasta . truà . vampir . vàndal . vegetarià . venedor de catifes . visigot . viviseccionista . ximpanzé . xuixo de crema . zapoteca d'estar per casa . zuau escabetxat . zulú
[Pispat a Coca de recapte. Tots els insults del capità Haddock


Durant tots els anys que va traduir Tintín, Joaquim Ventalló va anar elaborant el seu particular «Diccionari» de renecs, tant amb els insults que incloïa a Tintín com d’altres que l’atreien per algun motiu i anava recopilant. Més de 800 paraules i expressions. És precisament aquesta tria personal de Ventalló el fet que li dóna, literàriament, rellevància. Uns va utilitzar-los; altres, no. Tanmateix, tots són una autèntica troballa d’enginy, d’intel·ligència i d’humor. [Editantacontravent]

diumenge, 20 de setembre del 2020

formatget (marró) del trivial pursuit®


POLONIUS. – What do you read, my lord?
HAMLET. – Words, words, words.

 

William Shakespeare. Hamlet. Acte II, escena 2a.

_________________
Quin llibre llegeix Hamlet?

 

dissabte, 19 de setembre del 2020

compreu llibres pel color



Sarah Frier, analista de Bloomberg; autora de La historia secreta d'Instagram.
La Vanguardia. La contra. 11|9|2020.

divendres, 18 de setembre del 2020

enheduanna


La historia de la literatura empieza de forma inesperada. El primer autor del mundo que firma un texto con su propio nombre es una mujer. 
Mil quinientos años antes de Homero, Enheduanna, poeta y sacerdotisa, escribió un conjunto de himnos cuyos ecos resuenan todavía en los Salmos de la Biblia. Los rubricó con orgullo. Era hija del rey Sargón I de Acad, que unificó la Mesopotamia central y meridional en un gran imperio, y tía del futuro rey Naram-Sim. Cuando los estudiosos descifraron los fragmentos de sus versos, perdidos durante milenios y recuperados solo en el siglo XX, la apodaron «la Shakespeare de la literatura sumeria», impresionados por su escritura brillante y compleja. «Lo que yo he hecho nadie lo hizo antes», escribe Enheduanna. También le pertenecen las más antiguas notaciones astronómicas. Poderosa y audaz, se atrevió a participar en la agitada lucha política de su época, y sufrió por ello el castigo del exilio y la nostalgia. Sin embargo, nunca dejó de escribir cantos para Inanna, su divinidad protectora, señora del amor y de la guerra. En su himno más íntimo y recordado, revela el secreto de su proceso creativo: la diosa lunar visita su hogar a medianoche y la ayuda a «concebir» nuevos poemas, «dando nacimiento» a versos que respiran. Es un suceso mágico, erótico, nocturno. Enheduanna fue —que sepamos— la primera persona en describir el misterioso parto de las palabras poéticas. 

Irene Vallejo. El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo. 8a ed. Siruela, 2020. P. 164-165.

 

dijous, 17 de setembre del 2020

escrit per a vosaltres

 

De niña creía que los libros habían sido escritos para mí, que el único ejemplar del mundo estaba en mi casa. [...] He crecido, pero sigo manteniendo una relación muy narcisista con los libros. Cuando un relato me invade [...], vuelvo a creer que yo, especialmente yo, soy la lectora a quien ese libro andaba buscando.

Irene Vallejo. El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo. 8a ed. Siruela, 2020. P. 110.
ANNA GUITART
Escrit per a vosaltres
Arallegim

Sempre que acabo un llibre que m’ha agradat molt, em passen dues coses. La primera, més íntima, és que em sento realment afortunada d’haver-lo llegit. La segona és que voldria que tothom el llegís. M’entra una mena de neguit entusiasta per compartir-lo, el recomano i el regalo amb la il·lusió, segurament una mica ingènua, que agradi tant com a mi. Això és justament el que m’està passant amb El infinito en un junco, d’Irene Vallejo (Siruela), que s’acaba de publicar en traducció catalana a càrrec de Núria Parés Sellarés ( L’infinit dins d’un jonc, Columna).
Va sortir fa un any, i ara penso que hauria d’haver fet cas de seguida al llibreter Xavier Vidal, de la No Llegiu, el primer que vaig veure que en parlava. Ja puc entendre el seu entusiasme per un assaig que recorre la història dels llibres des del món antic d’una manera rigorosa i apassionant. Només obrir-lo, ens trobem amb un grup d’homes misteriosos que recorren camins de Grècia. On van? Què busquen? Aquesta és la primera de les moltes històries que ens explica la Irene Vallejo, i que serveixen per teixir l’assaig. Diu que, abans de posar-se a escriure, va pensar en com explicaria la Xahrazad de Les mil i una nits la història dels llibres: va funcionar, perquè es revela com una gran narradora. És apassionada, culta i també molt generosa: comparteix el seu amplíssim coneixement amb naturalitat, contextualitza i fa referències al present per explicar la importància de determinats fets i no li falta sentit de l’humor. Ens fa conscients que la història del llibre és una història col·lectiva, fent aparèixer tots aquells que van permetre que avui llegim com ho fem. Recorre els moments clau de la seva existència, que a vegades semblen trets d’una novel·la de ciència-ficció, però que són ben reals, i que ens fan ser conscients de tots els perills que van amenaçar l’evolució dels llibres.
En un moment del text, la Irene Vallejo diu que a vegades ha tingut la sensació de ser la lectora que un determinat llibre buscava. A mi em va passar exactament això llegint el seu: em semblava que estava escrit per a mi. Però, si l’agafeu, segurament descobrireu que està escrit per a vosaltres.

 

dimecres, 16 de setembre del 2020

manuel castro



Mor el pintor i gravador Manuel Castro
Ara.cat
25|7|2020

L'artista Manuel Castro (Còrdova, 1944 - Barcelona, 2020) ha mort aquest dimarts als 76 anys, segons han informat les Galeries d'Art de Catalunya. Castro era pintor i gravador i vivia a Barcelona des del 1952. Estudiós del color i gran coneixedor de la història de la pintura, va ser un artista singular al panorama català. Malgrat que la generació d'artistes a la qual pertanyia es va dedicar majoritàriament a l'abstracció, ell va optar per a la figuració personal i narrativa. 
Gran lector i viatger, Castro dibuixava personatges amb un esperit nostàlgic, envoltats d'un entorn surrealista i com si visquessin en un món atemporal. A les seves obres els llibres hi tenen una forta presència, i l'artista pintava sovint els personatges llegint en un entorn intimista. Ho feia amb dibuixos de traç senzill però evocador, apel·lant a la complicitat, la reflexió i la curiositat de l'espectador per esbrinar què estava passant a les escenes...






dimarts, 15 de setembre del 2020

caro diario


Cuando veo, al empezar el curso, todos esos libros necios que invaden las librerías y que al cabo de unos meses solo sirven para venderse al peso...De todos esos libros que te asaltan a centenares, el noventa por ciento solo sirve para envolver sardinas. Para las bibliotecas son una calamidad. Los peores son los libros exprés, los libros de actualidad: se encargan, se escriben, se imprimen, se televisan, se compran, se retiran, se destruyen. Los editores deberían poner la fecha de caducidad al lado del precio, ya que solo son productos de consumo. No, en serio, la vuelta de las vacaciones en la sección de literatura no es lo mío. [...] Los lectores nos agobian todos los días para conseguir el último libro del que han oído hablar la víspera en la radio. Exigen que estén disponibles en la sección inmediatamente. Hay que resistir, moderar. De las obras que salen en otoño hay que seleccionar un puñado que resulten dignas de figurar en nuestras estanterías. Es un trabajo de titanes. Un trabajo agotador. Que, de hecho, ya nunca se hace. Porque yo soy de las que, por mucho que esta mentalidad se haya perdido en aras de la democratización cultural, yo soy de las que piensan que la entrada de un libro en la biblioteca debe ser todo un reconocimiento. Una distinción. Una grandeza. Que la bibliotecaria debe aportar un suplemento de cultura a los lectores, eligiendo a conciencia entre la marea de la industria del libro. Hay que protegerse...

Sophie Divry. Signatura 400. Traducció de María Enguix Tercero. Blackie Books, 2011. P. 62-64.

dilluns, 14 de setembre del 2020

a classe


Samuel Beckett (el segon de l'esquerra). 1920
Borges i la seva germana Nora a Ginebra.
Ernest Hemingway  (6 anys) i les seves germanes Ursula i Marcelline. 1905.
El seu primer dia a l'escola primària. 
Stephen King
Flannery O'Connor (la de la dreta) a la Universitat de Georgia.
Kurt Vonnegut. 1940.




diumenge, 13 de setembre del 2020

per una reforma general dels escriptors del món


S'hauria de fer una reforma general dels escriptors del món. Caldria començar fent una recerca detallada i rigorosa, una mica com quan cal exterminar els emmetzinadors d'un país, o expulsar els homes que treballen falsificant moneda en un estat. Que en trobaríem, d'autors culpables!

Abbé Dinouart. L'art de callar. Traducció de Maria Dasca. Ela geminada, 2016. P. 67.

dissabte, 12 de setembre del 2020

la defensa argentina


Hoy, 16 de agosto de 2018, hace justo un año que leí maravillado el Diario de Witold Gombrowicz. En el libro dice:
En una ocasión alguien, ya no me recuerdo si era Sábato o Mastronardi, me contaba que en una recepción a un escritor famoso se le acercó un estanciero (por lo demás una persona bien educada) y le dijo:
—¡Usted es un imbécil!
Cuando le preguntaron qué era lo que en la creación de ese autor despertaba en él tanta animadversión, confesó que nunca había leído nada suyo y que lo había reñido «por las dudas, para que no tuviera demasiados humos».
A este fenómeno lo llamaban allí «la defensa argentina».

Toteking. Búnker: memorias de encierro, rimas y tiburones blancos. Blackie Books, 2020. P. 186.

divendres, 11 de setembre del 2020

gairebé


Dimecres, 19 de novembre [1975], BARCELONA.
Matí. Llegeixo al balcó, al sol, tot escoltant el concert per clavicèmbal en re major de Bach. Gairebé no es pot demanar més.

Albert Ràfols-Casamada. L'escorça dels dies. Laertes, 1984. P. 85.

dijous, 10 de setembre del 2020

agafar la llengua pel ganyot


1954, VII
Dijous
La llengua. No es tracta que no hi hagi errors lingüístics, sinó que l'error no sigui deshonrós. A qualsevol que escriu se li pot escapar una errada, fins i tot gramatical, fins i tot ortogràfica, però n'hi ha que es vesteixen amb la toga d'un clàssic i, a aquests, un error, per molt petit que sigui, els deixa absolutament destrossats. En canvi, un escriptor que no vol expressar-se d'una manera massa impecable es pot permetre el luxe d'ensopegar moltes vegades i ningú no li demanarà responsabilitats. L'escriptor, doncs, no tan sols ha de tenir cura de la llengua, sinó que —més que res— ha de trobar l'actitud adequada davant d'aquesta llengua. I adequada vol dir que, si pot ser, no el limiti. Aquell que es deixa atrapar per les paraules és un estilista fluix.
[...] El més important és que un excés de teoria, una actitud massa saberuda davant de l'estil, no privin la paraula de la seva eficàcia a la pràctica, a la vida. Perquè l'art es produeix entre persones vives i concretes i, per tant, imperfectes. Avui dia abunden estils que avorreixen, que cansen, que ens fan treure el fetge per la boca, perquè són producte d'una recepta intel·lectual, són l'obra d'una gent esquerpa i, senzillament, mal educada. Cal fer blanc amb la paraula en la gent, en la gent i no pas en les teories, en la gent i no pas en l'art. El llenguatge d'aquest dietari és massa correcte; en les obres artístiques sóc més desimbolt.
Witold Gombrowicz. Dietari (1953-1956). Traducció d'Anna Rubió i Jerzy Slawomirsky. 62, 1999. P. 117-118.

dimecres, 9 de setembre del 2020

l'insult considerat com una de les belles arts



Oswald: Per què em tractes així? Jo no sé qui ets.
Kent: Jo sé qui ets tu, company.
Oswald: I qui sóc?
Kent: Un malparit, un poca-pena que es menja el que han deixat
els altres; un canalla abjecte, orgullós, frívol, servil; un fill de puta
escagassat i buscaplets, un insolent merdós i llagoter; un miserable
d’un trist bagul, tan llepaculs que embruta la reputació dels criats i
no és res més que una barreja de bandarra, captaire, covard, alcavot
i fill i hereu d’una gossa petanera, i que jo estomacaré fins que
gemegui clamorosament si s’atreveix a negar una sola síl·laba
d’aquesta llista.
El rei Lear. Acte II, esc. II. Traducció de Joan Sellent.
* * *
CORIOLÀ – Ramat de gossos de carrer, l’alè dels quals detesto com el baf de les aigües més podrides, l’amor dels quals valoro com les restes de morts per enterrar que em contaminen l’aire: jo us desterro a vosaltres! 
Coriolà. Acte III, esc. III. Traducció de Joan Sellent.
* * *
PRÍNCEP: Aquestes mentides són com el pare que les engendra: grosses com una muntanya, obertes, palpables! ¿Com és que tu, budells amb cervell de fang, tu, ximplet de carbassa buida, tu, fill de puta, obscè, greixosa presó de llard...?
Enric IV (Part I), Acte II, esc. IV. Traducció de Josep M. de Sagarra.

_________
I si en voleu més:
Shakespeare Insults Dictionnary.
Shakespearean Insulter. 

dimarts, 8 de setembre del 2020

sobren els comentaris


Uno escribe dos o tres libros y luego se pasa la vida respondiendo a preguntas y dando explicaciones sobre estos libros. Lo que prueba que a la gente le interesa tanto o más las opiniones del autor sobre sus libros que sus propios libros. Y en gran parte a causa de ello no escribe nuevos libros o sólo escribe libros sobre sus libros. Para contrarrestar este peligro, tener presente que una buena obra no tiene explicación, una mala obra no tiene excusa y una obra mediocre carece de todo interés. En consecuencia, los comentarios sobran.

Julio Ramón Ribeyro. Prosas apátridas (completas). Seix Barral,  2007. P. 134.

dilluns, 7 de setembre del 2020

cortázar i fantomas



Fantomas es un personaje de tira cómica en México; en realidad, Fantomas es un personaje francés pero los mexicanos lo colonizaron y lo convirtieron en una especie de Superman mexicano que aparece todas las semanas en los quioscos de revistas de tiras cómicas y es muy leído por el pueblo mexicano. Es una tira cómica perfectamente inmunda como todas esas tiras cómicas que defienden los valores y un tipo de moral basada siempre en el triunfo del bien y la caída del mal, sin explicar muy bien dónde está el bien y dónde el mal. Alguien me envió uno de esos capítulos de Fantomas porque resulta que yo era un personaje. Cuando lo abrí me quedé muy asombrado porque yo aparecía dibujado dentro de la tira cómica y entonces me vi en la obligación de leerla.
La historia se llamaba La inteligencia en llamas y era muy de Fantomas, muy de Superman, en que de golpe se empiezan a incendiar las grandes bibliotecas del mundo: arde la de Londres, después arde la de...la de Berkeley espero que no...y ya es el pánico. Algunos escritores están desesperados porque se dan cuenta que hay un loco que está tratando de destruir la cultura y para eso está destruyendo con una especie de láser las bibliotecas y nadie lo encuentra y lo arresta. En una de ésas arde la Biblioteca Central de Washington, la del Congreso, y entonces ya es el pánico total. Los escritores deciden muy inteligentemente llamar a Fantomas porque Fantomas, claro...¿Y quiénes son los escritores que llaman a Fantomas? Alberto Moravia, Italo Calvino, Susan Sontag y yo, con una notita al pie que dice "Conocido escritor de tal y tal lugar" para que el lector se entere. (Nos habían dibujado muy bien, por cierto). Estamos todos en el teléfono. Octavio Paz también, que dice "Fantomas, tienes que venir en seguida, están quemando los libros". Yo mismo lo llamo: "Fantomas, tú eres nuestro amigo, ven". No se sabe por qué somos amigos de Fantomas, pero viene y hablamos con él. Dice: "No hay que preocuparse", y naturalmente abre las alas, se tira por la ventana y vuela. Va a París, hace una serie de investigaciones y descubre que en efecto hay un loco que odia la cultura y tiene un rayo poderoso. Fantomas se mete por la otra ventana y aniquila al individuo. ¡Gran alegría, la cultura está salvada! Todos le damos las gracias y termina la historieta.
Yo recibí esto como su cassette y cuando lo leí me quedé pensando y dije: "Caramba, ya que me meten como personaje sin pedirme autorización —lo cual en principio no está demasiado bien— yo también podría aprovechar ahora esta historieta sin la autorización de los editores y hacer mi propia versión de la cosa". Con una tijera comencé a cortar las partes que me interesaban e hice una especie de collage en la que escribí un texto que fui colocando en diferentes páginas de la historieta eliminando lo que no me interesaba y le cambié completamente el sentido; es decir, toda la primera parte es igual pero cuando Fantomas vuelve triunfante diciéndole a Octavio Paz o a mí "he destruido al monstruo, pueden seguir escribiendo tranquilamente", nosotros, inteligentes, le decimos: "No, Fantomas, te equivocas. Crees que has destruido al monstruo, pero no lo has destruido: no hay solamente un monstruo. Mira, léete aquí las conclusiones del Tribunal Bertrand Russell sobre el genocidio cultural en América Latina. Esto tú no lo conoces y en México no lo conocen. Léete estas páginas". Y están las páginas. "Léete lo que se dice sobre la aniquilación de las culturas indígenas en la Amazonia, por ejemplo. Léete lo que pasa con indios mexicanos en algunos estados de predominancia indígena, lee todo lo que se está haciendo para destruir la cultura de un continente y crearles falsos valores sin necesidad de quemar la Biblioteca del Congreso". Fantomas se queda sumamente avergonzado y la historia termina también muy bien porque dice: "Querido Octavio Paz, desde ahora dedicaré toda mi fuerza a luchar contra las empresas multinacionales y contra todas las formas negativas del imperialismo".
Insistí en que lo editaran en forma de tira cómica y que se vendiera en los quioscos y se vendió en México por cientos de miles de ejemplares...

Julio Cortázar. Clases de literatura: Berkeley, 1980. Alfaguara, 2013. P. 244-246.


diumenge, 6 de setembre del 2020

una citació de virginia woolf


Em van regalar Una historia de la lectura d'Alberto Manguel. Ja havia llegit aquest llibre en l'edició de butxaca, però aquesta, tan luxosa, és una meravella. Entre les seves pàgines, trobo aquesta citació de Virginia Woolf que em fa feliç per a tot el dia: «De vegades he somiat que quan apunti el dia del judici, i els grans conqueridors i els advocats i els juristes i els governants s'acostin per rebre la recompensa que els correspon, el Faedor, en veure'ns a nosaltres, pobrets, que arribem amb els llibres sota l'aixella, es girarà cap a Pere i li dirà, no sense una certa enveja: "Mira'ls; aquests no necessiten recompensa. No tenim res per a donar-los. Els agradava llegir."»

Xuan Bello. La neu i altres complements circumstancials. Traducció de Jordi Raventós. Adesiara, 2010. P. 125.

dissabte, 5 de setembre del 2020

insensats

«A INSENSATS creiem que la literatura catalana té prou força per ser més present  al carrer. I més concretament volem que hi sigui amb les nostres samarretes amb dissenys especials per a l’ocasió.
Volem començar per autoria que en podríem denominar clàssica: persones que han fet gran la literatura catalana, però que malauradament fa més de 25 anys que no són entre nosaltres.
Però la seva obra sí. Encara és present avui en dia: a les nostres llibreries, les nostres biblioteques, les nostres prestatgeries de llibres... I a partir d’ara, també volem que puguin ser ben a prop de vosaltres amb les nostres samarretes!»


divendres, 4 de setembre del 2020

un regalet per a en catul


El joven poeta Catulo —siempre fue joven, pues murió a los treinta años— cuenta una reveladora anécdota de amistad y librerías ambientada a mediados del siglo I a. C. Como precedente de nuestras inocentadas navideñas, a finales de un frío mes de diciembre, durante las fiestas saturnales, recibió un regalo en son de broma de parte de su amigo Licinio Calvo: una antología poética de los autores que ambos consideraban los más nefastos del momento. «Grandes dioses, qué horrible y condenado librito has enviado a tu Catulo para que se muriera de una vez», refunfuña Catulo. Y a continuación trama su venganza: «Esta fechoría no te saldrá barata, gracioso, porque en cuanto amanezca correré a los arcones de los libreros y compraré los peores venenos literarios para devolverte estos suplicios. Mientras tanto, volved allí de donde en mala hora salisteis, calamidad de nuestros tiempos, pésimos poetas»...

Irene Vallejo. El infinito en un junco. La invención de los libros en el mundo antiguo. 8a ed. Siruela, 2020. P. 295.

dijous, 3 de setembre del 2020

només hem de deixar de callar quan tinguem alguna cosa a dir més valuosa que el silenci


«La extraña enfermedad de escribir o de leer lo que se escribe, que nos atormenta desde hace tiempo, sigue agravándose cada día. Los libros parecen colmar una necesidad del alma; se precisan para todos los temperamentos del espíritu, para todos los grados de inteligencia; por tanto, no deben ser menos variados en calidad y sustancia que los alimentos que tomamos. Considerados desde este punto de vista, sean buenos, mediocres, flojos, insípidos, etc. No hay libro que no encuentre lector hecho para él.» 
[Anne-Gabriel Meusnier de Querlon]


dimecres, 2 de setembre del 2020

tants burros hi ha amb lletra com sense


LAS MÁS ALTAS INTELIGENCIAS no dicen menos tonterías que el común de los mortales; simplemente, lo hacen con más autoridad.
Cuando Sartre declaró que Mauriac no era novelista, la víctima habría podido consolarse pensando que ese mismo juez también había descubierto que Orson Welles no era cineasta. En ambos casos, su método fue el mismo: primero enunciar una definición arbitraria de lo que es LA novela, EL cine; luego cotejar la obra analizada con ese dogma, y llegar a la conclusión de la inexistencia de la primera. Sartre adoptaba así la posición de un burócrata courtelinesco -o kafkiano- que exigiera, para negociar con un interlocutor, que éste extendiera primero un certificado que atestiguara que estaba perfectamente vivo; aunque este certificado sólo podría ser expedido por ese mismo burócrata.
La pieza de convicción que provocó para Welles esta condena sin paliativos no era otra que...¡Ciudadano Kane! No tengo a mi disposición el texto original de Sartre (que apareció en L'Écran français) sino tan sólo un resumen reproducido en la revista inglesa Sight and Sound, que traduzco:
«Aunque Ciudadano Kane haya podido ser interesante para los estadounidenses, estaba completamente pasada de moda para nosotros, pues toda la película se basaba en un malentendido que afectaba a la naturaleza misma del cine. Esta película está ligada al pasado, mientras que todos sabemos que el cine debe ser un arte del presente: "Yo soy el hombre que está besando a la muchacha, yo soy la muchacha que se deja besar, yo soy el indio que es perseguido, yo soy el tipo que persigue al indio". Cualquier película ligada al pasado es la antítesis del cine: Ciudadano Kane no podría ser, pues, cine.»
La revista inglesa añade que este artículo tuvo una gran resonancia en la época y fue en parte responsable de la mala acogida que el público intelectual de París dispensó a continuación a El cuarto mandamiento.

Simon Leys. La felicidad de los pececillos: cartas desde las antípodas. Traducció de José Ramón Monreal. Acantilado, 2011. P. 84.

dimarts, 1 de setembre del 2020

la vida dels altres


«Cada any lloguem una casa a la vora del mar, i al principi de l’estiu hi anem —amb el gos, el gat, els nens i la cuinera—, i arribem a un lloc desconegut una mica abans que es faci fosc. El viatge cap al mar té les seves emocions cerimonioses, ara ja fa molts anys que el fem, i ens sentim com sempre ens hem conegut en els nostres somnis, emigrants i rodamons: si més no viatgers, amb la sensibilitat aguda d’un viatger. Jo mai no investigo les cases que lloguem, de manera que el castell de fusta amb una torre, l’edifici mastodòntic, la vil·la de Staffordshire recoberta de roses i la mansió del sud s’alcen sota la darrera llum marina amb l’immens atractiu d’allò que ens és desconegut. A la casa del costat ens donen unes claus rovellades per la humitat. Obrim la porta i entrem en un vestíbul fosc o clar, a punt de començar unes vacances: un mes que promet que no ens portarà maldecaps. Però tan o més forta que l’agradable sensació de començar alguna cosa és la d’haver-se introduït en la vida d’algú altre. Jo sempre he fet els tractes amb agents, i mai no he conegut els propietaris a qui hem llogat, però la seva capacitat per deixar un rastre de presències físiques i emocionals és increïble. Naturalment les coses que fem no queden escrites en l’aire ni en l’aigua, però sí que semblen gravades als sòcols ratllats, en les olors i en els gustos amb què s’han triat els mobles i els quadres, i els ambients d’aquestes cases llogades són tan marcats com els canvis de temps a la platja. A vegades, al llarg passadís hi ha una bonança, una puresa i una claredat de sentiments a la qual responem tots. Algú va ser molt feliç aquí, i nosaltres lloguem la seva felicitat juntament amb la seva platja i la seva barca. A vegades l’ambient de la casa sembla misteriós, i continua sent un misteri fins que marxem, a l'agost. ¿Qui deu ser la dona del retrat que hi ha penjat al passadís de dalt?, ens preguntem. ¿De qui devia ser l'escafandre, o la col·lecció d'obres de Virginia Woolf? ¿Qui devia amagar el volum de Fanny Hill dins l'armari de la porcellana? ¿Qui tocava la cítara? ¿Qui dormia al bressol? ¿Qui devia ser la dona que va pintar amb esmalt les urpes de les potes de la banyera? ¿En quin moment de la seva vida ho va fer?...»

John Cheever. «Les cases de la costa». A: Contes. Traducció de Jordi Martín Lloret. Proa, 2007.