dimecres, 29 de febrer del 2012

baroja i hemingway



Això sembla El Caso, prou que ho sé, i és d'un mal gust espaterrant, quasi gore, pobre don Pío, així exposat; precisament per això me n'estava de publicar-lo i l'he tingut un mes a la nevera, com les restes dels àpats de casa (i no em refereixo a prou quantitat de rostit com per fer-ne canelons o croquetes, sinó a quatre o cinc macarrons, mig tall de pollastre arrebossat i coses així), que no les llencem mai de dret i han de passar uns quants dies al frigorífic abans d'anar a parar a la galleda de les escombraries, convenientment refrigerades.

Ara l'anava a eliminar, però no. Potser perquè no em puc treure del cap com se li va acudir a Hemingway anar a veure un malalt que està a les últimes amb una ampolla de whisky, un jersei i uns mitjons de llana com a present. En fi.

A principios de octubre de 1956, Hemingway estaba en España. Se alojaba en El Escorial. A través de su amigo José Luis Castillo-Puche, logró un día, el 8 de octubre, visitar al viejo maestro, que estaba ya en cama desde hace tiempo. Al sobrino Julio Caro, la visita (Castillo-Puche, Hemingway y un fotógrafo: la foto del americano al borde de la cama del viejo don Pío se ha reproducido tantas veces, que una más no importa) no le hizo mucha gracia, pero la permitió. Hemingway, cerca de la cabecera, reclinado para oír –que no entender, pues fueron ininteligibles las palabras que pronunciara Baroja, a ratos consciente, a ratos no–, junto a un demacrado don Pío con un gorro blanco y esas barbas desastradas, es posiblemente uno de los últimos documentos gráficos de Baroja vivo, más o menos vivo.
Hemingway le llevó de regalo al escritor una botella de whisky, un jersey y unos calcetines de lana, dedicándole, además, un ejemplar de su novela Adiós a las armas. La dedicatoria decía así: “A usted, don Pío, que tanto nos enseñó a los que, siendo jóvenes, queríamos ser escritores”.
Javier Goñi. "La primera nevada de otoño" publicat a El pizarrín


dimarts, 28 de febrer del 2012

el temerario marino shanti andía

Apunt gentilesa d'en Robert.


 Oli sobre tela, 2.28 x 1.88 cm. 
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofia. Madrid. 

dilluns, 27 de febrer del 2012

la biblioteca de pío baroja



UNA VISITA a la biblioteca de Pío Baroja en su casa de Vera del Bidasoa será siempre de utilidad a los admiradores y estudiosos del novelista, y no porque sea probable que en ella realicen hallazgos sensacionales, sino simplemente porque la vista de sus libros les ayudará a encuadrar mejor y avizorar como en panorámica los intereses y tendencias del autor. Ya la casa en que se halla alojada, la hermosa Itzea, con sus preciosos muebles, grabados y objetos ornamentales o curiosos, nos enseñará algo sobre la sensibilidad estética de Baroja, más refinada de lo que el novelista haría sospechar a sus lectores, pero si además tenemos la paciencia de inspeccionar sus anaqueles, no dejaremos de recibir alguna idea nueva o alguna rectificación a nuestros preconceptos.

La biblioteca contiene entre 5.000 y 5.500 volúmenes, la mayoría colocados en una gran sala admirablemente dispuesta para la lectura cómoda y recogida, y el resto está distribuido por habitaciones adyacentes.
[...]Antes de entrar en materia querríamos hacer constar dos impresiones experimentadas apenas entramos en la biblioteca. Lo primero que nos llamó la atención fue el gran número de obras no literarias que alberga, más de la mitad del total, y en su mayoría obras históricas y geográficas. El que la biblioteca de un novelista encerrase tanta literatura no imaginativa, y entre ella tan gran masa de información factual, histórica o de otro género, nos confirmó en la impresión de que Baroja estaba muy lejos de ser lo que Unamuno llamaba con desprecio un "literato puro", es decir, un escritor que sólo se alimenta espiritualmente de obras de ficción, así como que su afán de realismo no sólo se contentaba con la observación de lo vivido, sino que le impulsaba a buscar para sus novelas una "documentación" mayor de lo que a primera vista parece.

[...]Otra cosa que me chocó fue que Baroja, a pesar de su conocida galofobia en política y en literatura, hubiese leído más libros en francés que en ninguna otra lengua, incluyendo la suya. La inmensa mayoría de sus libros de historia, filosofía, crítica literaria, novela, poesía y teatro, son franceses o están traducidos al francés. Sus novelistas predilectos, ingleses y rusos, los tuvo que leer en traducciones francesas, y, lo que es  más, muchos literatos modernos franceses, a los que apenas se refiere, sino despectivamente, están allí, magníficamente representados en una colección de 770 y pico volúmenes. Esto, sin embargo, era fácil de prever, ya que el francés era prácticamente la única lengua extranjera accesible a Baroja.
[...] Pero, así y todo, no pudo menos de extrañarnos que el novelista no haya jamás puesto de lado sus preferencias estéticas para rendir tributo de agradecimiento a la cultura y la lengua que lo han amamantado literariamente.

José Alberich. "La biblioteca de Pío Baroja" A: Pío Baroja. Edició de Javier Martínez Palacio.2a ed. Taurus, 1979. P. 263-265.


diumenge, 26 de febrer del 2012

endiumenjar, v. tr.


The Book Lover’s Ball, Amanda On Writing. Via Libraryland.


dissabte, 25 de febrer del 2012

la carrera de lector


El primer doctor honoris causa de la Universitat de Vic, eixint d'investir.

TOT I QUE CADA LECTOR és un món a part i tothom s'ha enganxat a la lectura amb les obres que ha triat o que l'han seduït, potser sí que podem reflexionar uns minuts sobre uns punts considerats essencials per formar un bon lector. Perquè a vegades oblidem que de la mateixa manera que es pot ensenyar i es pot aprendre a esciure bé, també es pot ensenyar i es pot aprendre a llegir bé. És a dir, arribar a ser un bon lector és una carrera com una altra que requereix uns mestres, unes pràctiques, una voluntat i uns esforços determinats. Això si no volem quedar-nos en l'estadi de lector més primari, el que llegeix obres que no li suposin esforç, només per distreure's i buscar informació.
No tots els lectors són iguals, ni tenen el mateix nivell de lectura. Quan algú ens demana que li recomanem un llibre, demanem-li quins llibres ha llegit darrerament i quins li han agradat i per què.
Fem-li veure que el més segur és que continuï amb l'autor o la col·lecció o el tema que li ha agradat, però que si fa un petit esforç pot arribar a gaudir de lectures més sàvies o més complexes, que el lector també s'educa amb l'esforç i que hi ha diferents nivells de lectura.
Fem-li veure que si amb les matemàtiques, per exemple, només arriba a resoldre les quatre regles, no entendrà res dels logaritmes neperians o de les equacions diferencials si no fa una mica d'esforç per arribar-hi; que no s'acontenti a quedar-se en la lectura amb les quatre regles, o les quatre lletres. Ser lector és una mica com una carrera.

Emili Teixidor. La lectura i la vida. Columna, 2007. P. 127.


divendres, 24 de febrer del 2012

bend it like messi

A Josep G., àlies 'es buhO', ara al servei del rei d'Anglaterra.
Bohumil Hrabal soñaba con ser futbolista. De pequeño era un fenómeno en el campo, y en 1929 entró en el equipo juvenil del Polaban Nymburk.
[...] Hrabal era muy tímido, y en los partidos se sentía observado por los espectadores, se ruborizaba, y no sabía muy bien qué hacer con los brazos y con las piernas. En suma, se bloqueaba. Durante un partido entró en el campo como suplente y se rompió el codo derecho. Y hacía poco que se había fracturado la clavícula en un accidente de moto con su padre y su hermano (iban, evidentemente, en sidecar). Así que su carrera futbolística quedó aparcada (y más desde que, en una riña, durante un baile, se le cayeron encima sus enemigos, en tromba, y se destrozó el otro brazo). No está mal, porque mientras tanto entró en su vida el tío Pepin, inocente y genial fabulador, al que usaban en la familia y en las posadas como televisión (la gente se reunía en torno al magnetófono, y todos juntos escuchaban las grabaciones de sus hilarantes historias; dado el caso, él podía repetirlas al natural sin cambiar una sola palabra). El tío Pepin llegó a Nymburk de visita, y se quedó durante catorce años, trabajando en la cervecería del padrastro de Hrabal.
[...] Un día regalará a Bohumil el libro que constituiría su "segunda universidad", Gargantua y Pantagruel, la carnavalesca novela de Rabelais. Y sería su segunda y no la primera porque, sin tener gran interés por los estudios, Hrabal se había matriculado en la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Carlos V de Praga...

Daria Galateria. "Bohumil Hrabal" A: Trabajos forzados: los otros oficios de los escritores. Traducció de Félix Romeo. Impedimenta, 2011. P. 161-162.


dijous, 23 de febrer del 2012

baroja, delibes i les dones que llegeixen


Recuerda Delibes -y me lo contó no hace mucho- que cuando de un brinco se instaló en el estrado de la celebridad literaria con la novela La sombra del ciprés es alargada, ganadora del incipiente y ya "alborotador" premio Nadal, viajó a Madrid des de su Valladolid del Campo Grande, del Pisuerga universal; y de la mano de su editor, el referido Nadal, visitó y conoció al "feroz" don Pío Baroja. Y hablaron, entre otras, de la cuestión de toda la vida: los españoles apenas leemos. Mas el entonces joven y apuesto y triunfador de la última hornada, Delibes, se atrevió a contradecir a don Pío: "Pues yo creo que se lee cada día más; de mi libro ya se han agotado las tres primeras ediciones ". Don Pío: "Eso es mentira, se lo aseguro". Delibes: "Si ya me las han pagado incluso". Don Pío: "¡Mentira!, y si le han pagado es para engañarlo y para que siga escribiendo". No había manera de apear de sus recias ideas a don Pío; y Nadal, hasta entonces testigo mundo, le aclaró: "Es que creo que hay un detalle que se le escapa. Mire, don Pío, de un tiempo a esta parte ya empiezan a leer las mujeres". Y don Pío, estupefacto: "¡Ah, entonces ... !"
Feliciano Fidalgo. "Pío Baroja, Miguel Delibes, Eva y Kasia". El País, 13/9/1996.

dimecres, 22 de febrer del 2012

la biblioteca pública de newark



¿QUÈ HARAN los lectores de Newark si el Ayuntamiento sigue adelante con su plan de ahorro y clausura la biblioteca pública el primero de abril? ¿Saquearán las estanterías a la manera en que los habitantes de Newark saquearon las tiendas de electrodomésticos durante los disturbios de 1967? ¿Llamarán a la policía para que reduzca con gases lacrimógenos a los ladrones que huyan con la Enciclopedia Británica? ¿Tomarán los eruditos posiciones de francotiradores en las ventanas de la sala de obras de referencia y los escolares ocuparán el edificio principal en la calle Washington a fin de completar sus trabajos de fin de curso? Si el Ayuntamiento encierra los libros, ¿se unirán los portadores de carnets de biblioteca para "liberarlos"?

En los años cuarenta, cuando yo crecía en Newark, dábamos por sentado que los libros de la biblioteca pública pertenecían al público. Puesto que mi familia no poseía muchos libros ni tenía dinero para que un niño los comprara, era agradable saber que por el mero hecho de estar empadronado en el municipio podía acceder a cualquier libro que quisiera leer de aquel edificio espléndidamente austero en la calle Washington, en el centro de la ciudad, o bien en la filial de la biblioteca en mi barrio, a la que podía ir andando. No era menos satisfactoria la idea de la propiedad en común y por el bien común. Si tenía que cuidar de los libros que tomaba en préstamo, devolverlos intactos y dentro del plazo establecido, se debía a que no eran solo míos, sino que pertenecían a todo el mundo. Esa idea contribuyó a civilizarme tanto como cualquiera de las que encontrara en los mismos libros.

Si la idea de una biblioteca pública era civilizadora, no menos lo era el lugar, con su grato silencio, sus pulcros estantes y sus informados y serviciales empleados que no eran profesores. La biblioteca no era simplemente el lugar a donde uno tenía que ir en busca de los libros, sino una especie de riguroso refugio al que un muchacho de la ciudad iba de buen grado para recibir su lección de comedimiento y adiestrarse en el dominio de sí mismo. Y luego estaba la lección de orden, del que la misma enorme institución servía como instructora. ¡Qué confianza inspiraba, tanto en uno mismo como en los sistemas, descodificar primero la ficha del catálogo, luego avanzar por los pasillos y escaleras hacia las estanterías abiertas y, una vez allí, encontrar, exactamente donde se suponía que estaba, el libro deseado! Para un niño de diez años, descubrir que es capaz de orientarse entre decenas de millares de volúmenes hasta el que desea leer no carece de satisfacciones. Tampoco era moco de pavo llevar en el bolsillo el carnet de la biblioteca, pagar una multa, sentarte en un lugar desconocido, lejos de los padres y la escuela, y leer lo que quisieras en una atmósfera de anonimato y paz. Finalmente, llevar a casa, a través de la ciudad, e incluso de noche a la cama, un libro con un linaje local propio, un árbol genealógico de lectores de Newark a los que ahora se había añadido tu nombre.

En los años cuarenta, cuando todavía la población de la ciudad era mayoritariamente blanca, que los libros nos pertenecían y que la biblioteca pública tenía mucho que enseñarnos sobre las reglas de la vida civilizada, así como placeres civilizados que ofrecer, era un hecho incontrovertible de la vida. Resulta extraño, por decirlo cortésmente, que ahora, cuando Newark es sobre todo negra, el Ayuntamiento (por razones fiscales, según nos dicen) haya tomado una decisión que da a entender que, al fin y al cabo, los libros no pertenecen al público, y lo que la biblioteca proporciona a los jóvenes ya no es esencial para su educación. Lo cierto es que, en una ciudad plagada de agravios sociales, probablemente pocas cosas podrían ser más esenciales para el desarrollo y la sensatez del joven reflexivo y ambicioso que acceder a esos libros. De momento, el Ayuntamiento de Newark puede haber resuelto su problema fiscal ; sin embargo, es una lástima que los concejales sean incapaces de calcular la frustración, el cinismo y la rabia que inevitablemente ha de generar este insulto, e imaginar lo que cerrar bibliotecas puede costarle al final a la comunidad.

Philip Roth. "La biblioteca pública de Newark". A: Lecturas de mí mismo. Traducció de Jordi Fibla. Mondadori, 2008. P. 225-227.
[Article publicat a The New York Times, l'1 de març del 1969]



dimarts, 21 de febrer del 2012

mr. morris lessmore goes to hollywood




Nominat als premis Oscar d’enguany en la categoria del millor curt animat.

dilluns, 20 de febrer del 2012

les meves inquietuds euskalzales



(Euskalzale: filobasc; amic del paisatge, la cultura i la gent del País Basc.)

Dono per fet que l'escena s'ha repetit més d'una vegada. Situem-nos a la sala d'una etxe (casa, llar), on, tot i filtrada, arriba la salabror del mar. No cal pensar necessàriament en un massís caserío, pot ser al 3º 2ª d'un bloc de pisos; tot i així, continua funcionant tal i com ens adverteix Baroja: la casa és un espai de total domini femení. Imaginem-hi, doncs, en una tarda plujosa, la trobada d'unes dones...
Posem que unes parentes llunyanes han vingut de visita. La sala està presidida, de fa molt temps, per un oli damunt cartró de 100x70, ben emmarcat, on s'hi veu una escena del proper port de pescadors. "És muy bonito este cuadro -diu una que mai havia estat en aquella casa. Y muy moderno..."
Arribats a aquest punt indefugible, i com que enlloc està escrita, toca tornar a explicar la història de la pintura i d'aquell foraster que, entre altres coses, volia ser pintor. "¿Qué se habrà hecho de aquel chico catalán?...
La gent dels ports ja hi està feta als forasters que, així com arriben, se'n van.

Després de mitja vida recorrent el País Basc (i això inclou moltes de les seves muntanyes i tots els seus ports), durant la lectura de Las inquietudes de Shanti Andía es va convertir en un afer cabdal mirar de descobrir on calia situar aquest centre del món que és Lúzaro.
S'ha de dir que és un topònim ple de sentit. Si salvem l'escull de l'accent (que no correspon a l'ortografia -l'euskara no n'usa- sinó a la ideologia espanyolitzant de Baroja), Luzaro vol dir: extensament, per llarg temps...
Tot un indici.
Així, tot llegint, anava prenent notes dels detalls geogràfics -a la menuda i a l'engròs- amb què Baroja aconsegueix fer del tot consistent aquell port de mariners i pescadors. I, davant l'amalgama de dades contradictòries -ara seria força ensopit que m'hi esplaiés-, vaig arribar a la conclusió que, de fet, Lúzaro era un espai mític construït amb retalls d'arreu de la, en veritat, brava costa basca. 

Després d'això (havent ja decidit estalviar-me el tòpic retrat del Pío amb la boina), vaig pensar que seria oportú d'il·lustrar Las inquietudes amb els meus retalls portuaris bascos.
Vaig reobrir la carpeta on deso els apunts de fa quasi trenta anys, de quan acabava amb el cul entumit de dibuixar segut als norais, per a confegir una imatge convenientment al·lusiva.
Hi aplego el menut apunt a color d'un port (un dels que van acabar sent pintures amb les que expressar gratitud, alhora que pagava l'estada), i l'esbós d'una txalupa varada en un altre port.

En principi, vaig pensar en afegir damunt la barca a tres nens nens jugant a ser pirates.
Més tard me n'he desdit. Passats tants anys resulta més que improbable que els nens de Luzaro hagin aconseguit el seu somni d'esdevenir pirates... Si més no, dels de la mar, segur que no.



dissabte, 18 de febrer del 2012

menjar ràpid






Saben aquel que diu...entra una rossa estupenda en una biblioteca, s'adreça a la bibliotecària i li demana una hamburguesa (amb formatge, crec) i no sé què més. La bibliotecària se la mira com qui pensa uf! i li etziba: això és una biblioteca. La rossa es gira, comprova que, efectivament, allò sembla una biblioteca, i li torna a fer la comanda, abaixant el volum, però. Una de les dues, encara no he pogut determinar quina, es diu Mercedes. Mercedes Benz.


divendres, 17 de febrer del 2012

a la llibreria

Apunt gentilesa (involuntària) de l'Sfer.








...algunes de les perles recollides de primera mà (orella, de fet) per la Jen Campbell en el llibre:




dijous, 16 de febrer del 2012

la paraula més llarga de la llengua anglesa


Todo buen científico sabe que el galio es el elemento de la tabla periódica al que uno debe acudir si tiene invitados en casa. Aunque a temperatura ambiente es sólido, este metal tiene una propiedad única y muy poco conocida, se funde a 30º C. Así que no hay más que fabricar unas cucharitas con este elemento, servir el café...y observar las caras que ponen los invitados al ver cómo ésta desaparece.

Kean, autor de este libro fascinante, describe la tabla como un gran mapa lleno de actores en conflicto que nos permite viajar a través del tiempo y del espacio. Del Big Bang a la Alemania nazi, pasando por la Grécia Clásica y la India de Gandhi, los elementos sirven de guía para entender algunos de los episodios clave de la historia de la humanidad.

La cuchara menguante es un libro entretenido y divulgativo, un acervo de relatos apasionantes, aventuras y obsesiones que descubre aspectos sorprendentes de la química, de la historia y de los científicos (locos) que descubrieron los elementos de la tabla, uno de los mayores logros de todos los tiempos.
[De la contracoberta].

.  .  .  .

UN TASTET:
Shakespeare lo intentó con "honorificabilitudinitatibus", que, según a quién se pregunte, significa "el estado de plenitud de honores", o es un anagrama que proclama que fue Francis Bacon, y no el Bardo, quien realmente escribió las obras de Shakespeare. Pero esta palabra, de apenas veintisiete letras, no se acerca siquiera a merecer el título de palabra más larga de la lengua inglesa.

Claro que pretender determinar cuál es la palabra más larga es como vadear un río revuelto. Es muy fácil perder pie, pues el lenguaje es fluido y constantemente cambia de dirección. Además, qué es una palabra inglesa es algo que depende del contexto. La palabra de Shakespeare, pronunciada por un personaje cómico en Trabajos de amor perdidos, obviamente procede del latín, y quizá las palabras extranjeras, aunque formen parte de una frase en inglés, no deberían contar.

[...] Pero si adoptamos una definición sensata, como la palabra más larga que aparece en algún documento en lengua inglesa cuyo propósito no sea el de establecer el récord de la palabra más larga, entonces la que buscamos apareció en 1964 en Chemical Abstracts, una suerte de diccionario de referencia para los químicos. La palabra en cuestión describe una importante proteína perteneciente a lo que los historiadores suelen considerar el primer virus jamás descubierto, el virus del mosaico del tabaco, descrito en 1892. Será mejor tomar una buena bocanada de aire.


Acetylseryltyrosylserylisoleucylthreonylserylprolylserylglutaminyl-
phenylalanylvalylphenylalanylleucylserylserylvalyltryptophylalanyl-
aspartylprolylisoleucylglutamylleucylleucylasparaginylvalylcysteinyl-
threonylserylserylleucylglycylasparaginylglutaminylphenylalanyl-
glutaminylthreonylglutaminylglutaminylalanylarginylthreonylthreonyl-
glutaminylvalylglutaminylglutaminylphenylalanylserylglutaminylvalyl-
tryptophyllysylprolylphenylalanylprolylglutaminylserylthreonylvalyl-
arginylphenylalanylprolylglycylaspartylvalyltyrosyllysylvalyltyrosyl-
arginyltyrosylasparaginylalanylvalylleucylaspartylprolylleucylisoleucyl-
threonylalanylleucylleucylglycylthreonylphenylalanylaspartylthreonyl-
arginylasparaginylarginylisoleucylisoleucylglutamylvalylglutamyl-
asparaginylglutaminylglutaminylserylprolylthreonylthreonylalanylglutamyl-
threonylleucylaspartylalanylthreonylarginylarginylvalylaspartylaspartyl-
alanylthreonylvalylalanylisoleucylarginylserylalanylasparaginylisoleucyl-
asparaginylleucylvalylasparaginylglutamylleucylvalylarginylglycyl-
threonylglycylleucyltyrosylasparaginylglutaminylasparaginylthreonyl-
phenylalanylglutamylserylmethionylserylglycylleucylvalyltryptophyl-
threonylserylalanylprolylalanylserine.

Esta anaconda ocupa la friolera de 1.185 letras.

Sam Kean. "Casi gemelos y ovejas negras: la genealogía de los elementos" A: La cuchara menguante y otros relatos veraces de locura, amor y la historia del mundo a partir de la tabla periódica de los elementos. Traducció de Joan Lluís Riera. Ariel, 2011. P. 39.


dimecres, 15 de febrer del 2012

l'obra que baroja no va arribar a escriure mai


RECUERDO QUE una vez Gabriel Ferrater, que acostumbraba a "venderme autores", como él llamaba a la operación de explicarlos a altas horas de la noche en la barra de un bar o en la terraza, si era verano, intentó explicar la importancia de Baroja considerado como un paisajista. Evidentemente, a Ferrater no le gustaba Baroja y, en definitiva, su respeto por este escritor se basaba únicamente en el hecho de que a través de su lectura había llegado a formarse una imagen muy clara y muy concreta del país vasco sin haber viajado nunca a esta parte de España. Aunque yo podría decir lo mismo pienso que no es más que una forma sutil de mostrar un gran desinterés hacia el autor de La lucha por la vida. En el fondo los hispanistas extranjeros con su entusiasmo folklórico por Las inquietudes de Shanti Andía o Zalacaín el aventurero, no nos dan una imagen mucho más atractiva. Existen otros puntos de vista, quizá más justos, que quieren ver en Baroja ya un precursor de la novela social, ya un romántico rezagado que se inventa la novela española del siglo XX, ya un anarquista y un revolucionario en potencia. A mí estas clasificaciones me interesan poco y lo que sobre todo he intentado entrever a través de esta reconsideración de las opiniones de Baroja, de su autodefensa como escritor, es el interés que puede encerrar todavía para nosotros, la posibilidad de una auténtica relectura.

Baroja, autor proteico, como él quería que fuera la literatura, tan egocéntrico como autobiográfico, capaz de una gran lucidez y una enorme miopía, con intuiciones geniales e injustificables incomprensiones, no llegó a escribir la obra que ahora nos gustaría leer, la que él probablemente entrevió, la que todos los barojianos, arrepentidos o no, le hemos atribuido a base de extraer los elementos mejores, las ideas más geniales del ingente conjunto de sus novelas escritas a chorro, mediocres unas, buenas otras, malas algunas y ninguna realmente excepcional. Creo que Baroja fue mejor que su obra. Le faltó rebeldía, convicción, quizá esa capacidad de esquizofrenia que él atribuia a los grandes novelistas, para realizar la obra importante que le hubiera colocado entre los grandes creadores literarios de este siglo. A lo largo de sus opiniones sobre literatura, en las que el azar y la intuición le depararon felices aciertos y lamentables caídas, esa incapacidad se manifiesta de un modo patente. Sus ideas no llegan a adquirir un desarrollo importante, mueren como si les faltara aire o agua. No haber escrito La recherche du temps perdu, ni el Ulises, ni La montaña mágica es algo que se paga.

Con todo, fue el mejor novelista de su época en España, bastante por encima de lo que cabría esperar de un país no lanzado a causa generosa alguna, hundido en su mediocridad y vulgaridad, a la deriva, ignominioso. Así la impotencia de Baroja fue, no me cabe duda, reflejo de otra impotencia mayor, más general. No supo ser un rebelde ni un genio diabólico, pero fue un hombre sereno y escéptico que se marginó voluntariamente para expresar su falta de convicciones, su pequeña filosofía. Como dice Caro Baroja: "Vivió mal muchos años. Vio hundirse casi todo lo que estaba en su derredor y tuvo serenidad. La serenidad del que ha perdido todo y piensa que al final no hay más que una misma meta, morir: de la muerte no hablaba. Sin duda, le parecía una cosa vil de la que tampoco vale la pena ocuparse demasiado".(1)

Salvador Clotas. "El azar y la intuición: Baroja reconsiderado a través de sus opiniones sobre literatura". A: Barojiana. Taurus, 1972. P. 141-142.

______________________
(1) Julio Caro Baroja. Los Baroja. Taurus, 1972. P. 85.


dimarts, 14 de febrer del 2012

monogràfic vicent andrés estellés


Coberta de Rafael Armengol
Reduccions 98-99
Abril de 2011
Número especial dedicat a Vicent Andrés Estellés.
Hi participen, entre d'altres, Lluís Roda, coordinador del número, Enric Bou, Francesc Parcerisas, Jaume Pérez Montaner, Vicent Salvador, Enric Casasses, Jaume Subirana, Pere Ballart, Lluís Calvo i Jordi Valls, que analitzen la vigència d'una obra que s'ha qualificat de contradictòria, intel·lectual i sensual, material i revolucionària... 

Vicent Andrés Estellés: un poeta fonamental
per Lluís Roda

Quan vaig proposar a la revista Reduccions un monogràfic sobre Vicent Andrés Estellés de seguida em vaig trobar amb el suport necessari per tal de materialitzar el projecte. Tanmateix, els dèficits i les mancances únicament poden ser atribuïts a la meua persona. Hem volgut un monogràfic valent, allunyat de timideses acadèmiques però rigorós, avalat per cadascun dels col·laboradors. Tots saben de què parlen quan es refereixen a Estellés i això és fonamental. Els escrits no són asèptics. [...]Tots naixen des de l'admiració profunda pel nostre poeta. Però sense deixar-s'hi arrossegar. L'admiració per Estellés és una conclusió. No, una prerrogativa.

Qui vulga diferir que ho faça en veu alta perquè tots l'escoltem. El mínim comú denominador dels col·laboradors correspon a l'opinió compartida i contrastada que Estellés no figura al lloc que mereix encara, que és un autor encara a descobrir per molts i, sobretot, un poeta que creiem que ultrapassa l'àmbit d'interès estricte de les lletres catalanes. En definitiva, estem convençuts que el reconeixement del valor de la seua producció poètica no farà sinó créixer, i a això hem volgut contribuir amb aquest monogràfic. No humilment, sinó contundentment. Amb una profunda fe en la justícia literària.



Em moriré escrivint els millors versos
de l'idioma català en el segle
XX, amb perdó de Rosselló i Salvat,
amb el permís de Pere Quart i Espriu.

Foix plorarà moltíssim en saber-ho 
i inútilment intentarà un sonet, 
l’únic sonet que li serà rebel 
i mai no passarà del tercer vers. 

Fuster, Ventura: no digueu que no 
us he avisat a temps. En els papers 
faran elogis precabuts —oh, sempre 

es necessita certa perspectiva. 
Pense en el nostre poble, i li demane 
a Déu una mort digna. Déu que ho faça.

D'El gran foc dels garbons.



dilluns, 13 de febrer del 2012

molla i ploma

MIENTRAS la profesión médica de Baroja hacía agua en San Sebastián, en Madrid se producía un suceso trascendental en una rama colateral de la familia. Una tía de la madre de Baroja, doña Juana Nessi, había enviudado y heredado de su marido, un tal Matías Lacasa, un negocio situado en la esquina de la calle de Capellanes, cuyo rótulo rezaba así:

PANADERÍA DE VIENA
Única privilegiada en España
Proveedora de la Real Casa
Toda clase de pan de lujo

Tantos calificativos no cumplían una función publicitaria, sino descriptiva: la panadería gozaba de merecido prestigio en la capital por haber introducido en España el pan de Viena, una novedad que suponía una tecnología avanzada y, en consecuencia, un personal compuesto en parte por técnicos alemanes. Por todas estas razones debería haber sido un negocio próspero, pero no lo era.

Al fallecer su fundador y dueño, Matías Lacasa, Juana Nessi recurrió a la familia Baroja en busca de ayuda y ésta no tuvo mejor idea que enviarle a Ricardo, que, como ya se ha dicho, era pintor de vocación y bibliotecario de profesión. Cuando Pío andaba sin rumbo por San Sebastián, llegó la noticia de que Ricardo se había cansado de dirigir la panadería. Pío pensó entonces que si los dos hermanos se repartían el trabajo, podrían vivir sin agobios y disponer de tiempo libre para sus respectivas aficiones. Escribió a Ricardo exponiéndole la idea y al recibir la conformidad de éste, se fue a Madrid y se hizo panadero.

Eduardo Mendoza. Pío Baroja. Omega, 2001. P. 42.

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P.S.: Corre la brama que Rubén Darío, fent brometa amb això del forn de pa,  va dir de Baroja: "Es un escritor de mucha miga, se nota que es panadero". La resposta de Baroja: "Rubén Darío es un escritor de buena pluma: se nota que es índio". I si l'anècdota és apòcrifa, la veritat és que fa de bon empassar.

diumenge, 12 de febrer del 2012

la diferència subtil


DE LA MEVA VIDA -com a artista, almenys- se'n pot fer un gràfic tan precís com el de la febre: amb altes i baixes, amb cicles ben definits.
Vaig començar a escriure als vuit anys: de cop i volta, sense inspirar-me en cap exemple. No havia conegut mai ningú que escrivís, i poca gent que llegís. Però el fet és que les quatre úniques coses que m'interessaven eren: llegir llibres, anar al cine, el claqué i dibuixar. I un dia vaig començar a escriure, sense saber que m'havia encadenat per tota la vida a un amo noble però despietat. Quan Déu et fa a mans un regal, també et fa a mans un assot; i l'assot és només per autoflagel·lar-te.
Però, és clar, tot això no ho sabia. Vaig escriure narracions d'aventures, de misteri amb assassinats, comèdies satíriques, contes que m'havien explicat antics esclaus i veterans de la Guerra Civil. Era molt divertit, de bon començament. Va deixar de ser divertit quan vaig descobrir la diferència entre escriure bé o malament, i en acabat vaig fer un altre descobriment encara més alarmant: la diferència entre escriure bé i el veritable art; és subtil però brutal. I després d'això va caure l'assot!
Truman Capote. Prefaci a Música per camaleons. Traducció de Quim Monzó. Quaderns Crema, 1988. P. 9.

dissabte, 11 de febrer del 2012

fet a mà


Julian Barnes. Love, etc.

Elizabeth Barrett Browning. How Do I Love Thee.

Charles Dickens. Great Expectations.

Emily Dickinson. Wild Nights.

F.S. Fitzgerald. The Great Gatsby.

Gustave Flaubert. Madame Bovary.

Ernest Hemingway. The Battler.

Franz Kafka. Der Prozess.

George Orwell. 1984.

E.A. Poe. Annabel Lee.

Mark Twain. A Family Sketch (memòries inèdites).

Edith Wharton. The House of Mirth.

Oscar Wilde. Roses and Rue.




divendres, 10 de febrer del 2012

nou de trinca


A lo largo de la historia ha habido aspiraciones a una sociedad mejor, incluso perfecta. Tenemos utopías imaginadas con todo detalle por filósofos, poetas, reformadores sociales, aquitectos y artistas.
Este libro es la historia ilustrada de una idea: la búsqueda de la sociedad ideal.

Gregory Claeys, destacado estudioso del tema, analiza la influencia de la idea de la utopía en la historia, la literatura, el arte, la arquitectura y el pensamiento político y religioso. En su exploración de estos mundos ideales tienen un papel fundamental los mitos de la creación, los arquetipos del cielo y del infierno, los nuevos mundos y los viajes de descubrimiento, las épocas de revolución y de progreso tecnológico, las comunidades modelo, las distopías políticas y ecológicas, el viaje espacial y la ciencia-ficción. Se examinan las utopías más importantes de la historia, tanto las que solo fueron imaginadas como las que se intentaron llevar a la práctica: visiones de la sociedad ideal en América del Norte y del Sur, Asia, África y el mundo árabe, así como en el mundo antiguo y en Occidente.

Ilustrado con numerosas fotografías, cuadros, grabados, mapas, documentos, carteles y fotogramas de películas, y acompañado de notas exhaustivas y de una completa bibliografía, este volumen es una fascinante indagación de la gran diversidad de la imaginación utópica. Desde la era clásica hasta la actualidad, explora la necesidad humana de imaginar y construir mundos ideales.

Con 206 ilustraciones, 141 en color. [Text de la solapa]


dijous, 9 de febrer del 2012

herois


"CON EL FIN DE COMPENSAR la deficiente planificación de la nueva biblioteca de San Francisco, en la que el arquitecto no había previsto espacio suficiente en las estanterías, los administradores sacaron cientos de miles de libros del depósito y los enviaron a un vertedero. Como los títulos se seleccionaban de acuerdo con el periodo de tiempo que habían permanecido en los estantes sin que ningún lector los solicitara, para salvar la mayor cantidad de libros posible unos cuantos bibliotecarios heroicos se introducían furtivamente entre las estanterías por la noche y estampaban en los volúmenes amenazados fechas de préstamo falsas."
Alberto Manguel. La biblioteca de noche. P. 109.

"The Author vs. the Library", Nicholson Baker. The New Yorker, 14/10/1996.


Cercant més informació, he ensopegat amb aquest vídeo de l'any 2010 i no me n'he pogut estar.


dimecres, 8 de febrer del 2012

autobiografia en set volums


Luis Bagaría (clic).
CUANDO Juan Benet lo visitó en su casa de la calle de Alarcón, hacia finales de 1946, Pío Baroja ya era un viejo, o al menos así lo vio Juan Benet, que por entonces contaba veinte años de edad. Por supuesto, la impresión del joven Benet no era desacertada. A partir de su regreso a Madrid después de la guerra civil, Pío Baroja había renunciado a todo cuanto no fuera sobrevivir material y espiritualmente sin demasiados sobresaltos. A todos los efectos, su imagen pública, incluido su aspecto físico, se había achicado y, de resultas de ello, también se había encogido su propia biografía. A finales de la década de los cuarenta, Pío Baroja era un vejete menudo, descorazonado, friolero y cascarrabias. Había nacido en San Sebastián el 28 de diciembre de 1872, había ejercido brevemente la medicina, había regentado largos años una panadería, había pasado algunas temporadas en París y había publicado la mayor parte de su ingente obra. Ahora vivía sumido en un confortable pesimismo. A Juan Benet le sorprendía la actitud tozudament negativa en que Baroja parecía haberse refugiado, una actitud que Benet ejemplifica con esta anécdota: en cierta ocasión acudió un periodista a la casa de la calle de Alarcón a entrevistar a don Pío, y éste, en lugar de responder a sus preguntas con las respuestas al uso, lo abrumaba con sus quejas.

A medida que se sucedían las preguntas -cuenta Benet-, las respuestas no podían ser más desconsoladoras. Don Pío se quejaba de su mucha edad, de su falta de interés por las cosas, del precio del carbón, del frío que pasaba, del insomnio que padecía, del poco entusiasmo que le inspiraba la calle, de lo dura que era una existencia que a su edad le obligaba a seguir escribiendo para ganarse el sustento. Finalmente, buscando siquiera un rayo de luz en medio de aquella oscuridad, al periodista se le ocurrió decir: "Pero a fin de cuentas...en general se encuentra usted bien, ¿no es así?. "No, señor -fue la terrible respuesta del viejo-, en general me encuentro mal, bastante mal. Pero me da lo mismo encontrarme bien que encontrarme mal."(1)

Es curioso cómo Baroja había asumido su propio personaje, por no decir su propia caricatura, con efectos retroactivos, hasta el extremo de parecer que durante toda su vida se había mantenido al margen de las terribles convulsiones de su tiempo y había evitado las no menos terribles peripecias personales de sus contemporáneos.
Muchos años más tarde, al redactar sus recuerdos de aquel tiempo, Benet rememoraba, subyugado y repelido, aquella "tertulia anacrónica, envuelta en una luz tibia y opalescente, en la que -maldición de todos los inmortales que por no tener a nadie por encima ni misterios que resolver ni ciencia que hacer progresase ni cuentas que saldar, la mayor parte del tiempo sólo hablando de asuntos del barrio- todo había sido dicho más de una vez". (2)

A esta figura compacta, remota, arriscada, el mismo Baroja iba a echarle el cerrojo definitivo de su descomunal autobiografía que, en forma de memorias, empezó a publicar en 1944 y que se extiende a lo largo de siete entregas o volúmenes. El que alguien dedique siete volúmenes a cimentar su propia insignificancia es una de las contradicciones del personaje, pero no la única.

Eduardo Mendoza. Pío Baroja. Omega, 2001. P. 19-21.

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(1) Juan Benet, Otoño en Madrid hacia 1950. Alianza, 1987. P. 28-29.
(2) Ibíd, P. 49.

dimarts, 7 de febrer del 2012

pip pip hurra!


Ann Wood.

Mudadeta per a l'ocasió, amb el vestit de noces de Miss Havisham eixint de la tintoreria, em presento a la festa d'aniversari de Charles Dickens, que avui en fa dos-cents, d'aquí ve el rebombori.
Com que el regal ja li vam fer per anticipat, en dedicar el mes de setembre del 2010 a la lectura de les grans esperances (clic), no cal més relat. 


Aquí, la Fanta i els ganxitus

I aquí, l'homenatge de la Catosfera.



dilluns, 6 de febrer del 2012

don pío-pío


A don Pío Baroja -"siempre quiere uno decir don Pío-Pío", escribió Gómez de la Serna- su locura por las zapatillas le perturbaba. "En zapatillas, a zapatillas, de zapatillas", y no daba con la sencilla fórmula de "con zapatillas", como se dice "con botas" del que se presenta con ese calzado, aunque el que se presente sea tan sólo el gato. Nunca a don Pío-Pío le preocuparon demasiado los problemas del léxico. Él escribía imperturbable a todo, hasta que un día tropezó con el problema grave de las zapatillas. Algo, por otra parte normal, si tenemos en cuenta que don Pío-Pío bajó siempre las escaleras de la vida con zapatillas.
Ni siquiera en la elegante ciudad de París, en la que se exilió, se olvidaba del problema. Bajaba a los cafés de su quartier con zapatillas. Era un hombre serio, sobrio, poco artístico y entusiasta de la ciencia, aunque también podría decirse de él todo lo contrario, pues, por ejemplo, aunque no tenía fama de reírse mucho -su seriedad tal vez procediera, paradójicamente, del día del año en que había nacido, nada menos que el día de los Santos Inocentes del año de 1872-, hay quien le vió reírse muchísimo. En París, concretamente. Aunque Baroja representaba la burlonería española, generalmente iba muy serio. Pero ese día en París rió como no había reído en su vida. Se le contajió la carcajada de un amigo suyo, el pintor Darío de Regoyos, un día en que en el café del Quai d'Orsay preguntaron a un camarero quién era un señor que se daba mucha importancia y que aparecía condecorado. El mozo, muy solemnemente, les dijo: "C'est un fonctionnaire".
Y Regoyos comenzó a reír a carcajadas, envolviendo en su risa a Baroja mientras los dos repetían "C'est un fonctionnaire", y se fueron Sena abajo repitiendo la importante y divertida frase. También para esta ocasión Baroja vestía su habitual traje negro e iba con zapatillas. Don Pío-Pío era serio, pero sabía reírse. Todo en él -menos su pasión por las zapatillas, que no tenía reverso, es decir, ignoraba los zapatos- era contradictorio. Medio reñido con el arte y la literatura -creía, sobre todo, en la ciencia-, fue tramando, sin embargo, una obra literaria que es de las mejores de este siglo en lengua española.
Le gustaba la ciencia, pero quería ser literato. Gómez de la Serna vio en ese "querer serlo y no quererlo ser" la paradoja de ese hombre contradictorio y sereno, que bajó siempre las escaleras de la vida con zapatillas.
[Diario 16]. Domingo, 31 de diciembre de 1995.
Enrique Vila-Matas. "Don Pío-Pío" A: Para acabar con los números redondos, A: Una vida absolutamente maravillosa. Debolsillo, 2011. P. 409-410.

diumenge, 5 de febrer del 2012

una de borges


Borges firma ejemplares en una librería del centro porteño. Un joven se acerca con Ficciones y le dice: "Maestro, usted es inmortal". Borges le contesta: "Vamos, hombre. No hay por qué ser tan pesimista".
Tret d'aquí.

dissabte, 4 de febrer del 2012

divendres, 3 de febrer del 2012

la lectura bàrbara


LEER MAL UN TEXTO es la cosa más fácil del mundo; la condición indispensable es no ser analfabeto. Una vez superada esa etapa, más cívica que intelectual, las posibilidades que se ofrecen para desmantelar, tergiversar e interpretar erróneamente una frase, una página, un ensayo o un libro son, no diré infinitas, pero sí numerosísimas. No pretendo ni agotarlas ni clasificarlas, tareas destinadas a eruditos pacíficos o a hombres seguramente geniales. Me conformo con enumerar algunas variedades exponiéndolas no por su rareza, sino por su recurrencia. Nada de cisnes negros o tréboles extraños; más bien perros callejeros que trotan en grupo.

Abundan, por ejemplo, quienes reducen la lectura a la búsqueda nerviosa de la "conclusión", único sitio en el que se detienen, señalándola, por lo general, con algunas rayas victoriosas.
[...] Cuando eso sucede, se practica una lectura primitiva e injusta, disfrazada de eficacia y malicia y cuyo resultado es una triste comedia de equivocaciones, sorpresas y altanerías. Lectores mediocres para quienes el universo es una oficina y una página siempre es un oficio.

También existe el vicio contrario: leer las primeras seis o siete líneas y creerse autorizado a adivinar lo que sigue. Aquí opera de nuevo una imagen complaciente de sí mismo; la de una persona tan avezada en el mundo de las ideas que las primeras disposiciones tácticas son suficientes para prever todas las etapas sucesivas.

[...] Muchas veces, sin embargo, la mala lectura es la consecuencia de la popularidad que alcanzan ciertos géneros. Cada cultura tiene sus preferidos.
[...]El lector, educado en esos compendios, se acostumbra a asociar ciertos temas con unos procedimientos estilísticos definidos.
[...] El lenguaje no es la única víctima. La principal es el lector que ha sido adiestrado en el reconocimiento de unas cuantas fórmulas pobretonas y monótonas. Le han enseñado una retórica escuálida que lo separa a la vez de la estética y de la crítica. Un lector que cae en un mar de perplejidades si el ensayo o el libro se apartan un milímetro del sonsonete habitual; un lector, por consiguiente, que se escandaliza con demasiada facilidad. Un lector a quien le han cerrado muchas puertas. La lectura bárbara a la que está encadenado es, en definitiva, la reducción del lenguaje a registros mínimos y clasificados. Pero un lenguaje amputado corresponde siempre a un pensamiento trunco.

Alejandro Rossi. Manual del distraído. Círculo de lectores, 1997. P. 123.


dijous, 2 de febrer del 2012

la bernat (i el llibreter)



En Barcelona, una optimista librería de barrio, la Bernat, en la calle Buenos Aires, ha duplicado su espacio a costa del local vecino, un sex shop que se ha hundido. Parece una noticia espectacular, pero sólo lo parece, porque detrás de ella está únicamente la soledad de una librería independiente en su lucha dura del día a día, en su combate por la supervivencia, por una manera de ser, por una manera de relacionarse con la literatura. La Bernat de la calle Buenos Aires es un activo paradigma de tantas librerías de este país que, con sus historias de ánimo y coraje, desafían la lógica de los negocios y la rutina de la incultura. Me gustaría que estas líneas fueran un homenaje a nuestras librerías independientes, de cuyas angustias y alegrías me siento aún más cerca cuando entro en el blog El llibreter (llibreter.blogspot.com), que describe atmósferas de un mundo que camina bajo la pólvora, el mundo de los libreros de vocación.
Enrique Vila-Matas. "Segundo dietario voluble" A: Una vida absolutamente maravillosa. Debolsillo, 2011. P. 357.

Aquí, el bloc de la Bernat. 



dimecres, 1 de febrer del 2012

l'escriptor del mes