A veces la gente no entiende la forma en que habla Matilde, pero a mí me parece muy clara.
—La oficina viene a las nueve —me dice— y por eso a las ocho y media mi departamento se me sale y la escalera me resbala rápido porque con los problemas del transporte no es fácil que la oficina llegue a tiempo. El ómnibus, por ejemplo, casi siempre el aire está vacío en la esquina, la calle pasa pronto porque yo la ayudo echándola atrás con los zapatos; por eso el tiempo no tiene que esperarme, siempre llego primero. Al final el desayuno se pone en fila para que el ómnibus abra la boca, se ve que le gusta saborearnos hasta el último. Igual que la oficina, con esa lengua cuadrada que va subiendo los bocados hasta el segundo y el tercer piso.
—Ah —digo yo, que soy tan elocuente.
—Por supuesto —dice Matilde—, los libros de contabilidad son lo peor, apenas me doy cuenta y ya salieron del cajón, la lapicera me salta a la mano y los números se apuran a ponérsele debajo, por más despacio que escriba siempre están ahí y la lapicera no se les escapa nunca. Le diré que todo eso me cansa bastante, de manera que siempre termino dejando que el ascensor me agarre (y le juro que no soy la única, muy al contrario), y me apuro a ir hacia la noche que a veces está muy lejos y no quiere venir. Menos mal que en el café de la esquina hay siempre algún sándwich que quiere metérseme en la mano, eso me da fuerzas para no pensar que después yo voy a ser el sándwich del ómnibus. Cuando el living de mi casa termina de empaquetarme y la ropa se va a las perchas y los cajones para dejarle el sitio a la bata de terciopelo que tanto me habrá estado esperando, la pobre, descubro que la cena le está diciendo algo a mi marido que se ha dejado atrapar por el sofá y las noticias que salen como bandadas de buitres del diario. En todo caso el arroz o la carne han tomado la delantera y no hay más que dejarlos entrar en las cacerolas, hasta que los platos deciden apoderarse de todo aunque poco les dura porque la comida termina siempre por subirse a nuestras bocas que entre tanto se han vaciado de las palabras atraídas por los oídos.
—Es toda una jornada —digo.
Matilde asiente; es tan buena que el asentimiento no tiene ninguna dificultad en habitarla, de ser feliz mientras está en Matilde.
—Ah —digo yo, que soy tan elocuente.
—Por supuesto —dice Matilde—, los libros de contabilidad son lo peor, apenas me doy cuenta y ya salieron del cajón, la lapicera me salta a la mano y los números se apuran a ponérsele debajo, por más despacio que escriba siempre están ahí y la lapicera no se les escapa nunca. Le diré que todo eso me cansa bastante, de manera que siempre termino dejando que el ascensor me agarre (y le juro que no soy la única, muy al contrario), y me apuro a ir hacia la noche que a veces está muy lejos y no quiere venir. Menos mal que en el café de la esquina hay siempre algún sándwich que quiere metérseme en la mano, eso me da fuerzas para no pensar que después yo voy a ser el sándwich del ómnibus. Cuando el living de mi casa termina de empaquetarme y la ropa se va a las perchas y los cajones para dejarle el sitio a la bata de terciopelo que tanto me habrá estado esperando, la pobre, descubro que la cena le está diciendo algo a mi marido que se ha dejado atrapar por el sofá y las noticias que salen como bandadas de buitres del diario. En todo caso el arroz o la carne han tomado la delantera y no hay más que dejarlos entrar en las cacerolas, hasta que los platos deciden apoderarse de todo aunque poco les dura porque la comida termina siempre por subirse a nuestras bocas que entre tanto se han vaciado de las palabras atraídas por los oídos.
—Es toda una jornada —digo.
Matilde asiente; es tan buena que el asentimiento no tiene ninguna dificultad en habitarla, de ser feliz mientras está en Matilde.
Julio Cortázar, Papeles inesperados, Alfaguara, 2009, p. 108-109.
P.S.: Papeles inesperados és un recull de contes, poemes, articles, textos dirigits a amics i autoentrevistes que Julio Cortázar va escriure al llarg de tota la seva vida i que la seva vídua, Aurora Bernárdez, tenia guardats en un bagul de la seva casa de París. En total són gairebé 500 pàgines que el filòleg Carles Álvarez ha revisat i catalogat. Dispenseu l'autohomenatge. No me n'he pogut estar.
Això dels textos inèdits publicats pòstumament és un tema delicat. En aquest cas la vídua (la seva primera dona) estava autoritzada a fer el que volgués.
ResponEliminaUn cas curiós és el de Kafka: va demanar al seu amic Max Brod que, un cop mort, cremés els seus manuscrits. Max Brod s'ho va passar pel forro. En Brod va morir l'any 1968 i els manuscrits van passar a mans de la seva secretària, Elsa Hopa. Ella, malgrat les sucosíssimes ofertes, sempre es va negar a publicar res. Però va morir l'any 2007 i sembla ser que hi ha força gent interessada en localitzar aquests papers.
Jo donaria dos eurus (la crisi) per la novel·la inacabada d'en Jesús Moncada, tot i sospitar que a ell no li agradaria. Que l'hi publiquessin, vull dir.
Es veu que del Camí de Sirga en va fer divuit versions, per lo menus. En Jesús era tot un escriptor, de la punta de l'últim cabell fins a la punta de l'ungla del peu.
ResponEliminaTots els homenatges que calguin, Matilde, els tens més que merescuts.
Ah! sí, ja he tornat de vacances, encara que no hi estaré gaire temps fins que en torni a agafar!
Tu sí que t'ho saps muntar bé, Veí!
ResponEliminaJOOORRRDII, etsperquí? (representa que crido)
ResponEliminaCopio un tros de text trobat ahir al blog ausente:
“Me han dicho que te interesan las conspiraciones, chico. Esta es la verdadera conspiración: ni dioses antiguos ni alienígenas ni códigos secretos en los billetes de dólar. (La verdadera conspiración) ni siquiera es un secreto, es algo que la gente normal y corriente hace cada día para ganarse la vida: NEGOCIOS.”
Tenies raó. M'agrada molt aquest blog.
...ja tinc ganes que s'acabin les vacances per anar a aquest blog...
ResponEliminaMitchum, podrit, m'havien dit que avui et veuria personalment i en persona i, pel que veig, va a ser que no.
ResponEliminaA quin blog vols anar? Per què has d'esperar a acabar les vacances per tal d'anar-hi? Amb quantes xifres significatives traballa la natura? Quanta estona dura l'eternitat? Com es treu una taca de gelat de xocolata de la teva samarreta favorita? (jo m'estimo més dir preferida, però noi, es veu que és incorrecte).
Sort que demà és festa. Catalans, Visca Catalunya.
...Matilde, no te pongas estupenda!!!, estic amb una connexió que penja d'un fil i estalvio les poques vegades que puc accedir a la xarxa per visitar aquest i els del veí i l'espai...a correcuita...l'ADSL es historia a casa....
ResponElimina...demà cel·lebrarem la diada penjant un nou post de Cormac McCarthy, toca Sutree
Ej que toy mu sola, Mitchum...
ResponElimina¿quien es matilde?
ResponEliminame ayudan