divendres, 17 de gener del 2025

per primer cop

 

Los grandes lectores, quizá con un poco de pedantería, echan de menos sus «primeras veces». Dicen «Ojalá pudiera experimentar el placer de leer por primera vez Madame Bovary». O Lolita. O El idiota. O Cien años de soledad. O La canción del verdugo. O Memorias póstumas de Brás Cubas. O Poeta en Nueva York. Cada quien se define con la selección de sus viajes iniciáticos y sus lecciones inaugurales. Los grandes lectores le dicen al lector joven «No sabes cuánto te envidio». Pero no hace falta tener veinte años para sorprenderse y sentirse trémulo como una hoja, porque esa sensación de descubrimiento, esa conciencia de vivir un instante que causa gozo y consigue que nuestra cabeza funcione a gran velocidad, puede producirse también en la edad madura...


Marta Sanz. «Mi primera vez con Kate Chopin». A: Enciclopedia secreta. Lecturas en el espejo feminista. Contraseña, 2022. P. 530.

 

dijous, 16 de gener del 2025

merda d'artista

 


L'any 1961, Agostino Bonalumi i Piero Manzoni van fer una exposició a Milà juntament amb un tercer artista, Enrico Castellani. Va ser un fracàs. Després d'intentar vendre, sense èxit, una peça a un col·leccionista, Manzoni va exclamar: Aquests imbècils de burgesos milanesos només volen merda. Mesos més tard, va presentar la seva nova obra: una llauna que contenia, en teoria, 30 grams dels seus excrements. En total va produir 90 llaunes, que després van anar a parar a museus com la Tate Modern de Londres. S'han arribat a pagar 124.000 euros per llauna.
Bonalumi va publicar un article al diari Corriere della Sera, l'onze de juny de 2007, on assegurava que dins de les llaunes no hi ha matèria orgànica, perquè si fos així el metall ja s'hauria fet malbé. Puc afirmar tranquil·lament que només hi ha guix, va escriure.

 

*  *  *  *


También había oído a menudo que en arte lo importante es la idea. «¿Sabías que en los sesenta hubo un artista que enlató su propia mierda en noventa recipientes de metal, los etiquetó, numeró y los firmó con vistas a venderlos? Lo hizo todo él mismo. Es decir, no se limitó a cagar y que después un subalterno acabase el trabajo. Quizá ya no quedaban subalternos así. Cada lata pesaba treinta gramos, y se vendía al precio que en ese momento tenía el grano de oro.» «Te lo estás inventando, ¿verdad?» «Hablo en serio. No recuerdo cómo se llamaba el tipo. Las latas se titulaban "Mierda de artista", y se suponía que eran una crítica al mercado del arte, que empezaba a volverse tal locura que la simple firma de un artista hacía que la obra, aunque fuese eso, típica mierda de culo, disparase su precio. Me suena que el año pasado todavía alguien pagó 120.000 euros por una de esas latas de mierda envasada al natural.»

 

Juan Tallón. Obra maestra. 3a ed. Anagrama, 2022. P. 261.


dimecres, 15 de gener del 2025

la bovary al metro



JUAN JOSÉ MILLÁS
Un suceso increíble
El País
10|1|2025

Hoy le cedí el asiento en el metro a una chica. No a una chica con problemas de movilidad, sino a una chica en perfecto estado de salud que se sentó prácticamente sin mirarme. ¿Por qué lo hice? Porque iba leyendo de pie, con problemas de equilibrio, Madame Bovary. Supuse que era la única joven del mundo que en esos instantes leía en el metro a Flaubert. De hecho, hice un repaso mental a toda la red subterránea de Nueva York y a toda la de París y a toda la de Berlín y a toda la de Londres (tengo esa facultad: la de adivinar a distancia qué pasa en las redes de metro) y no descubrí a ningún adolescente con ese libro entre las manos, tampoco a ninguna persona mayor, para decirlo todo. Me pareció una singularidad que se merecía un gesto como el mío. La extraña lectora ni siquiera se había dado cuenta de que quien le cedía el asiento era un viejo. Iba tan embobada o embebida en la lectura que se limitó a musitar un "gracias" casi inaudible antes de sentarse.
Yo di unos pasos hacia atrás para evitar las miradas de las que estábamos siendo objeto y desde allí continué observándola. ¡Ah, Flaubert, Flaubert! ¡Cuánto tiempo sin recaer en él! En esto, la chica cerró el volumen y permaneció ensimismada unos instantes. Miraba sin ver hasta que algo se despertó en su interior. Entonces volvió los ojos, reparó en mi presencia e hizo el gesto de cederme el asiento. Yo negué con la cabeza, pero ella insistió y no tuve otro remedio que aceptarlo. Acababa de dar la vuelta al mundo para volver al mismo sitio.
La muchacha continuó la lectura del volumen en el pasillo del vagón, sosteniéndolo con una mano mientras se sujetaba a la barra con la otra. Al poco, estaba completamente sumergida de nuevo en ese texto extraordinario. Todos íbamos dentro de un vehículo menos ella, que iba dentro de un libro. Yo he llegado a todas partes dentro de un libro, pero a veces lo olvido y me empeño en llegar de otros modos.


dimarts, 14 de gener del 2025

l'home salvat pels llibres


SARA MUÑOZ
L'home salvat pels llibres
El PuntAvui
6|5|2025


Si s’inventés un premi per reconèixer la persona que passa més hores en aquella biblioteca, que ningú no dubti que el guanyaria de totes passades. Arriba cada matí, o per ser més exactes cada matí que la instal·lació obre les portes, i a primera hora ja apareix. La rutina es repeteix amb la precisió amb què qualsevol que ha passat per l’escola recita les taules de multiplicar. Primer diposita els seus estris personals en un racó del jardinet exterior, com qui deixa la jaqueta al guarda-robes, però sense perxes ni personal que el vigili. Després es dirigeix a la cadira que sap que no li pertany, perquè allà tot és col·lectiu i no hi ha res que dugui nom i cognoms, però ell li ha agafat estima, a aquell racó, així que procura plantar sempre les natges al mateix lloc. Potser li recorda un vell espai de treball, o de descans, que li proporcionava una certa calma i que formava part d’una vida endreçada que un dia, de cop i volta, va fer un gir aterrador i inesperat. A la biblioteca llegeix obres molt variades, o si més no es passeja per seccions molt divergents abans de fer la tria del dia. Mai recorre al servei de préstec per endur-se una obra a casa. A quina llar se l’hauria d’emportar? Hi ha gent que se’l mira, estranyada, i d’altra que es deu haver acostumat a la seva presència i ja no hi para atenció, malgrat que té un aspecte que no passa desapercebut i desprèn l’olor de la gent a qui la vida li ha fet la traveta i no s’ha pogut aixecar. La biblioteca és el seu cau. Allà s’estalvia el fred de l’hivern, les altes temperatures de l’estiu, i també pot fer ús del vàter. Quants cops li deuen haver negat l’entrada a un lavabo públic. Quan l’equipament tanca, recull les seves pertinences i torna al carrer, l’espai hostil on malviu durant les nits i on s’exposa a les agressions de la gent amb la qual difícilment coincidirà a la biblioteca. I espera pacient que l’equipament torni a obrir.


dilluns, 13 de gener del 2025

el misteri de l'escultura perduda


NADAL SUAU
'Obra maestra': el misterio de la escultura perdida
El español
21|2|2022

Obra maestra parte de un hecho tan absurdo como real: a mediados de la primera década de los dos mil, se descubrió que el Museo Reina Sofía había perdido una escultura de Richard Serra. Concretemos: una escultura de acero que pesaba casi cuarenta toneladas. Más allá de la clásica invitación a la bajona nacional que implica semejante despropósito, no es menos cierto que su naturaleza entre trágica y bufa resulta fascinante. Y es curioso que, de los muchos personajes convocados por Juan Tallón (Vilardevós, 1975) en estas páginas, sea César Aira, quizás el ser humano más imprevisible del mundo, quien pronuncie la frase más previsible: “Aquí hay una novela, ¿no te parece?”. Es abril de 2009 (no sabemos si solo en la ficción o también en la realidad) y el interlocutor de Aira es Tallón, quien empezará a concebir una novela alrededor de la noticia: hablamos de Obra maestra.

Sin embargo, en esa escena Aira y Tallón caen en un equívoco frecuente: tener una anécdota no significa necesariamente tener un libro. La dificultad inicial del proyecto que nos ocupa reside en que no se sabe nada del destino que tuvo la escultura: sin culpables conocidos, sin una investigación cerrada a la que atenerse y sin un nudo dramático claro, los hechos no colaboran con el novelista. De semejante problema nace el mayor logro del libro (su estructura), pero también su aspecto quizás más discutible (el tratamiento de las fronteras entre dato y especulación).

Desde luego, la estructura es inteligente y muy eficaz. Obra maestra se construye como un mosaico de voces, unas setenta, que enfocan el tema central desde infinidad de puntos de vista: escuchamos a Serra, a ministros y técnicos, a empleados de seguridad y taxistas, a críticos y comisarios de arte… La primera lectura que sugiere el recurso es casi un cliché: frente a la imposibilidad de la Verdad se contraponen una miríada de verdades. Y funciona. Cierto que el lenguaje no alcanza la flexibilidad necesaria para ofrecer un efecto polifónico, pero a cambio el lector asiste a una elaborada fragmentación del ampuloso concepto “Obra” en centenares de pequeños condicionantes: instituciones, mercado, discurso, relato, urbanismo, industria, materia, elitismo, legislación, biografía…

Una verdad sin pruebas

La gracia de fondo radica en que un objeto absolutamente monolítico como es la escultura de Serra ha propiciado este abordaje narrativo a la idea del arte como flujo (insisto: “narrativa”; el libro esquiva cualquier densidad teórica). Y es más gracioso todavía que Tallón ponga la clave del asunto en boca del propio Richard Serra cuando manifiesta su convicción de que la pieza desaparecida ya no existe: “Se fundiría, supongo, convirtiéndose en millones de pequeñas cosas diferentes, objetos cotidianos empleados para tareas rutinarias”. Y remata: “Tiene su gracia” (el lector me permitirá que utilice, deliberadamente, tres veces la misma palabra).

Dicho esto, Obra maestra también provoca algunas dudas. La primera la he mencionado: su prosa es limpia, abordable; pero quizás se añoren inflexiones que dieran mayor relieve a las diferentes voces. La segunda es una herencia del caso real, y el texto casi siempre logra vencerla: estamos ante un material narrativamente trunco, suspendido en la (casi) nada. La tercera es de tipo, digamos, deontológico: el autor confiesa que ha alternado documentación e imaginación, lo cual es una potestad novelística que me parece obvia, pero que aquí se concreta en límites tan inescrutables que habrá quien discuta su pertinencia.

En conjunto, Obra maestra halla el modo de explicar una historia que roza la condición de no-historia con agilidad e ingenio, y con mayor sencillez de lo que aparenta su carácter fragmentario.


diumenge, 12 de gener del 2025

supòsit

dissabte, 11 de gener del 2025

llegir els subratllats d'altri

 

Me llaman mucho la atención los libros usados que he comprado y donde encuentro el subrayado de personas desconocidas: signos profundos o confusos o azarosos de una lectura al margen que intento comprender y me resulta imposible.
Recuerdo ahora lo que me sucedió con un libro de Emil Cioran, el de las tapas doradas, el de los párrafos sobre la amargura. Lo busqué afanosamente por un tiempo sin ninguna fortuna y lo encontré, de pronto, en una librería de viejo de la avenida Santa Fe en Buenos Aires, en la sección de poesía.
Durante unos días no le quité la funda que lo protegía hasta que al abrirlo advertí todo su interior subrayado, a veces con una línea, otras veces con una doble recta, intensa y aparentemente ofuscada. Había varias notas en los márgenes, sobre todo signos de admiración y de interrogación y, también, cortas palabras escritas con una letra que me impresionó por su redondez y prolijidad. En la primera página encontré la firma de quien subrayaba y escribía en toda la extensión del libro: su nombre era Diana; decidí entonces postergar la lectura de Cioran para otro momento y comenzar a leer todo aquello que había escrito Diana.
En términos del subrayado habrá mucho para contar; cada lector tendrá quizá su ética y su estética al respecto. Habrá quienes consideren que marcar un libro es un hábito de salvajismo y brutalidad, una injerencia, la ocupación de un espacio indebido; otros pensarán que de ello se trata justamente la lectura: de intervenir, de reaccionar, de dejar indicadas nuestras adhesiones o prevenciones o incomodidades en relación a aquello que leemos...

Carlos Skliar. La intútil lectura. Mármara, 2019. P. 241-242.

 

divendres, 10 de gener del 2025

broma maestra


CARLOS PARDO
Novela total y broma maestra de Juan Tallón sobre la escultura gigante perdida en el Reina Sofía
El País
5|2|2022


La noticia es de sobra conocida y saltó a la prensa en 2006: el Museo Reina Sofía había perdido la obra Equal-Parallel/Guernica-Bengasi, del artista norteamericano Richard Serra. Si perder una obra ya es un desastre, que ésta sea una escultura de 38 toneladas de acero roza el delirio humorístico. A partir de ahí se multiplican las hipótesis: la prestigiosa empresa Macarrón, SA, encargada de su almacenamiento en una nave de Arganda del Rey, había quebrado 10 años antes sin que ningún responsable del museo se hubiera preocupado por “recoger” los cuatro pesados bloques de aquella obra maestra del minimalismo, que permanecían junto al aparcamiento, a la intemperie. De hecho, Macarrón quebró por una macabra relación con las instituciones públicas. Resumiendo, aquella empresa dedicada desde hacía más de 100 años a la producción de materiales de Bellas Artes, así como al enmarcado y montaje de exposiciones, debía a la Seguridad Social los millones que el Ministerio de Cultura y otros ministerios no le habían pagado aún por algunos proyectos estelares de la Expo de Sevilla. A partir de ahí, la maquinaria siniestra: la Seguridad Social prohíbe que el Museo Reina Sofía y otros organismos públicos paguen a Macarrón una deuda que ya era millonaria, sin que por ello dejen de reclamársele nuevos servicios, que tampoco se le pagarán. Entonces Macarrón quiebra. Y la Seguridad Social embarga sus terrenos, sobre los que construye un archivo histórico. Entretanto, la obra de Serra ha desaparecido. ¿Se había vengado Macarrón llevándosela? ¿La desguazaron como chatarra? ¿La enterraron en los solares del nuevo archivo histórico de la Seguridad Social? El caso se sobreseyó sin que nadie haya podido explicar cómo se ha volatilizado la pesada obra maestra. Aunque quizá “la obra maestra”, como apunta el artista Isidoro Valcárcel Medina en esta novela, “es robar la escultura de Richard Serra, no hacerla”.

Con estos materiales algo caóticos e inabarcables (como mi enumeración), Juan Tallón (Vilardevós, 1975) ha escrito uno de los más brillantes frescos literarios de la España reciente, una moderna feria de las vanidades donde la política, la institución del arte y la judicatura muestran sus ruindades y torpezas. Pero también una sagaz disección de las relaciones de los artistas con el poder en nuestras sociedades “democráticas”, de las ambivalencias de eso que llamamos arte público: obras que nos enseñan a “activar el espacio”, pero también muros que parten plazas y deprimen a sus vecinos.

Tallón elige narrar esta historia con las perspectivas de más de 70 personajes, muchos de ellos conocidos artistas, críticos o políticos: Oriol Bohigas, Calvin Tomkins, Rosina Gómez-Baeza, Carlos Solchaga, Carmen Giménez o el mismo Richard Serra. Más de 70 “monólogos”, incluyendo vigilantes jurados, historiadores, galeristas, periodistas, directores de museo, escritores y un jubilado.

Pero debe quedar claro que Tallón no “entrevista”. Aunque Obra maestra es una exhaustiva investigación, el autor “inventa” unas voces. Que Tallón es un maestro en esta modulación de los personajes por sus propias palabras, por sus detalles humorísticos, su locuacidad fuera de lugar incluso en circunstancias dramáticas ya lo sabíamos por su maravillosa novela anterior, Rewind, pero en Obra maestra este método alcanza una destreza aún mayor. En primer lugar, porque buena parte de las voces de esta nueva novela pertenecen a “personas reales”, pero mientras leemos funcionan, sobre todo, como alucinantes creaciones literarias. Llevándolo a un plano estructural mayor, éste también es el secreto de Obra maestra, que todos sus materiales, reales o no, hayan desembocado en una gran creación “ficticia”. Y que a la vez esta obra “ficticia”, esta novela, se haya camuflado de material preliterario, de documentación periodística. Es un hermoso truco, entre la verosimilitud de la novela que quiere convertirse en el fresco de una sociedad y el disparate genial y extrañado de un parodista, un bromista trágico, más cercano a Nabokov que a Balzac. Y mientras avanzamos en los cuatro actos de esta especie de novela de detectives según los cánones poirotescos del Who did it, no nos importa conocer cuántos de estos fragmentos tienen su origen en entrevistas realizadas por el autor, artículos leídos o declaraciones captadas al azar durante los más de 10 años de escritura (fechas que sugiere otro de los monologantes locuaces de Obra maestra, el propio Juan Tallón, en uno de los fragmentos finales), sino cuáles serán los giros impertinentes de las vidas y las voces de estos personajes, cuáles los detalles que los elevarán como artificios de la imaginación. A un vigilante jurado lo recoge un coche fúnebre cada noche. La inspectora de la Brigada de Patrimonio sentencia: “El café que tomas a medida que te alejas de Madrid te recuerda que en Madrid, en general, no se bebe café sino otra cosa. Otra cosa que no tiene perdón. Ni nombre”. Por no hablar de dos personajes antagónicos que se reservan lugares principales en esta comedia: Ana Sucunza, subdirectora general de la Tesorería de la Seguridad Social, y Jesús Macarrón, empresario.

Pero Tallón no abusa de estos giros burlescos ni derrapa por ingenioso: antes bien, desde sus primeras palabras da profundidad y ternura a cada uno de estos personajes, conocido o no, cuidándolo con la sutil protección de la caricatura. Porque son muchos elementos los que están en juego: política, identidad nacional, fracaso y éxito, torpeza congénita, mala leche, innovación en la gramática del arte… Y de esta manera tan oblicua y prismática, tan cuidadosa en definitiva, Tallón ha escrito una novela “total”. Divertida, trágica y rotunda.


dijous, 9 de gener del 2025

la xarxa clientelar literària

 

MONTSERRAT DAMESON
La xarxa clientelar literària
El Nacional
14|12|2024

De vegades una té la sensació que el món dels premis literaris al nostre país funciona com una gran xarxa clientelar. Iniciant la columna amb aquesta sentència, el lector de seguida la farà sonar com una referència a la Nit de Santa Llúcia d’Òmnium Cultural. Sí i no. Va ser aquella posada en escena que m’hi va fer pensar, però aquest text no vol ser-ne una esmena a la totalitat. La part més important dels premis literaris és la que no es veu. Ni se sent. Cada vegada que s'atorguen premis, allò que un ha de sortir a buscar si vol entendre del tot què passa al món de les lletres, són els silencis. No és que hi hagi sempre dues converses —una d’oficial i una de privada en què es fa una crítica més fidel a la veritat—. És que els silencis també formen part de la conversa oficial. De fet, molts callen per poder continuar habitant certs espais, certes discussions, continuar rebent certes ofertes i continuar fent girar la roda dels premis, a veure si algun dia els toca.

Que tot plegat funciona com una xarxa clientelar ho escric perquè la Nit de Santa Llúcia m’hi va fer pensar, però aquesta desconfiança latent amb tot el que suposi un reconeixement públic de les lletres ve de lluny. Ve, de fet, d’haver vist com els silencis de la conversa pública oficial es tornaven crítiques descarnades als entorns privats. O d’haver endevinat com més o menys tothom acceptava prou cínicament que al jurat de tal premi hi havia l’editor —editora— del llibre premiat. O d’haver viscut com la tònica era dir meravelles d’una obra que, en realitat, la majoria sabia que no l’havia escrit sencera qui la signava. O d’haver sentit que a certs jurats s’havien vetat textos per motius estrictament personals. I pels mateixos motius se n’havien premiat. Com a qualsevol sector econòmic, els diners generen interessos que treballen sols. 

Ni el bé, ni la bellesa, ni la veritat són el vector únic que fa que els engranatges del sistema es moguin, i entenc que seria injust de demanar que això, només per a aquest món literari que ens hem dat entre tots, fos així. De totes maneres, essent un país "petit", essent més fàcil que en entorns reduïts s’adobin certes envegetes —i, per tant, més fàcil ser titllat d’envejós—, i funcionant la crítica literària com un pacte de silenci que ningú acaba d’assenyalar del tot per por de semblar boig, costa molt no tenir la sensació que tot plegat està especialment pervertit. Bàsicament, perquè costa massa d’assenyalar les "perversions" més evidents, fins i tot aquelles que podríem considerar "necessàries" per no convertir el món literari en un voluntariat. 

L’únic problema de fons d’aquest enviliment és que fent veure que no existeix, tapant-lo perquè continuï girant, formant-ne part per poder-ne arreplegar quatre engrunetes quan toqui, és impossible que el nivell de la literatura que premiem no se n’acabi ressentint. I és impossible que no esdevingui un escenari mort d’aplaudiments programats i protocols ideats perquè la tramoia no es desmunti. Fins i tot els autors agraeixen de tant en tant una mica d’honestedat per refrescar-se les idees. Els premis no tenen només la funció de repartir calés; per al català mitjà que es compra un parell de llibres l’any en funció d’allò que ha sentit a la ràdio i ha vist a la televisió, els premis són la brúixola del seu hàbit lector. I sense una conversa ventilada diligentment —fins i tot per admetre’ns i acceptar-nos obertament que el món de la literatura funciona tan interessadament com qualsevol altre—, es fa força difícil destriar un llibre consensuadament bo d’un editor sorneguer com una guilla. O el mal pinso d’una bona estratègia de màrqueting. Ara que ja hi ha prou programes i pòdcasts de llibres, potser convindria començar a xarbotar la literatura per aquí.

 

dimecres, 8 de gener del 2025

les millors faixes del 2024


JUAN TALLÓN
Les millors faixes del 2024
Abril. Suplement literari
4|1|2025

«Té sang i baves joyceanes», «he rigut fins al vòmit» i «torna la veu napoleònica, que no escriu, boxeja» són algunes de les perles
Un llibre bestial, amb ullals afilats però que no només esquinça: també és esquinçador. És honest i profund, però mai abandona la lleugeresa i la ironia, a les quals suma una gran capacitat d'observació i un talent particular per a la tendresa. Boniques i poètiques narracions amb múltiples capes, plenes de detalls sensorials. L'he devorat i les seves històries em persegueixen. Creadora de personatges, situacions i paisatges mai abans vistos, però pròxims i familiars, i amb una subtilesa narrativa en la qual tot flueix per provocar sorpresa. L'anhedònia i l'escapisme es troben aquí amb el millor de La broma infinita, de David Foster Wallace, i les novel·les de Don DeLillo, entrecreuant-se amb els ecos de 2666, de Roberto Bolaño, Otessa Moshfegh, Mariana Enríquez i Michel Houellebecq. Un tsunami literari. Un cant a les forces salvatge, i alhora destructores, de la joventut i la literatura. Un thriller desafiador.
Possiblement l'autora nordamericana més interessant de la seva època. Una novel·la addictiva sobre la nostra perversa obsessió pels true crimes. Recorda el millor Hitchcock. Irresistible, impossible de deixar anar. Embolcallant i plena de girs. Addictiva i inquietant. Té sang i baves joyceanes. He rigut fins al vòmit. Una novel·la sobre el misteri de l'amor i sobre l'amor per la ficció, escrita amb un estil fluid i natural, amb enumeracions que recorden Perec i una descripció precisa de les amargors d'una parella d'avui. Una novel·la que sembla escrita amb bales. Trets poètics i afilats. La nova gran novel·la d'un dels autors més importants del nostre temps. Una novel·la total sobre la Guerra Civil espanyola en clau de realisme màgic. Tres pàgines després estic bocabadada i rendida. El rei indiscutible de la literatura tragicòmica. La seva solidesa és impossible d'oblidar. Escrit amb mestria, subtilesa i força. Torna la reina del suspens psicològic.
Els millors relats d'un dels més càustics spinters de la literatura nord-americana contemporània. Fa goig veure'l crear art transcendent a partir, literalment, del nores. Un artista que ja era enorme assolint cotes encara més altes. Té un toc de David Lynch. Semblava que ja no fos possible, però entre aquestes pàgines hi ha l'oda a l'amistat definitiva. Una majestuosa epopeia caribenya. Una peça lírica, bonica i concisa sobre la fugacitat del temps i la meravella de l'existència. S'instal·la en aquest estrany equilibri que precedeix la rendició, i per això aquesta novel·la és improbable, dolorosa, hipnòtica. Vint-i-dos milions de lectors l'estan esperant. Torna la veu napoleònica, que no escriu, boxeja. Una novel·la emocionant i precisa que busca una genealogia dels marges i acaba descobrint un llenguatge i un univers protector. Una delícia que taca. Una obra poderosa, meditativa, impressionant, que alterna dolçor, turment, pacificació i ira.

Aquesta història no es desenvolupa, sinó que s'expandeix. Una narració enlluernadora sobre les limitacions del temps i les esquinçadores realitats del dol. Qualsevol intent de deixar el llibre resulta inútil, no se'n pot sortir. Traça la travessia de la condició humana, els esforços, els fracassos, la resiliència del cor humà. Pertany a una estirp de llibres que no es llegeixen, es beuen. A mig camí entre el Philip Marlowe de Chandler, el Zuckerman de Philip Roth i el Carvalho de Vázquez Montalbán.  Que intel·ligent i que divertit.

Una profunda meditació sobre la soledat intraduïble amb què habitem el temps i les tènues però indelebles traces que deixem al món. Esperit d'exigència literària i honestedat creadora. Un fenomen internacional publicat a 40 països. L'encreuament perfecte entre Joan Didion, Rachel Cusk, Lydia Davis i Ottessa Moshfegh. L'enèsima jugada mestra d'un autor que mai deixa de sorprendre. Una obra mestra absoluta, una veritable joia, una narració de perfecció sorprenent, suprema elegància, suprema precisió, suprem ús del suggeriment.


dimarts, 7 de gener del 2025

equal-parallel: guernica-bengasi

 



Equal-Parallel: Guernica-Bengasi 
Richard Serra
San Francisco, California, EE. UU., 1938 - Orient, Nueva York, EE. UU., 2024

Fecha: 1986
Materia: Acero corten
Técnica: Fundición

Técnica descriptiva: Obra formada por cuatro bloques macizos de acero corten, dos cuadrados y dos rectangulares

Dimensiones: Pieza 01: 148,5 x 500 x 24 cm / Pieza 02: 148,5 x 148,5 x 24 cm / Pieza 03: 148,5 x 500 x 24 cm / Pieza 04: 148,5 x 148,5 x 24 cm

Categoría: Escultura, Instalación

Año de ingreso: 1988
Nº de registro: AS10531
Expuesto en: Sala 102

 

Equal-Parallel: Guernica-Bengasi  fue creada específicamente para el Museo Reina Sofía en el marco de la exposición Referencias. Un encuentro artístico en el tiempo, con la que se inauguró el Centro de Arte Reina Sofía en 1986. La escultura está constituida por cuatro bloques macizos de acero corten, cuatro volúmenes que se alinean con un alzado de 148,5 cm (el autor habló de «equal elevations» [alturas iguales]), correspondiente a la dimensión en altura del alféizar de las ventanas del edificio que los alberga. Dos de los cuatro bloques son cuadrados; los otros dos son rectángulos de la misma profundidad. Richard Serra ha ubicado los grandes bloques en una disposición alterna, que deja un espacio vacío central semejante al que llenan los bloques y que permite que la escultura pueda ser captada por el espectador como una obra de experimentación corporal del espacio y de la forma. De título singular en el conjunto del trabajo de este artista, Serra ha dejado claro que sus obras no hacen referencia a la memoria de ninguna persona, lugar o acontecimiento, sin embargo Equal-Parallel: Guernica-Bengasi incide en una experimentación espacial de la obra, pero también en un paralelismo temporal de dos hechos históricos sobre la premisa de la igualdad: el bombardeo de la Legión Cóndor sobre población civil en la villa de Guernica el 26 de abril de 1937 y un acontecimiento coetáneo a la creación de la escultura, el ataque del 15 de abril de 1986 a la ciudad libia de Bengasi por parte de la aviación estadounidense. Este ataque, con víctimas civiles, respondía a un atentado con bomba en una discoteca en Berlín atribuido a agentes libios, en el que fallecieron una mujer y dos soldados norteamericanos. Tejiendo estas referencias, Serra alude al debate acerca del papel de la historia: si esta se agota en la experiencia corporal e individual, o si en cambio, su relato puede funcionar como construcción del mundo.


Carmen Fernández Aparicio
Centro de Arte Reina Sofía

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P.S.: L'escultura llegida per Richard Serra a Obra maestra, p. 104:

«Equal-Parallel: Guernica-Bengasi se basa en tu movimiento a través del espacio que la rodea. Usé dos bloques bajos y largos, rectangulares, y dos bloques más pequeños, cuadrados. El espectador lee la cara de cada bloque en relación con la cara del siguiente. Si el bloque más pequeño, cuadrado, se encuentra frente a un bloque rectangular, parece ser más bajo que el bloque que está viendo, aunque sea exactamente igual de alto. Cuando el bloque pequeño está detrás del bloque más largo, la situación se invierte. Se alza. Aunque todo tiene la misma altura, parece subir y bajar en relación con la forma en que caminas a lo largo de la sala. La mayor parte de mi trabajo desde mediados de los setenta trata sobre tu movimiento en relación con el espacio a lo largo del tiempo.»

Ara, afineu la mirada i torneu a la foto que encapçala l'apunt.

 

dilluns, 6 de gener del 2025

no compris mai cap llibre a ca l'ikea

 


No ho sé del cert, però aquí diuen que la vinyeta és d'en ZAK, pseudònim de Jacques Moeraert (Gant, 1948), un dibuixant belga que col·labora regularment a De Morgen,  De Groene Amsterdammer i De Volkskrant, per exemple.
No ho sé del cert, però en té tota la pinta.

 

diumenge, 5 de gener del 2025

regals per a lectors que van més enllà dels llibres


ANNA GUITART
Regals per a lectors que van més enllà dels llibres
Arallegim
4|1|2024


Igual que quan vaig a un museu no puc marxar-ne sense passar per la botiga, he de reconèixer que m'encanten les llibreries que també venen coses de papereria, bosses, tasses...Els britànics en són els reis, d'això. Als locals de la cadena Waterstone's, per exemple, tenen jocs, puzles, llibretes, bolis, pòsters i postals, que feliciten qualsevol cosa que us pugueu imaginar. Fins i tot una llibreria que sempre m'havia semblat més sòbria, la Foyles, ja fa temps que incorpora a les seves botigues una secció bastant gran de regals, amb ninos de personatges, calendaris i lamparetes o ulleres per llegir. Molts estan relacionats amb la lectura, aquesta és la gràcia.

A mi, no ho puc evitar, m'agrada entretenir-m'hi, i la veritat és que em costa poc quedar-me alguna cosa, perquè n'hi ha de molt temptadores. A casa nostra cada vegada hi ha més llibreries que tenen una bona selecció d'aquests objectes, ideals per a lectors, i tinc la sensació que és un mercat creixent. M'ho demostra, per exemple, que la prestigiosa editorial francesa Gallimard hagi tret una línia de papereria que inclou estoigs, llapis, llibretes i diaris amb el seu disseny emblemàtic. Ja fa temps que ho fa Penguin Books, reproduint les seves inconfusibles cobertes de franges de colors en tasses, llapis o bosses. Segur que també us sonen els pòsters, fantàstics, de l'editorial Gallo Nero, que amb la frase "Reading is sexy" reprodueixen fotos en blanc i negre dels actors Paul Newman, Jean Seberg, Audrey Hepburn, James Dean o Steve McQueen, tots llegint.

Els que em tenen ben enamorada són la gent d'MTM, una editorial de Barcelona amb 26 anys a l'esquena, que tenen un bon catàleg de llibres, però que a més proposen uns quants jocs meravellosos. Els vaig descobrir amb un joc de memòria que es diu Troba la fulla, on has d'emparellar cartes de fulles amb les cartes dels arbres que els corresponen. A més de ser bonic, aprens moltes coses. En tenen de semblants, igual de bonics, amb parelles d'animals i amb plantes i fruits. També prometen una mena de fitxes-guia que han fet sobre roques, arbres i núvols. No sé si les deuen tenir a Casa Usher, una de les llibreries més maques de Barcelona, on a més tenen un projecte que es diu Literalment, que vol fer objectes bonics vinculant la lectura amb el nostre dia a dia. Tenen bosses de roba amb noms de personatges literaris, com Hamlet, Mary Poppins, Lady Windermere o la Colometa. Precisament, Mercè Rodoreda és la devantera d'aquest equip de futbol format per escriptors, amb Shakespeare a la porteria i Auster i Cortázar a la defensa, que també podeu trobar en format bossa.

Objectes inversemblants

A més, tenen penjolls i clauers que reprodueixen llibres, i tenien unes agulles de pit de Kafka i de Virginia Woolf, que segur que tornen a esgotar si les recuperen. Per acabar d'ajudar els Reis d'Orient, si encara tenen feina, els recomanaria que passessin per La Llama Store, una llibreria fabulosa especialitzada en humor, que té els objectes més inversemblants i meravellosos: pinces de cabells amb forma de llibre; un pegat que representa la carta d'acceptació a Hogwarts i una col·lecció de llapis amb paraules clau de la saga Harry Potter; punts de llibre en forma de peix, de pizza o de biquini, o un llapis que fa per a molts lectors: hi posa "Sí, claro que subrayo los libros". Un tema ideal, per a un altre article. Bon any i bons Reis a tothom!


dissabte, 4 de gener del 2025

estructures d'estat

 

VÍCTOR SUNYOL
Estructures d'estat
El 9nou
13|12|2024

No fa gaire es parlava d'estructures d'estat com a allò indispensable per ser-ne un, d'estat.

Crèiem que les estructures d'estat les creaven i mantenien els òrgans polítics, però anem constatant que la gran majoria d'estructures d'estat reals i efectives no provenen de les instàncies polítiques sinó de la gent, del carrer.

Una estructura d'estat, per exemple, és el moviment Per una Plana Viva, com ho és Òmnium Cultural, la xarxa d'ateneus, l'Associació de Publicacions Periòdiques en Català, softcatalà, la xarxa d'editorials independents, la de biblioteques, la de Centres d'Art, les d'auditoris i teatres, l'Institut d'Estudis Catalans i tantes altres estructures i organismes, la majoria d'elles sustentades amb un gran esforç personal i privat, i a vegades amb ajudes públiques.

La paradoxa, i el greu problema, és que l'estat (digueu-ne "l'establishment", si voleu) va contra moltes d'aquestes estructures, o les ignora o es menysté. I les que controla les posa al servei dels seus objectius en nom d'un concepte d'estat obsolet i perjudicial per a la societat, i per mantenir unes altres estructures de poder i econòmiques bàsicament destructives.

Haurem d'acabar reconeixent que hi ha un supraestat que per sobreviure atempta contra l'estat?